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Frank Turner: «La música es mi catarsis»

Frank Turner / Músico. Está llamado a ser una de las opciones de futuro del rock. Con un estilo que oscila entre el pop y la canción de taberna, Turner representa a una nueva generación de cantautores. Ya le llaman el nuevo Billy Bragg
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Está llamado a ser una de las opciones de futuro del rock. Con un estilo que oscila entre el pop y la canción de taberna, Turner representa a una nueva generación de cantautores. Ya le llaman el nuevo Billy Bragg
Cerca ya del estrellato, Frank Turner sube un peldaño más de popularidad con cada nueva referencia que edita. El músico británico, curtido en la escena hardcore de su país, se ha convertido en una fuerza de la naturaleza que combina el folk con arrebatos rock y punk. Su último disco, el correoso y energético «Positive Songs for Negative People», le muestra cercano al Bruce Springsteen más festivo, y no hace ascos a los himnos que piden ser coreados con una jarra de cerveza en la mano. Hace sólo unas semanas que ha editado un nuevo EP y el 4 de abril lo estará presentando junto a su banda, The Sleeping Souls, en la sala Arena de Madrid.
–¿Cuál es el concepto de «Mittens»?
–El arte de elegir qué canciones salen en un álbum no es fácil. En mi caso siempre escribo más de la cuenta y luego elijo las mejores para el disco. Algunas de las canciones que se quedaron fuera las sentía también parte de mi último trabajo, y por eso las he incluido en este EP. Por cierto, una de ellas, «The Armadillo», es una versión de un grupo cómico inglés llamado Flanders and Swann.
–Sus últimos dos discos tienen mucho de autobiográfico y funcionan casi como una terapia.
–Sí. «Tape Deck Heart» hablaba de cuando todo está mal tras una ruptura amorosa, y «Positive Songs for Negative People» ya es parte de la recuperación una vez has salido del hoyo. Más allá de un par de excepciones, siempre escribo las letras en clave autobiográfica; desde mis experiencias y las cosas que me han pasado. Un amigo me dijo una vez que mi música era una especie de sesión pública de terapia. Creo que exageraba un poco pero se acerca a la verdad. La música es mi catarsis.
–El optimismo de «Positive Songs for Negative People» se traduce en un discurso más pop. ¿Ha sido un cambio consciente?
–La verdad es que me preocupaba el hecho de no haber publicado un álbum que reflejara la energía de mis conciertos. Mucha gente me comentaba que le parecíamos mejor en directo que en disco, y eso me ponía un poco triste. Así que para este trabajo lo que hicimos fue ensayar mucho las canciones en directo, casi un año y medio, y después grabamos el disco de forma rápida, en apenas nueve días. El resultado es muy cercano a nuestros conciertos y puede sonar pop, pero es un sonido compacto.
–Ese sonido grande que respeta las buenas melodías recuerda a algunas bandas de power pop de los noventa. ¿Alguna favorita?
–¡Sí! Uno de los grupos que más tuve en la cabeza para este disco fue Ash, crecí con uno de sus álbumes, «1977». La idea de ese pop vitaminado y las canciones que empiezan como una explosión la saqué de ahí.
–Sus primeros años en la música fueron al frente de la banda de hardcore Million Dead. ¿Qué cosas aprendió de la escena punk que siga aplicando?
–Lo primero es que la ética de la escena punk underground es mi escuela. Obviamente, ahora estoy en un gran sello, viajo en un autocar de gira y no tengo que hacer las portadas de mis discos a mano, pero los principios del punk aún los sigo: que los músicos no somos mejores que el público, que debes respetarlo, que tienes que hacer lo posible por hacerlo todo tú mismo. En ese sentido, mi modelo vital sigue siendo Henry Rollins. De hecho, siempre he amado a Black Flag. Otra cosa que aprendí durante esos años es a girar, a tocar en directo y a sobrevivir haciéndolo. Con Million Dead toqué en garajes, habitaciones, casas okupas, centros sociales, subterráneos...
–Usted toca diversos palos pero en esencia es un cantautor folk, un género que siempre ha estado politizado. ¿Cuál es su posición?
–Cuando la gente habla de eso en referencia al folk piensa más en los músicos norteamericanos. Para los ingleses, se refiere más a canciones tradicionales o a composiciones que retratan la vida de la gente normal. Lo que me gusta de la música folk es que no es de la aristocracia o de la clase dominante, sino de la gente común; va de las cosas que de verdad pasan en la vida de las personas. Y eso es de lo que me siento cercano si hablamos de folk. Para mí la música es más importante que la política.

Del folk al punk

Son estilos musicales alejados, pero guardan conexión. La prueba son los cantantes de bandas punk que han acabado convertidos en «folkies» vitaminados. Turner es un caso famoso, pero hay otros, como Jesse Malin, que lo dejó con D-Generation para convertirse en un cantautor con una discografía más que sólida. Conor Oberst, líder de Bright Eyes, inició su carrera con una banda de emo chillón llamada Commander Venus. En España, Dani Llamas cambió la energía de G.a.s. Drummers por una reposada y ensoñadora carrera en solitario.
- Dónde: Sala Arena. Calle de la Princesa, 1. Madrid.
- Cuándo: 4 de abril, 20:30 horas.
- Cuánto: 20 euros.