Lluís Segura: «El macho alfa debe desaparecer para siempre»
Estrena «El club de los buenos infieles», una película que aborda la crisis de la masculinidad y ofrece siete reglas infalibles para aprender a seducir
Estrena «El club de los buenos infieles», una película que aborda la crisis de la masculinidad y ofrece siete reglas infalibles para aprender a seducir.
El club de los buenos infieles» es una comedia que aborda la crisis de la masculinidad, y retrata a los infrahombres de una manera crítica y mordaz. En ella, cuatro amigos de la infancia, casados, se reencuentran en una cena. Entre risas y copas acaban reconociendo que pese a querer a sus esposas no las desean. Su director, Lluís Segura, desmitifica, desde el humor, la supuesta causa noble de la infidelidad y la mal llamada función terapéutica. Porque no, no existen los buenos infieles.
–¿Cuál es la afición más infiel de La Liga?
–Según algunas estadísticas, la del Real Madrid.
–¿Somos más fieles a nuestros equipos de fútbol que a nuestras parejas?
–Desde luego. Y a nuestros amigos, a nuestros videojuegos y películas preferidas. A nuestras parejas es a lo que más infieles somos.
–¿Existe el bueno infiel?
–Esa pregunta la resuelve la película. Mucha gente es infiel por una causa noble. Existen los cuernos terapéuticos, que son un fracaso, con los que estoy muy en desacuerdo. Por ello, hay que cambiar la promesa que se hacen las parejas y los matrimonios.
–¿Es preferible un infiel bueno a un fiel malo?
–Es que los infieles buenos no existen. Ser bueno pasa por decir la verdad y apechuga.
–¿Qué es más difícil ser infiel o fiel?
–Esta película desmitifica la infidelidad como algo fácil de hacer y demuestra que no hay buenos infieles. Querer a alguien y engañarlo es contradictorio. Sin embargo, las tasas de infidelidad en España y en el mundo son altísimas.
–No es lo mismo querer que desear.
–Para nada. Yo quiero a mi madre y no la deseo. Aunque es cierto que a veces se puede querer y desear a la misma persona. Otras veces, en cambio, es posible desear y no querer. En cualquier caso, el deseo es una fuerza maravillosa que mueve el mundo pero que te puede llevar a la destrucción y a cometer barbaridades. Hay deseos que cuestan más de lo que valen.
–¿El deseo caduca?
–(Piensa) No hay que hacer caso a las fechas de caducidad. Te puedes comer un yogur caducado que esté buenísimo... El deseo caduca según la relación. En la de mis padres, por ejemplo, no. Pero es verdad que el deseo no es infinito y eso nos lleva a plantearnos qué hacer. Sea como fuere, hoy, el deseo caduca antes que antaño.
–¿Puede la infidelidad mejorar una relación de pareja?
–Lo que mejora una relación es contarse la verdad y aceptar los deseos del otro, ya que todos deseamos algo. Pero las mentiras nunca pueden ser una salvación.
–Entonces, en caso de meter la pata es mejor confesar que callar.
–Confesar cuesta, pero es preferible. Además, igual descubres que a tu pareja le pasa lo mismo... y puedes encontrar a alguien para el resto de tu vida. El problema de los cuernos es la facilidad de entender que nosotros deseamos a otras personas frente a la dificultad de asimilar que nuestras parejas deseen a otros. Y eso tiene que ver con los celos. Por ello, el día que podamos vencer a los celos, tendremos una sociedad mejor y mejores parejas.
–¿A seducir se aprende?
–No hay nada que no se pueda aprender. Hay quien seduce de manera natural, sin hacer esfuerzos y hay quien no lo consigue. En la película se dan siete reglas infalibles que quien las ponga en práctica logrará grandes resultados.
–¿Y a ser seducido?
–(Risas) Eso ya es el máster de la seducción.
–En su cinta se ve un club de hombres. ¿Le pueden tachar de machista?
–La película retrata a una especie de infrahombre. Y es que mientras las mujeres avanzan, los hombres nos hemos quedado en un estado intermedio y no sabemos bien dónde meternos. Los hombres tenemos sentimientos, podemos llorar, maquillarnos, llevar faldas, ser multiorgásmicos... El hombre debe cambiar para lograr una sociedad más guay. Yo enseño a un hombre sensible, asustado, inseguro... Por eso, la película casi es feminista.
–Habla de «la crisis de los machirulos»...
–Habla de la crisis de los hombres, en general, de cómo los hombres se enfrentan a sus problemas emocionales y sexuales...
–¿Está la masculinidad en crisis?
–¿Lo dudas? Y gracias a Dios, para que haya un nuevo hombre, más sensible, para que el macho alfa desaparezca para siempre. La película, no obstante, solo intenta ser graciosa y que la gente pase un rato divertido. Si, además de reírse, el público piensa en ello, mejor.