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Juanjo Mena y la BBC, baza sólida

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Obras de Elgar, Berlioz, Beethoven y Rachmaninov. Asier Polo, cello. Juan Pérez Floristán, piano. Orquesta BBC Philharmonic. Juanjo Mena. Auditorio Kursaal, San Sebastián, 3-VIII-2017. Palacio de Festivales. Santander, 5-VIII-2017.
Juanjo Mena, por si fuera poco su inmensa actividad en la casa de la BBC, realiza este mes una gira por España con la orquesta de la que es titular una gira por España que le lleva a dirigir tres conciertos en tres días consecutivos en San Sebastián y Santander. El maestro, uno de los españoles más activos internacionalmente, debutó en la Quincena en 1989 y fue titular de la Sinfónica de Bilbao, lo que le hace ser muy querido en la ciudad, tal y como quedó demostrado en los cariñosos e insistentes aplausos del público que llenó el Kursaal. Contó en San Sebastián con la colaboración de Asier Polo, solista muy ligado a él desde los tiempos de su titularidad bilbaína y en Santander con el más joven Juan Pérez Floristán (Sevilla, 1993). Dos artistas de extraordinarias capacidades que deberían gozar de un renombre internacional más amplio. Asier Polo (Bilbao, 1971) desgranó con finura el bello pero complejo «Concierto para violonchelo en mi menor Op.85», de Elgar, matizando su introvertido lirismo y los arranques de enorme expresividad, pero también sus pasajes más arduos. La propina de Ravel, tras las aclamaciones de los asistentes, no hizo sino confirmar la categoría de un gran artista, poseedor de un sonido amplio, bello y siempre musical. Admirable la propina de la «Suite para cello» de Cassadó. Por su parte el pianista sevillano volvía a pisar el Palacio de Festivales exactamente dos años después de haber ganado el concurso de piano santanderino. Dos años que han dado para mucho, como demostró en la lectura equilibrada, inspirada y matizada, a pesar del escaso ensayo, de la «Rapsodia sobre un tema de Paganini» que estrenase el propio Rachmaninov junto a Stokowski en 1934. Que la escribiese pensando en Horowitz ya dice mucho de su dificultad, superada con sobresaliente por Floristán no sólo técnica sino también expresivamente. Con emoción, dedicó propina a su maestro Eldar Nebolsin. La «sinfonía fantástica» es piedra de toque para todo director. La lectura de Mena se caracterizó por el vivo contraste en las dinámicas, desde pianos casi inaudibles a las potentísimas sonoridades de los dos últimos tiempos que, como era de esperar, fueron los más valoradas por los públicos vasco y cántabro. La «escena en el campo» siempre es más difícil de apreciar por muy bien que se exponga, como realizó el maestro de Vitoria de su sereno ambiente, comandado por las llamadas de oboe y corno inglés en una exhibición de templanza y trasparencia que fue para algunos lo mejor de la versión. La obertura de «Egmont» sirvió para abrir la apertura del festival santanderino y cerrar como propina en San Sebastián donde, tras el aquelarre de Berlioz no pudo brillar como en Santander. Aquí terminaron con un merecido recuerdo a Granados en su centenario, no en vano se trataba de la BBC y el compositor falleció en el torpedeo del Sussex en el Canal de la Mancha. Tres conciertos de nivel en dos festivales con sólidas programaciones en sus actuales ediciones.

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