Piñon se hace breve
Ya lo escribió Tolstoi al comienzo de «Anna Karenina» («Todas las familias felices se asemejan; cada familia infeliz es infeliz a su modo») y ahora lo reafirma Nélida Piñon en «La camisa del marido», su nuevo libro, donde la escritora brasileña reúne nueve relatos que están centrados, en su mayoría, en la vida familiar, especialmente en la vida familiar de aquellos que, a su modo, son infelices.
Con una prosa riquísima en detalles (no es extraño que el libro esté dedicado a Machado de Assis, «maestro de todos») que se detiene en gestos mínimos para mostrar la tensión que anida en casi todas las relaciones familiares, Piñon sitúa muchos de sus relatos en la zona rural del Brasil, un lugar bucólico, natural y tenebroso, en el que los mitos conviven con la religiosidad popular, la fantasía, con el horror, y donde los instintos pueden llegar a convertirse, de pronto, en un caldo de cultivo para que allí florezca el amor o para se haga presente, con todo, el espanto.
Una mujer devota, un hombre abusivo, un primo distante, los personajes de los cuentos de Piñon parecen tener, en ese sentido, cierta disposición hacia el desequilibrio, una tendencia constante que puede llevarlos hacia la afirmación de ellos mismos o hacia la aniquilación del otro, ya sea mediante la agresividad, la locura o el deseo, tal como les ocurre a ese padre que siempre ha soñado con viajar en tren con su familia o a ese niño que, esclavo de un amor prohibido (se ha enamorado de la mujer de su padre) se reconoce como víctima de sus propias ilusiones.
Así, Piñon, que siempre se ha embarcado en proyectos novelescos de largo aliento, en este libro breve pero de eximia factura sorprende por su destreza técnica, por el dominio sutil del lenguaje y por su capacidad para ofrecer, sin caer en el sensacionalismo, un compendio de pasiones terribles y humanas.