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¿Y si no fueras quien has creído que eres?

larazon

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La intriga doméstica es el subgénero que más ha evolucionado en los últimos años. El thriller psicológico actual se debate entre su pasado gótico y su presente costumbrista. Una extraña composición que dota a estos relatos familiares country de un aura maléfica, heredera de cuentos de hadas como «Hansel y Gretel» y «Pulgarcito». En ellos domina la truculencia más extrema cuando trata desasosegantes conflictos como el secuestro, de violación o de robo de menores y una crítica de la institución familiar en la que salen a flote padres desalmados, hijos injustos y niños perdidos en bosques donde habita el mal en forma de pederastas, asesinos en serie o predicadores de la Luz Interior, como en esta intensa y desgarrada novela de Christian White, «La niña de ninguna parte». En ella se plantea un enigma inquietantes: ¿y si yo fuese otro? ¿Y si la protagonista fuera alguien diferente de la que ha sido hasta que irrumpe en su tranquila vida en Australia un extraño en busca de su hermana perdida y le asegura que ella es la niña robada veintiséis años atrás en un pueblo de Kentucky? ¿Se puede recuperar el tiempo perdido? ¿Aceptar el absurdo de seguir siendo ella a sabiendas de que fue otra? ¿Asumir de repente el conflicto entre dos madres, dos familias, dos culturas y la desazón de entrar en la zona más oscura de uno mismo? La novelabascula entre el relato costumbrista de intriga que transcurre en un pueblo de la América profunda, perteneciente al cinturón bíblico, y ritos delirantes con serpientes del Movimiento de la Santidad metodista, y el choque cultural de una joven que descubre alucinada el mundo del que ha escapado al ser arrebatada a sus padres y el desgarro de querer –y a la vez temer– descubrir quien es y cómo había sido.
El problema que plantea White es irresoluble y él es consciente de ello. Formalmente se trata de una intriga expresionista de terror en el entorno del extremismo religioso; en el fondo estamos ante un relato que habla sobre la libertad, la rebelión contra el dominio del grupo en entornos represivos y el horror de quienes sufren y luchan por huir del pueblo y encontrar donde poder vivir sin sentir complejo de culpa.
Suspense continuado
La obra mezcla el relato en primera persona en el presente con la tercera persona en el pasado: un clásico de la novela de intriga familiar y contrapunto eficaz para dilatar el relato en el tiempo actual con el recuento del pasado, complementarios ambos, y crear de esta manera un suspense que no para, la inquietante sensación que va preparando al lector para los golpes continuados de la intriga y poder atraparlo en ella.
Es este un libro que exhibe una extraña belleza formal mezclada con excesos truculentos en su tramo final, lo que resulta justificable por cumplir la función de llevar hasta el límite a la protagonista y metaforizar así el extraño viaje hacia la luz interior de todos los personajes maltratados y heridos que pueblan la primera y destacable novela de Christian White.