Una cloaca llamada Argel

Las mejores novelas negras no sólo mostraban una sociedad corrupta, sino sobre todo la oxidación de los personajes. Cómo éstos, inclinados sobre el abismo de las pasiones y los deseos oscuros, se precipitan sin poderse detener por el abismo de su destrucción. En esta línea, cruel e incluso sádica, el novelista argelino Mohamet Moulessehoul, que al ser militar eligió el seudónimo de Yasmina Khadra para poder describir sin problemas la situación corrupta del sistema político argelino, ha querido mostrar en esta novela, claramente encuadrada en el género de novela negra, una situación donde los herederos de la Revolución se han convertido en mafiosos de un sistema que naufraga en su ineficacia y corrupción.

En la sociedad argelina que nos muestra vemos a unos mafiosos que no dudan en ejecutar a sus enemigos e incluso a sus colaboradores, teniendo comprada a la Prensa, a los políticos y a quien les pueda estorbar, con el acrisolado sistema de «o plomo o dinero». Khadra se pregunta: «¿A qué esperan los monos para convertirse en hombres?» Una comisaria atrapada por su sentido de la justicia, unos policías corruptos y otros justicieros, caciques que fueron líderes de la Revolución y ahora son jefes todopoderosos... Una Argel en ruinas, metáfora de esas sociedades que destruyeron y no supieron construir. Los que, como dice Khadra, toman por un incendio el menor reflejo de luz al final de su túnel, y así avanzan seguros a su final.