Adele triunfa en los Grammy de los horrores
La cantante británica se impuso a Beyoncé en todas las categorías con cinco premios, pero también fue la mejor en una alfombra roja de los desastres
La cantante británica se impuso a Beyoncé en todas las categorías con cinco premios, pero también fue la mejor en una alfombra roja de los desastres
La cantante británica Adele fue la gran vencedora de los Grammy con cinco premios, todos a los que estaba nominada y tres de los más importantes galardones: mejor álbum por «25», y grabación y canción del año por «Hello». La 59ª edición de los Grammy se había planteado como un cara a cara entre Adele y Beyoncé, del que la primera salió claramente victoriosa. Pero Adele decidió homenajearla al recibir el de mejor álbum, sugiriendo que la artista estadounidense se lo merecía más que ella: «No puedo aceptarlo. Me siento muy honrada, pero Beyoncé es la artista de mi vida. Tu trabajo “Lemonade” es monumental, tan bien pensado, tan bonito. Nos has dejado ver una parte de ti que no siempre enseñas. Eres nuestra luz», expresó Adele con la voz quebrada, la misma con la que en su lista de agradecimientos dedicó los premios a su hijo y a su marido, Simon Konecki, revelando así delante de todo el planeta uno de los secretos mejor guardados de los últimos tiempos, que se ha casado.
- Bowie, el otro líder
Sólo queda por saber si Adele devuelve o no ese Grammy. Sería la segunda vez en la historia que sucede, después de que en 1990 Sinead O’Connor rechazara el de mejor álbum alternativo por «I Do Not Want What I Have Not Got» al decir que la gala estaba demasiado «comercializada». El otro líder de la noche fue David Bowie, que ganó a título póstumo las cuatro distinciones a las que estaba nominado su último álbum, «Blackstar», incluyendo Mejor Canción de Rock. Fueron los primeros Grammy a la música para Bowie, que nunca ganó en vida por un álbum individual o canción. «Blackstar» fue lanzado sólo unos días antes del fallecimiento del artista.
Pero, además, la de este año pasará a la historia como la peor edición de los Grammy estilísticamente hablando. La alfombra roja del Staples Center de Los Ángeles se convirtió en una auténtica pasarela de los horrores, o en un carnaval, ahora que ya estamos cercanos en fecha. Como muestra, el «look» elegido por Girl Crush, que parecía recién salida de un parque infantil de bolas. La gran triunfadora, Adele, lo fue también por su acertado estilismo, un Givenchy Haute Couture en tonos verdes, aunque fue una excepción. No se puede decir lo mismo de Lady Gaga, que actuaba en la gala junto a Metallica, con un diseño de Alex Ulichny al más puro estilo «rock star» y que recordaba los excéntricos estilismos de sus inicios musicales. Tampoco Katy Perry acertó con un vestido del prestigioso creador Tom Ford, ni Rihanna al apostar por un top naranja y falda en tul negro de Armani Privé. Paris, hija del mítico Michael Jackson, asidua a las alfombras rojas desde que ha cumplido los 18, deslució un multicolor Balmain de corte asimétrico. Por su parte, Halsey parecía recién llegada de los 90 con un chándal en raso azul klein de Christian Wijnants.
Quien sí logró, no obstante, acaparar todas las miradas fue Blue Ivy, hija de Beyoncé y Jay Z, con un traje rosa y camisa blanca con jaretas de Gucci, con el que rendía un merecido homenaje al desaparecido Prince. Tributo hubo también hacia George Michael de la voz de Adele con «Fast Love», que manchó su impecable noche hasta ese momento. Se lío con la letra y, entre lágrimas, paró la actuación: «Lo siento, la he cagado», dijo. Luego, todo salió bien.