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Los clásicos de la danza española brillan en Pekín con el Ballet Nacional

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El Ballet Nacional de España (BNE) actuó hoy en el Teatro Nacional de Pekín, el más importante de China, llevando a los cada vez más exigentes espectadores de la capital tres obras de su repertorio más clásico: Farruca, Bolero y Medea, esta última la obra más representada por la compañía en sus 35 años de historia.
Casi tres décadas lleva el BNE llevando por todo el mundo los sortilegios de "Medea"y su destructivo amor por Jasón, pero por primera vez se vieron en la capital china, con el teatro central de Pekín, situado junto a la plaza de Tiananmen y la Ciudad Prohibida, como nuevo escenario de la inmortal tragedia griega.
Aunque el público también pudo disfrutar y aplaudir con pasión los taconeos flamencos que los tres primeros bailarines de la compañía protagonizan en "Farruca"y, sobre todo, se encontraron con el inmortal "Bolero", que sorprendió pese a su larga trayectoria.
La popular melodía in crescendo de Ravel, los rojos brillantes de los vestidos de las bailarinas ondeando durante la danza y ese gran final con las manos entrelazadas hacia el cielo son ya todo un símbolo de la cultura contemporánea de España, pero hoy llegaron por primera vez al público pequinés.
Con las obras de Juan Quintero y José Granero, el BNE llegó esta vez con un enfoque más clásico que en otras ocasiones al público de China, país en el que actuó por primera vez en 2005 y que desde entonces ha visitado casi cada año, siendo muy recordado su paso por la Exposición Universal de Shanghái 2010.
"Es un programa confeccionado con vistas a mostrar el repertorio más tradicional del Ballet Nacional de España", relató a Efe en los momentos previos al ensayo general el director de la compañía, Antonio Najarro, quien señaló que su idea desde la llegada al frente del BNE en 2001 es conjugar tradición y vanguardia.
De hecho, un segundo programa, más vanguardista, también está siendo llevado por el Ballet Nacional en otros escenarios de la actual gira asiática, que les ha llevado a los grandes teatros y óperas de Hong Kong, Shanghái, Cantón, Xiamen y Taipei.
Una inmersión en un público, el chino, que aún se inicia en la danza española, pero que según Najarro ya es un espectador "que nos está deseando ver, que respeta y conoce muy bien lo que es nuestra tradición y nuestros lenguajes".
El coreógrafo madrileño, que precisamente viajó a China en su primera gira como director del BNE hace dos años, subraya que se trata de un público que en pasión e interés se está poniendo a nivel de sus vecinos japoneses, conocidos amantes de la cultura española, especialmente del flamenco.
"Aquí, en los coloquios que hacemos tras las representaciones, muchos se quedan e impresiona ver cómo quieren saber más de muchas cosas en todos los aspectos, desde las luces al vestuario", subraya Najarro, para quien la compañía no debe cejar en su vocación viajera.
"Estamos cumpliendo uno de mis propósitos, que es mover lo máximo posible el BNE en España y fuera de nuestras fronteras, y que el público aficionado y sobre todo no aficionado que acude a la danza española descubra que es muy compleja, con estilos muy diferentes aparte del flamenco", subrayó.
Las actuaciones del BNE en Pekin, hoy y mañana, se enmarcan en las actividades de celebración del 40 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre España y China, y a la sesión de hoy asistió el ministro español de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, de viaje oficial por el país asiático.