Conciertos

Coque Malla, gloria al pop español

El músico presenta «El último hombre en la tierra», su nuevo trabajo, en una semana en la que Leiva, Iván Ferreiro, Quique González y M-Clan también asaltan el Palacio de los Deportes.

«No sé si es mi mejor momento creativo; espero que sea el peor», dice Coque Malla
«No sé si es mi mejor momento creativo; espero que sea el peor», dice Coque Mallalarazon

El músico presenta «El último hombre en la tierra», su nuevo trabajo, en una semana en la que Leiva, Iván Ferreiro, Quique González y M-Clan también asaltan el Palacio de los Deportes.

Nota mental: falta o sobra coordinación en el pop español. Sólo así se explica que, con todas las semanas que hay en el calendario, tengan que coincidir hasta cinco de los grupos de mayor tirón en el espacio de diez días en Madrid. «Somos buenos amigos y nos estamos mandando mensajes de ánimo, porque es un orgullo que esto ocurra –dice Coque Malla–. Puede que nos quitemos algo de público, puede que para los números no sea positivo, pero también pienso que hay cierto efecto llamada en los medios y las redes sociales cuando se produce una movida de estas dimensiones en Madrid. Esto es bueno y será recordado», dice al teléfono el músico, que presenta su excelente «El último hombre en la tierra» (Warner) en el WiZink Center (el antiguo Palacio de los Deportes) el próximo lunes. Un recinto de aforo modulable pero superior a las 3.000 personas y que anoche ya probó Iván Ferreiro, antes de que traten de conquistarlo en días consecutivos M-Clan (28 de diciembre), Quique González (29) y Leiva (30) en los últimos coletazos del año.

Si Coque Malla contestaba ayer al teléfono se debía inequívocamente a que ninguno de los dos interlocutores rascó nada en la lotería de Navidad. Malla, sin embargo, no necesita consuelo: su nuevo álbum está en casi todas las listas sobre los mejores lanzamientos del año. «Estoy agradecido, pero el tiempo del disco para mí ya pasó. Tendré que volver sobre él con más perspectiva, y revisar el tiempo en el que viví un proceso de enorme intensidad, que fue escribirlo. Ahora estoy emocionado con la dinámica de la gira. Para el concierto de Madrid hemos incorporado un cuarteto de metal y la banda suena increíble. No exagero si te digo que está siendo la mejor gira de mi vida», explica. La cuestión de los instrumentos de viento no es caprichosa, sino que forma parte del ADN del trabajo, un álbum enhebrado con arreglos orquestales inéditos en su trayectoria. «Desde tiempos de Los Ronaldos me ha gustado incluir una sección de vientos, porque la música que siempre me ha tocado el corazón es la que está instrumentada de manera compleja», apunta. El cantante está emocionado por su presencia en el directo: «Es difícil de explicar, se convierte en una vibración emocional, una sensación tímbrica. Mueve la armonía, produce corrientes girando al mismo tiempo. Amplía el paisaje, como en el caso de “El último hombre en la tierra”, que es una canción que en el directo había perdido el aroma circense. En los ensayos me recordaba a Tom Waits, algo brutal», explica el músico.

un cuerpo extraño

Esta expansión acústica también entraña cierto riesgo: «Confieso que estaba preocupado porque la banda estaba armada y los añadidos no dejan de ser un cuerpo extraño. Es como cuando te compras una chaqueta, que, aunque sea la mejor del mundo, una muy cara, al principio no te sienta igual que la vieja. Tienes que adaptarla a ti». Para sentirse más cómodo, en el escenario estará Miguel Malla, hermano del cantante y responsable de los arreglos del disco, una de las claves de su éxito. «La emoción que cobran las canciones es excepcional. Siento como si pilotara un Jumbo», afirma.

En Madrid habrá muchos amigos entre el público. «Claro, es una audiencia muy ilustrada y compleja, y se crea una sensación maravillosa cuando el concierto es bueno. El de mayo en Joy Eslava, el primero con este disco, fue de los cinco mejores de mi vida». Sin embargo, el artista también experimenta cierta desnudez o pérdida de aura: «Siento que soy simplemente Coque para mucha gente», explica. «Mi trabajo no tiene que ver con la ambición sino con la expresión, con comunicar algo que siento. Cuando hice el disco había una ambición por un estilo, pero no por el éxito. Estoy halagado por saber que les gusta a los críticos, vivo un tiempo especial y lleno de experiencias. Y no sé si es mi mejor momento, pero realmente espero que sea el peor y que venga muchísima más música buena por delante».