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«Nos iría mejor si apostáramos por lo español»

La zamorana Cristina Brualla se abre paso en el mundo de la moda junto a su hermana Rosa con la marca 'Theresa Lüe'
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'Theresa Lüe' No es una marca cualquiera. Es el fruto del cariño y la vocación. El nombre de una madre a la que siempre le gustó la moda, que cosía y dibujaba de maravilla y que transmitió a sus hijas esa afición da como resultado un proyecto que promete, a caballo entre Zamora y Salamanca, donde Cristina Brualla diseña bisutería, pero también ropa, que elabora posteriormente junto a su hermana Rosa, la otra gran artífice de este ilusionante reto centrado en la moda y la excelencia del producto.
«'Theresa Lüe' se distingue por el dibujo, por un diseño diferente que hacemos nosotras. Buscamos la calidad, que las prendas sean cómodas, sencillas y elegantes y que sirvan para hacer un buen regalo o para llevarlas una misma. Según el complemento que emplees, que valgan para una boda o para ir a trabajar. Y que se puedan usar a cualquier edad», explica Cristina, quien recuerda que los primeros pasos que dieron se centraron en la bisutería -collares, pendientes, anillos y broches, a los que este año se suman a pulseras-. A continuación pasaron a las camisetas, las ilustraciones y la ropa. En apenas unos meses han logrado adentrarse en la práctica totalidad de capitales de Castilla y León, otras localidades más pequeñas y tienen canal de venta en Puerto de Santa María o La Coruña. De hecho, su 'asalto' al mercado internacional es un hecho. Ya tienen un contacto comercial en el centro de Europa y prevén visitar en breve algunas de las ferias más importantes del sector textil y de la moda. «Lo complicado es encontrar cosas distintas, que gusten, pero si te sales mucho de la norma, la gente no compra», reconoce Cristina, quien lamenta que uno de los problemas con los que se han topado durante estos meses ha sido el de las copias ilegales.
De igual manera, demanda mayor apoyo a la producción en España. «La sociedad de aquí no valora la calidad, que cuesta porque conlleva esfuerzo; se busca sólo rapidez y precio bajo, aunque después uno se lamenta cuando observa que una prenda sólo la puede llevar uno o dos días, ni siquiera una temporada», apunta. «Si apoyáramos nuestro comercio, nos estaríamos apoyando entre todos», considera Cristina Brualla, quien señala que «para reactivar el textil, todos los que estamos metidos en este mundo, deberíamos volver a España, porque hay fábricas que aportan valor añadido y poco a poco están volviendo a ser lo que llegaron a ser».

Todo, muy 'vintage'

Volviendo a su producto, hay que decir que la pasión de Cristina por el dibujo, las manualidades se deja ver en cada una de sus obras: «El objetivo que tenemos con cada elemento es que no se pase de moda. Es difícil, pero lo logramos».
'Theresa Lüe' ofrece una colección permanente que se va ampliando por temporadas . En primavera e invierno se añaden nuevos productos. «Cuando tenemos ideas novedosas, las vamos incorporando. Algo que hace diferente a nuestra marca, que está muy viva», concluye Cristina. En cuanto a la venta por internet -ellas disponen de un sitio web-, Cristina asegura que «a la gente aún le cuesta, más aún con textiles o bisutería, dado que se prefiere tocar o probar».
Su hermana, Rosa, que se ocupa del contacto con proveedores, de lo económico y el diseño textil no deja lugar a la duda: «Sin las ilustraciones y habilidades de Cristina, 'Theresa Lüe', no existiría».

De cerca

«Buscamos el lado infantil que todas las mujeres tienen». Es lo que diferencia la obra de 'Theresa Lüe' de la de otras marcas. Nos lo cuenta Cristina Brualla. Zamorana, maestra de Lengua Francesa, que un buen día decidió zarpar, junto a su hermana Rosa, hacia su gran pasión: la moda. «Con nuestros ahorros, nos lanzamos a la aventura. ¡Y estamos contentas!», afirma. Se declara apasionada de la obra del checo Alfons Mucha, si bien, el dibujo ha sido parte fundamental en su vida. «Cuando era pequeña, subía al estudio de mi padre, que es arquitecto, y pasaba las tardes allí. También acompañaba muchas veces a mi madre, que cosía muy bien. De ellos aprendí mucho», asegura.

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