¿Quién llevaba las cuentas durante la Guerra Civil?
José Ángel Sánchez Asiaín obtiene el Premio Nacional de Historia. El libro ahonda en un aspecto muy desconocido de la contienda
El discurso de entrada en la Real Academia de la Historia de José Ángel Sánchez Asiaín, en abril de 1992, llevaba por título: «La banca española en la Guerra Civil. 1936-1939» y versaba sobre la «guerra monetaria» desencadenada entre los dos bandos en la contienda. Fruto de veinte años de investigación, el profesor universitario y economista publicaba el año pasado «La financiación de la Guerra Civil española» (Editorial Crítica), que ha sido galardonado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con el Premio Nacional de Historia. Un jurado formado por prestigiosos historiadores y presidido por Teresa Lizaranzu –directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro–, ha decidido concedérselo «por tratarse de una sólida obra de investigación, bien estructurada, que abre nuevas líneas de estudio, aportando documentación inédita y que es producto de muchos años de trabajo». Un premio que tiene por objeto reconocer y estimular la importante labor de estudio e investigación relacionada con la historia de España.
Venta de oro y movimientos bancarios
La obra, que profundiza sobre uno de los aspectos menos conocido de la guerra civil, las finanzas, ofrece una amplia y detallada visión de conjunto en las dos zonas del conflicto. La preparación – con aportaciones como las de Juan March–, los inicios, las primeras ayudas financieras, los protagonistas, el sistema financiero de la República, el del gobierno de Burgos y las independencias financieras de Cataluña, del País Vasco y de los Consejos provinciales e interprovinciales. El libro tiene aportaciones tan interesantes como el comportamiento de la banca y las cajas de ahorros, las ventas del oro, la financiación exterior y los diferentes sistemas de captación de fondos de ambos bandos en sus respectivas sociedades.
Como dijo Asiaín en su discurso de entrada en la Academia, «la guerra supuso la ruptura en dos áreas económicas contrapuestas, dos monedas y dos procesos de inflación, dos organizaciones bancarias y dos formas de entender la sociedad. Desde el primer momento, el gobierno republicano tomó en sus manos el control directo del sistema financiero, de tal manera que terminó convirtiendo a la banca en poco más que un apéndice del Ministerio de Hacienda». Por su parte, «los nacionales actuaron con el mismo objetivo de control. A partir de unos pocos bancos regionales, y la colaboración de los consejeros de los grandes bancos que se iban incorporando al bando nacional, terminaron por reconstruir un nuevo sistema bancario fortísimamente intervenido también». El autor analiza aspectos tan polémicos, como la extracción de oro del Banco de España a la Unión Soviética, así como a la política monetaria. Considera la evolución de los precios y la cotización de la peseta en ambas zonas. El final de la guerra trajo, según Sánchez Asiaín, «el establecimiento de una banca acorde con las directrices del régimen franquista, centrada sobre todo en el mercado interno y bajo una reglamentación muy estricta. La flexibilización de sus estructuras fue llegando poco a poco, pero se mantuvieron hasta la década de los setenta».
También versado en Ciencias Políticas
José Ángel Sánchez Asiaín (en la imagen) es economista, licenciado por la Universidad de Deusto, doctor en Economía por la Universidad Central de Madrid, catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal de la Universidad de Valladolid y de Bilbao. También es Doctor Honoris Causa por tres universidades, miembro de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas, de la Academia de la Historia, de la de Ciencias Económico-Financieras de Barcelona y académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, así como presidente de la delegación española de la Academia Europea de Ciencias y Artes.