Nuria Amat: «Los “callados” nos sentimos abandonados por España»
Nuria Amat / Escritora. Crítica con el nacionalismo catalán, publica «El sanatorio», radiografía literaria de la deriva populista premonitoria de Trump y el Brexit
Crítica con el nacionalismo catalán, publica «El sanatorio», radiografía literaria de la deriva populista premonitoria de Trump y el Brexit
Nuria Amat (Barcelona, 1950) nunca ha tenido pelos en la lengua al hablar de la situación de su tierra, Cataluña, y de posicionarse en contra del independentismo. Con «El Sanatorio», su nueva novela –que presenta hoy en el hotel Alma de Barcelona, a las 19:30 horas–, reflexiona sobre ésta y otras tendencias populistas a través de personajes de la literatura y hechos ficticios y reales.
–Ha presentado la novela en la delegación de la Generalitat en Madrid.
–Sí, ha ido muy bien, sobre todo porque del libro ya se ha hablado en la prensa y estar al lado de figuras como Zarzalejos ayuda.
–¿Actos como éste favorecen el diálogo entre el Govern y los no independentistas?
–Ojalá tengas razón. Es todo un gesto de buena voluntad poder hacerlo allí, sobre todo sabiendo como pienso. Desde hace años mantengo esta posición y no he cambiado un ápice. La situación de los «callados», como digo en mi novela, ha cambiado de momento, ya no hay tanta manipulación.
–¿Quiénes son los callados?
–Somos la mayoría en Cataluña, los que no queremos la independencia, cada uno con sus matices, como se ha puesto de manifiesto hasta en las encuestas. En el libro quería reflejar para mi supervivencia esta sensación que tuve con otros amigos de aturdimiento, de exclusión y de silencio. Gracias a haberlo escrito he recibido bastantes llamadas de apoyo de personas que no se atrevían a hablar.
–¿Encuentran apoyo por parte del Gobierno central?
–Nos sentimos abandonados por España. A mí me hacen más caso en otros países que aquí. He escuchado en tertulias a gente importante diciendo que la mayoría de Cataluña está a favor de la independencia, y me quedaba sobrecogida al oírlo. Lo que pasa es que tenemos miedo. Y no hablo sólo de los políticos.
–¿Nota hartazgo en Cataluña?
–Tampoco es eso, porque la mayoría no nos queremos ir. En la novela también hago hincapié en que existe mucho dolor, mucha denuncia y mucha furia. Siempre he dicho que escribo libros necesarios. Éste significó una forma de sobrevivir a esta situación porque pensaba en Cataluña pero también en lo que pasa en Francia, Inglaterra o EE UU. Es una novela política pero también humana.
–¿Faltan autores reivindicativos?
–El mundo de la cultura ha cambiado por muchas razones: es más accesible, hay más medios tecnológicos... Yo leía de pequeña autores contra el racismo y el fascismo. Estoy muy a favor del escritor comprometido, en el libro los llamo los «pensadores inconformistas». Es importante trabajar la mente para escribir libros reivindicativos.
–¿La educación ha influido en esta deriva?
–Totalmente cierto. En Estados Unidos te das cuenta de que quienes ha reaccionado contra Trump han sido los pensadores, la gente educada.
–Precisamente, ¿cómo valora el primer mes de su mandato?
–Fatal. Es un hombre que se basa en la mentira, una voz totalitaria. Igual que Le Pen o el Brexit... Es la misma comedia manipuladora.
–Ha trabajado en el ámbito universitario. ¿Cómo lo percibe en la actualidad?
–Lo que pasa actualmente no ha ocurrido de repente, viene de hace años. No puedo hablar de ahora, pero recuerdo leer un manifiesto de varios profesores contra la Universidad, que ya estaba enferma en Barcelona hace 20 años. A la gente con pensamiento propio nos han largado de allí. Creo en profesores que hagan pensar a sus alumnos, que sean creativos. Todo el nacionalismo detesta el saber. El nacionalismo es como un pequeño monstruo que hay que matarlo antes de que crezca.
–¿Es un monstruo gigante en nuestro país?
–Soy positiva. Ahora podemos hablar más, nos estamos dando cuenta en Cataluña, pero en el resto de España seguimos abandonados. Eso sí, que la gente no crea que esto ha terminado. Quiero que termine, y que volvamos a ser un país normal y recuperemos la Barcelona cosmopolita que era antes.
–¿A qué se debe esta mejoría que detecta?
–Algunos de los callados han perdido el miedo, la gente tampoco es tonta y ha visto el Gobierno que tenemos en Cataluña.
–¿Le gustaría que se hablara menos de esto y más de cultura?
–La cultura no está de moda, hay mucha tecnología, bastantes horas dedicadas a comunicarnos, pero cada vez menos se emplea en cultura. No es el caso de Francia, donde la cuidan y la protegen.
El lector
Como doctora en Ciencias de la Información que es y colaboradora en numerosos medios, Nuria Amat confiesa leer Prensa «porque lo necesito». Combina la lectura en papel –«cuando estoy desayunando con un café»–con los nuevos formatos como el ordenador o la tablet si se encuentra viajando y sólo tiene tiempo para echar un rápido vistazo. Amat destaca que lee «todas las secciones» del periódico, especialmente Cultura y Política.