No te olvides de María teresa

José Luis Ferris ahonda de manera modélica en la vida de una mujer injustamente opacada por la figura de Alberti, su pareja

En los últimos años se ha ido subsanando el imperdonable olvido en que permanecieron durante décadas las mujeres del 1927. Junto a los señeros nombres de Lorca, Cernuda o Aleixandre, deben situarse los de las llamadas «sinsombrero» o «las modernas de Madrid», escritoras y artistas como Maruja Mallo, Rosa Chacel, María Zambrano, Marga Gil Roësset o María Teresa León, entre otras varias. En el caso de esta última, contamos ahora con la definitiva biografía que, con el título de «Palabras contra el olvido. Vida y obra de María Teresa León (1903-1988)» –Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2017–, ha publicado el novelista y filólogo José Luis Ferris (Alicante, 1960). Quien ya abordara con singular perspicacia las figuras de Maruja Mallo y Miguel Hernández ahonda aquí en la silueta literaria e íntima de una escritora que se ha asociado, de modo algo subalterno, a Rafael Alberti, su compañero de toda una vida. Una vida, por cierto, de singular factura novelesca y no menor trascendencia histórica: de familia acomodada, se casa a los dieciséis años, incurriendo en un matrimonio fracasado del que resultarán dos hijos a los que prácticamente dejará de ver a raíz de la separación; frecuentando los ambientes intelectuales de la modernidad vanguardista, independiente y emancipada, conoce en 1930 al ya reconocido autor de «Marinero en tierra»; seguirá la implicada ilusión del reformismo republicano, el combativo compromiso comunista en la Guerra Civil española, el dramático trasiego inicial del exilio y el acomodo de la pareja en Argentina e Italia; y, con la democracia, el retorno a España, perdida ya María Teresa en las brumas del demoledor alzhéimer.

Esta biografía pretende deshacer, y lo logra plenamente, el tópico iconográfico de la pizpireta miliciana de mono azul, seguidora mimética del mundo de Alberti, adscrita a una izquierdista intransigencia ideológica. Y aparece así una trayectoria marcada por significativos referentes vitales que dibujan un carácter sensible, fuerte y creativo.

Destaca el autor su estrecha relación con la familia Menéndez Pidal, la Institución Libre de Enseñanza y el Lyceum Club Femenino, así como su primer encuentro con Picasso o su entregada admiración hacia Lorca y Salinas. Sin olvidar las vivencias conjuntas como pareja de Alberti, que les llevaría a EE UU y México, entablando amistad con Dos Passos y Octavio Paz; su estancia en la URSS, y el inesperado encuentro con Stalin; o la activa participación en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. En este evento se produce un suceso que el biógrafo sabe valorar adecuadamente: María Teresa León propina a Miguel Hernández una sonora bofetada; entre algún que otro desencuentro y que el curso de la guerra no les favorecía, esta nada banal anécdota resulta por fin claramente situada en su contexto. El análisis de sus mejores obras completa esta modélica biografía con la que se aleja, con todo merecimiento, de su injusto olvido.