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David Gu€tta, el dj de los 2.000 euros por minuto

El artista francés se embolsa 300.000 euros por dos horas y media de sesión. Él es el precursor de los «popstar dj»
larazon

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El artista francés se embolsa 300.000 euros por dos horas y media de sesión. Él es el precursor de los «popstar dj»
Nunca sonaría en una «rave» –fiestas clandestinas de música electrónica–. Es demasiado comercial. Su nombre es David Guetta, el rey del «musicote» actual. Llena estadios de fútbol en sus giras como antaño lo hacía Madonna y tiene sueldo de auténtica estrella del balón. Y es que Guetta es el precursor de los «popstar dj». Es el padre del nuevo modelo: la electrónica que se canta. Nunca va a «pinchar» sin su «pen drive» y la gran parte de sus sesiones, de dos horas y media, están pregrabadas. Algo que molesta a los dj tradicionales. Pero a sus fans no les importa. Enloquecen cuando lo ven aparecer. Guetta le da al «play», sube las manos al aire y conecta con el público. Bienvenidos a la «Guettatización».
El propio dj cuenta que cuando era pequeño no era bueno en matemáticas. Ahora sigue teniendo ese problema, ya que es harto complicado contar su fortuna. Su profesora de esta materia llamó a sus padres para advertirle del problema del pequeño David. Pero él no estaba preocupado. «Quiero ser dj», le dijo a su profesora. «Eso no es un trabajo –le contestó ella–. ¿Crees que te vas a ganar la vida con eso?», le preguntó. Está claro que la mujer no se ganaría la vida prediciendo el futuro como la gran Esperanza Gracia. 300.000 euros se embolsa habitualmente por sesión. Es el dj de los 2.000 euros por minuto, pese a que casi todo su «show» es en «playback». «Una persona que hace 20 sesiones al mes y viaja por todo el mundo para poner a bailar a 50.000 personas no puede permitirse el lujo de que en directo no le funcionen los platos», explica Dani Moreno, el conductor de «El gallo máximo», el exitoso «morning show» de Máxima FM. Además, añadió: «Nunca miramos si está pinchando o no, queremos verlo a él. Tampoco miramos en un concierto de Beyoncé si el batería toca». La realidad es que las sesiones del artista vienen acompañadas de una multitud de efectos visuales que están encajados en golpes concretos de la música. «Hacer esto sin tenerlo pregrabado es imposible», sostiene Moreno.
En EE UU, los conciertos de pop crecieron el año pasado un uno por ciento, mientras que los festivales de electrónica lo hicieron un 50%. David Guetta es hoy el quinto mejor dj del mundo, según la revista «DJMag». Sin embargo, su caché ahora es mayor que cuando fue número uno en 2011. Por aquel entonces, contratar al popular discjockey tenía un coste de 150.000 euros. Mientras, un año después ya pedían por una sesión de Guetta 375.000 euros. No hay crisis para los «popstar dj». Y su éxito es tal que rentabilizar su presencia es un juego de niños para los promotores de festivales.
El Arona Summer Festival, que se celebra en Tenerife el próximo 16 de agosto, contó con su presencia hace cuatro años. Fue el año del comienzo del que es hoy el mayor festival de las islas. «Trajimos a Guetta porque es un reclamo, su presencia se rentabilizó con creces», comentó a LA RAZÓN Archip Simmelink, promotor y director del festival. Las dos horas y media que permaneció el artista en el escenario sirvieron para que el festival se consolidara, siendo ahora cita obligada para los amantes de la electrónica. Y este año tienen otra vez con un cartel de lujo, ya que cuentan con Armin Van Buuren –considerado tercer mejor dj del mundo– y con Steve Angello. Simmelink, que también maneja los platos y ha compartido cabina con el artista francés en tres ocasiones, también reivindica a Guetta. «Es verdad que trae cosas pregrabadas, pero eso lo hacemos todos. Aunque es verdad que hay otros muchos artistas que no tocan los platos en toda la sesión».
La vida del que es considerado el mejor productor del mundo cambió en 2009 con el éxito mundial de la canción «I gotta feeling» junto a la banda The Black Eyed Peas (BEP). «Guetta traduce la música «house» para quienes no la conocen», dijo Will I Am, vocalista de BEP. Este tema fue el punto de inflexión de su carrera, ya que hizo que todo el mundo de la música quisiera grabar con él. El éxito de Guetta es haber sabido trasladar el dance al gran público. Quienes han tenido la oportunidad de trabajar con él dicen que es una persona sencilla. Sin embargo, su equipo le trata como la gran estrella del pop a la que hay que proteger. Guetta comenzó pinchando en clubes de ambiente. Pero pronto oyó hablar de Ibiza. En la capital de la música electrónica empezó haciendo fiestas, que el mismo y su mujer promocionaban en las playas. El dj acude ahora todos los jueves desde finales de mayo hasta principios de octubre a Pachá Ibiza para celebrar su tradicional fiesta F*** Me I'm Famous. «Lleva 14 años seguidos con un éxito sin precedentes en nuestra discoteca. Lo elegimos año tras año porque es una verdadera superestrella», dicen los encargados de la discoteca. Para ellos es un seguro de lleno absoluto. 5.000 personas a 70 euros la entrada disfrutan de la fiesta, de la que Guetta se lleva el total de la entrada. Es decir, 350.000 euros. De cualquier modo, el dj es un enamorado de la música, y lo que verdaderamente le importa es el ritmo. Como él mismo dice: «Nothing but the beat».

Testigo directo

Redención con lleno absoluto
José BELTRÁN - PALMA DE MALLORCA
Guetta se redime. Se le esperaba el sábado en un polígono de Palma. Nunca llegó. Los organizadores argumentaron que no podían aportar la seguridad suficiente para recibir con salvas al rey de las mezclas en estéreo. Detrás, un impago de los promotores de la cita a los proveedores. Un cabreado David se negó a dejar a las masas sin sus corcheas remasterizadas. Actuaría gratis para los fans que continuaban en la isla y llamaba a reclamar la devolución del dinero a quienes hubiesen huido del «trozo del cielo en la tierra». «Me enfadé mucho pero volveré», espetó. Y cumplió. Lleno absoluto anoche en Mallorca Rocks con 2.800 personas. Uno piensa que dos horas después de que comenzaran los primeros dj, al personal lo mismo le da Paris Hilton, Kiko Riverao Guetta. Pero no. A las diez en punto, el rey toma posesión de la mesa de mezclas. Aclamado cual Rolling comienza la sesión.Uno que podría recitar de corrido la discografía completa de Perales y Rosana, tiene que echar mano de Shazam, la «app» del móvil para reconocer los temas. Todos, salvo el «I love it» de Icona Pop. Cuando suena «Find Tomorrow» y «Ain't a party» se desata la locura. La fauna reunida en el resort de Magaluf parece una franquicia de la vigorexia y silicona que acumulan las sesiones del Ushuaia ibicenco. Eso sí, un público de menos de 20 años. Una tribu a lo «Jersey shore» o»Pincesas de barrio» como los canis a Camela o las señoras de media corta y permanente a la Pantoja. Las masas corean el «chundachunda» de Guetta y su irreverente lema.Los únicos españoles que me encuentro, los más cabales. Ellas me cuentan que David tira por sus mezclas populares porque no es un «house» puro. Él, tan alucinado como yo: «Me cuesta entender esta histeria colectiva». Subidón, subidón.

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