María Corral: «El ‘‘Guernica’’ está dónde tiene que estar»
Ella era en 1992 la directora del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, a donde llegó en 1991 y en donde le abrieron la puerta sin cortesía en 1994. Fue una de las personalidades que recibió el cuadro. A su lado en la operación estaba Felipe Garín, el entonces responsable del Prado, y el ministro de Cultura, Solé Tura. Cuando le pedimos que vuelva atrás en el tiempo lo hace como si el 26 de julio de 1992 hubiera sido ayer mismo. ¿Por qué en ese momento? «Era el idóneo para que un camión con un blindaje especial hiciera el recorrido que se había estudiado concienzudamente para que no hubiera sorpresas. La operación nos llevó meses. Fíjate que incluso se llegaron a cortar las ramas de algunos árboles para que la obra pudiera pasar de pie. No se dejó nada a la improvisación. La iluminación se estudió al milímetro y los responsables de restauración realizaron un trabajo impecable y exhaustivo para que fuera la adecuada y para ello se preparó un “doble” exactamente igual que cuando el cuadro original se colocó, fue destruido», aclara.
La ex directora insiste en que la llegada del lienzo al centro era una cuestión que siempre estuvo ahí y que se había planteado: «Que pasara al museo en el reparto de obras se trató en numerosas ocasiones. Lo que se hizo en aquel momento fue hablar con todos los miembros de la familia Picasso para saber si estaban de acuerdo y la respuesta fue unánime: todos dijeron que sí. En el fondo se trataba de que estuviera en el museo que alberga y explica la historia del arte desde la segunda mitad del siglo XX. Para mí fue una enorme satisfacción poder mostrar la colección con la obra por todo aquello que significaba para el arte y para los artistas».
A Corral le encanta poder verlo «tal como se expone ahora, que es como debe estar». ¿Y esas voces que periódicamente lo reclaman? Su respuesta no alberga dudas: «Moverlo es completamente imposible. Está donde tiene que estar y como tiene que estar».