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Judith Owen, la música es la vida

Presenta en Madgarden su disco “Ebb & Flow”, el más autobiográfico de su carrera y que trata el fallecimiento de sus padres
larazon

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Judith Owen parece una trovadora que pudiera pasar tranquilamente por el segundo plano de una película sobre el ciclo artúrico
Judith Owen parece una trovadora que pudiera pasar tranquilamente por el segundo plano de una película sobre el ciclo artúrico. De intensa melena pelirroja y ojos azul claro, Owen tiene una mirada mística y una sonrisa tranquilizadora. Y un pequeño poder mágico: sus letras pronunciadas con la hipnótica dulzura de su voz, como las de su último trabajo “Ebb & Flow”, transportan a un sitio mejor al oyente. Y eso a pesar de que la gestación de éste álbum no fue del todo un camino de rosas. “No, fue bastante triste, de hecho, porque mi padre estaba muy enfermo y final mente murió cueando estaba a su lado. En ese tiempo, escribí parte el disco aunque después no suene a canción de servicio funerario. Cuando murió, decidií que quería hacer un álbum que le honrara y resultase una celebración de mi infancia con él”, explica la cantante, que actúa el 4 de julio en el ciclo Madgarden de Madrid, haciendo programa doble con maleine Peyroux. Junto a Owen, nada menos que los instrumentistas Leland Sklar (que ha grabado con músicos como James Taylor, Carole King, Joni Mitchell y Jackson Browne), al bajo, y Pedro Segundo (el percusionista oficial más joven en la historia del legendario club de jazz londinense Ronnie Scotts) a la percusión.
“Mis mejores recuerdos son de infancia, mientras mi padre conducía y mi madre, mi hermana y yo cantábamos a voz ren cuello en el coche las canciones de James Taylor. Esa fue la primera vez que yo comprendí lo que significaba la música y es uno de los mejores recuerdos de mi vida. Era algre y puro”, comenta Owen, cuyo padre fue cantante de ópera durante 35 años. “El Covent Garden casi se convirtió en nuestra segunda caso. He pasado mucho tiempo en la ópera, pero a mi padre también le gustó el jazz, el r&b, la motrown, el soul... así que este disco esun “gracias” para él por la infancia que me brindó”, explica la galesa, que reconoce que fue un disco difícil de grabar. “Estaba pasando el duelo cuado lo empecé, dos meses después de su muerte. A veces grababa un par de canciones y me tenía que marchar del estudio, a llorar. Luego hacía otras dos. Creo que es la manera en la que avanzas por la vida. La música es la manera a la que me enfrento a todo lo que me ocurre y todo lo que me ocurre se convierte en canciones”, explica la artista.
También hay un recuerdo para su madre, que se suicidó cuando Owen era muy joven. “Ella es la razón por la que canto. Yo empecé a escribir música desde el mismo día que ella murió y nunca he parado. De esa manera es como seguí adelante. Así que ella es la razón por la que canto y mi padre es la razón por la que puedo cantar, me enseñó lo que era necesario”. Así que un tema del disco, “You’re not Here Anymore”, está dedicado a su madre, y “I Would Give Anything”, a su padre. “Esto es realmente por ellos”, asegura.
“Por eso el disco se llama ‘’Ebb & Flow’’ -que es como en inglés se denominan a las dos fases de la marea-, porque la vida es preciosa y es terrible. A veces es triste y alegre a la vez. Se parece al mar, a las mareas, que suben y cuando bajan te sientes vacío, no tienes nada. Esa es la vida, su ciclo. De esa manera, el disco tenía que tener forzosamente contrastes, porque hay otras canciones que son más felices, no sólo contiene el amor y la pérdida”. Owen encontró curación en la escritura de canciones. “La cura para esos males es la música... y algo de medicación (risas). Lo digo de verdad. Para mí, el problema, la dificultad, es cuando no estoy dandio conciertos. Porque ahí es cuando siento una felicidad suprema. Así que lo difícil es aguantar cuando vives tu vida normal. Yo estaría girando todos los días de mi vida si pudiera. Es lo que soy, lo que quiero, cuando me siento la mejor persona que puedo ser. Pero alguien me dijo el otro día: ‘’No puedes ver las montañas sin los valles’’. Hay que vivir los momentos bajos para apreciar los altos. En eso consiste el ser humano”.

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