Los Premios Goya afrontan una de sus galas más emotivas

La 28 edición de los Premios Goya será recordada como una de las más emotivas de su historia, ya que el cine español ha perdido en el último año algunos de los rostros más significativos del séptimo arte, cuyo vacío será recordado en esta gala.

Entre la larga lista de pérdidas destacan tres significativas: la del actor Alfredo Landa, el director Bigas Luna y el productor Elías Querejeta, padre de la cineasta Gracia Querejeta, nominada este año a la Mejor Dirección por la película «15 años y un día».

Alfredo Landa (Pamplona, 1933 - Madrid, 2013), icono y estandarte del «landismo», falleció el pasado mes de mayo a los 80 años de edad tras una larga enfermedad. Dejó a sus espaldas películas como «El bosque animado» (1987) y «Los santos inocentes» (1984), por las que siempre será recordado.

El mundo de la interpretación sufrió también la pérdida de Sara Montiel (Campo de Criptana, 1928 - Madrid, 2013), «Saritísima», quien falleció súbitamente el pasado 8 de abril a los 85 años. Será recordada por ser la primera artista en triunfar en Hollywood y saltar a la fama internacional por protagonizar la película «El último cuplé».

Pero no fueron estos los únicos fallecidos en un año que también se llevó a María Asquerino (febrero, a los 87 años), Pepe Sancho (marzo, a los 68 años), Mariví Bilbao (abril, a los 83 años), Constantino Romero (mayo, a los 65 años), Amparo Soler Leal (octubre, a los 80 años), Amparo Rivelles (noviembre, a los 88 años) y Manolo Escobar, quien murió de cáncer en octubre con 82 años.

La industria del cine español no solo ha sufrido la pérdida de algunos de sus rostros más icónicos, sino también de aquellos cineastas que, tras la cámara, han hecho posibles grandes obras maestras de la filmografía nacional.

Es el caso de Jesús Franco, a quien le gustaba identificarse con el pseudónimo Jess Frank, quien falleció el pasado mes de abril a los 82 años. Durante su trayectoria fue calificado como "realizador de culto"y fue considerado por muchos como "padre de la serie B española".

Entre sus cerca de 200 títulos destacan «Gritos en la noche», «El castillo de Fu-Manchú», «Venus in furs», «99 mujeres» u «Orgasmo perverso», pero también será recordado por colaborar con Orson Welles en «Campanadas a medianoche».

Pero sin duda, la pérdida más llorada es la del cineasta Josep Joan Bigas Luna (Barcelona, 1946-2013), quien murió con tan solo 67 años víctima de un cáncer. Descubridor de actores como Ariadna Gil, Javier Bardem, Penélope Cruz, Verónica Echegui y Jordi Moll, se inició en la gran pantalla con la película «Tatuaje» en 1976. En su recuerdo quedan títulos imprescindibles de la filmografía española como «Jamón, jamón» (1992), protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz, o «La teta y la luna».

Otra de las despedidas más difíciles del cine ha sido la del prolífico productor Elías Querejeta, quien dejó este mundo el pasado mes de junio a los 78 años. Galardonado con la medalla de oro de la Academia de Ciencias Cinematográficas española en 1998, fue una figura esencial en la renovación del cine español del tardofranquismo y la transición.