Franco Battiato, queremos verte danzar
Recuperado del fémur, el artista, a sus 70 años, celebra en Vigo y Madrid su medio siglo en la música con sus temas de toda la vida.
Las composiciones de Franco Battiato están repletas de trenes, encrucijadas, espejos, tangentes y pequeños caprichos de artista entre lo divino y lo humano que, como muñecas matrioska, van revelando una a una –a veces por orden, en ocasiones caóticamente– un mundo artístico y sugestivo particularísimo. Como en «El aleph», todo cabe en Battiato: la aprensión de un atasco de tráfico, la congoja de los espacios siderales, un simple cruce de miradas, la guerra bacteriológica o el «checkpoint» Charlie; un mundo interior sui generis entre Santa Teresa de Jesús y Arvo Part, entre Celentano y Nijinsky. Quien lo ha escuchado atentamente sabe de qué hablamos. Hace 50 años que este siciliano de 70 tomó el expreso de la música. Y desde entonces no ha abandonado la carretera. Hoy y pasado mañana, en Vigo (Auditorio Palacio de Congresos) y en Madrid (Teatro Circo Price), Battiato hace escala en España. De nuevo. Con lo nuevo y lo de siempre.
Incidente en Bari
El «expreso Battiato» llega con más de un trimestre de retraso después de que el artista tuviera que suspender su gira europea tras romperse el fémur bailando en un concierto en Bari. Vuelve en plena forma y asegura a LA RAZÓN que incluso «se le podrá ver bailar» en Madrid. Bailar... Es decir, esa forma bizarra que tiene Battiato de moverse, una especie de vals descordinado que vale tanto para un salón vienés como para Estudio 54. En marzo ya lo disfrutaron en Barcelona y Oviedo. Allí presentó los temas de su último disco, «Joe Patti’s Experimental Group», su regreso a esos sintetizadores que tanto carácter imprimieron a su discografía en los 70 y 80.
A Madrid traerá los sonidos del nuevo disco pero también, por supuesto, sus grandes éxitos «de toda la vida». Asegura que no le molesta en absoluto que, especialmente en el extranjero, le reclamen machaconamente los «hits» de los 80 o 90, pero, a pesar de haber superado con creces la edad de la jubilación, no renuncia a mostrar al público lo ultimísimo de su producción. Y no sólo eso, sino que en los últimos años su compromiso con los artistas de generaciones posteriores no ha hecho sino crecer. En España, Jota de Los Planetas, versionó en español su «Ábrete Sésamo» –presentado también en el Price en 2013– y con los neoyorquinos Antony and The Johnsons confeccionó «Del suo veloce volo» en 2013.
Cinco temas en castellano
En nuestro país, Battiato enganchó a un público numeroso a finales de los 80 y durante los 90. Una legión que sigue siendo fiel a aquellos temas míticos traducidos al español y que se ha enriquecido con nuevos fans, «hijos de» o generados por combustión espontánea al contacto con unas letras de altura y una cadencia inconfundible. Para todos ellos –y quizás a despecho de aquellos puristas que siempre preferirán la versión original–, Battiato anuncia que cantará en español cinco canciones entre sus más conocidas: «El animal», «Nómadas», «La estación de los amores», «Yo quiero verte danzar» y «Yo te vengo a buscar». Junto a ellos, no faltarán clasicazos como «Centro di gravità permanente» o «Bandiera bianca».
Battiato estará acompañado por Carlo Guaitoli (piano) y Angelo Privitera (teclados) y el cuarteto formado por Alessandro Simoncini (violín), Luigi Mazza (violín), Duccio Beluffi (viola) y Luca Simoncini (violoncello). Eso en lo que a lo estrictamente musical respecta, pues el resto –la atmósfera, la personalidad del artista sobre el escenario y la comunión con el público– está por ver. Por ejemplo, en su paso por Barcelona, durante el mes de marzo, Battiato se arrancó con una sorprendente declaración de amor a Santa Teresa de Jesús –cuyo quinto centenario se está celebrando este año– y San Juan de la Cruz. Profundamente místico y, al mismo tiempo, tradicionalmente anticlerical, el músico siciliano confiesa que el Papa Francisco «me resulta muy simpático». Y es que si está Battiato ante el micrófono –«conozco las leyes del mundo y te las regalaré»– todo es posible, lo uno y su contrario.