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Proenza Schouler toca el cielo de la Semana de la Moda de Nueva York

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Proenza Schouler presentó un desfile ecléctico y lleno de recovecos sugerentes, que eclipsó a un notable Michael Kors
Revelación de la moda de principios de siglo XXI, el dúo estadounidense Proenza Schouler sigue afianzando una espectacular trayectoria con cada colección y hoy, en la Semana de la Moda de Nueva York, presentó un desfile ecléctico y lleno de recovecos sugerentes, que eclipsó a un notable Michael Kors.
Los niños prodigio de la moda, Jack McCollough y Lázaro Hernández, pareja artística y sentimental que deslumbraron por su austeridad hace seis meses, buscaron y encontraron esta vez una opulencia grave con sabor a los años 50, que promete una primavera de cadencia lenta, de movimientos incómodos pero con un despliegue de belleza sin igual.
Proenza Schouler asegura que visten "mujeres no niñas"y hoy volvieron a hacer una apología de la solidez femenina y de lo adulto. Ellos no han cumplido todavía los treinta, pero demuestran una personalidad que para sí quisieran muchos veteranos.
Zapatos con suela de madera japonesa, vestidos que prescinden de la curva y chaquetones que asumen los broches, cierres, hebillas y asas de un bolso, talles altos y solapas gigantes. Azul y beis. Severidad como primer plato. Rozando la alta costura y sin visos de mirar hacia lo urbano.
Los cuellos caja y la sensación de rigidez crean una sensualidad autoritaria, soviética y, aunque todavía a ritmo militar, la colección se va flexibilizando en su primer giro argumental.
Juega con volúmenes triples, con un "print"de naturaleza no floreciente sino otoñal: una maraña de ramas secas vuelve a distorsionar el cuerpo de las modelos, que emerge cuando el dúo decide imponer su escote en uve.
Chaquetas muy ponibles en colores vejados por el efecto desteñido, abrigos de materiales pesados que entran en contacto directo con el cuerpo.
Una elegancia minimal y un calor cauterizado en tejidos contundentes, hasta que McCollough y Hernández dan un nuevo volantazo hacia los brillos plateados y dorados, que se cuelan en faldas plisadas entre el vainilla y el negro y que, por fin, devuelven a la mujer su centro de gravedad: la cintura.
El efecto hipnótico de las rayas paralelas, tras los experimentos cinéticos vistos en Carolina Herrera y Marc by Marc Jacobs, serán tendencia definitivamente en la primavera de 2014, rubricados por Proenza Shouler, que las utilizan con destellos dorados y negros.
Hilos de oro y azabache que juegan a la simetría y que huelen a alfombra roja, a premios Óscar o a estreno de alto copete. El broche fue brillante, por metálico y por hermoso: un corpiño rígido que deja la espalda al aire y que cierra la colección entre la fantasía medieval y el futurismo.
Aplausos a rabiar y la sensación de que, ahora sí, esta Semana de la Moda convierte a Nueva York en capital de la moda mundial.
Como complemento a los altos vuelos del dúo, en esa categoría de ropa a pie de calle que tantas críticas le genera a esta Fashion Week, Michael Kors demostró también ser un auténtico maestro. Todos y cada uno de los vestidos, trajes, pantalones, monos o bikinis que propone para la primavera-verano de 2014 son fáciles de imaginar en el común de los mortales, sin dejar de ser por ello sumamente distinguidos.
La apuesta urbana de Kors empezó en pareja y no se olvidó en casi ningún momento de que lo que ha vendido como churros son los bolsos. En el desfile, fue capaz de combinarlos casi con cualquier estilo, aunque el predominante fue el informal "chic", con linos, algodones en colores ocres y blancos.
La gran sorpresa de su desfile fue la presencia de las pieles, que para el diseñador estadounidense -todo un superventas y creciendo- no son incompatibles con el calor.
También el cuero, la piel de serpiente aparecen en faldas, chaquetas y bolsos, aunque no para el baño, claro, para el que Kors mira al "look vintage"de los años cincuenta y al estilo clásico bikini con estampado floral. Bañistas listas para un buen cóctel después del mar.
Cuellos superlativos en algunas de sus camisas, cuellos "halter"en muchos de sus vestidos, estampados elegantes. Telas interrumpidas con picardía pero con contención y los hombros como clave de la feminidad para el próximo verano. Finalmente, la firma Kors se escribe en el cinturón: se recomienda dejar el cuero sobrante fuera de la trabilla, para dejarlo caer en paralelo a la pierna.
En la misma línea pero con un tratamiento notablemente menos sutil de los tejidos, la también estadounidense Nanette Lepore presentó una colección marcada por el "flower power"y el rojo.
Un desfile tan correcto como olvidable antes de lo que promete ser un cierre de la Semana de la Moda de Nueva York espectacular, con Ralph Lauren y la celebración del décimo año de Francisco Costa al servicio de Calvin Klein.