La declaración de amor al pop de Sidonie
El trío presenta en Madrid «El peor grupo del mundo», un disco que es una pequeña historia del pop y que celebra 20 años de historia de la banda.
El trío presenta en Madrid «El peor grupo del mundo», un disco que es una pequeña historia del pop y que celebra 20 años de historia de la banda.
Se acuerdan todavía de una noche hace unos años. «Fue en Barcelona. Nos tiraron objetos y nos invitaron a que nos fuéramos a tomar por culo. Entonces, flotó el fantasma de la separación del grupo, y lo estuvimos hablando un tiempo. Pero en vez de tirar la toalla, seguimos haciendo algo en lo que creemos», explica Marc Ros, cantante de Sidonie, grupo que está a punto de cumplir 20 años y que lo celebra con un disco de mentiroso título: «El peor grupo del mundo» (Sony). «Nos han llamado eso, en una crítica que todos recordamos. Está en los orígenes del grupo –explica el cantante–. Hemos apostado por ponerlo de título porque, después de que nos lo llamaran, decidimos seguir adelante, pero conozco muchos grupos que se han disuelto después de una mala crítica o un pinchazo en un concierto», añade Ros, que presenta junto a sus inseparables Axel Pi y Jesús Senra su último trabajo en Madrid.
Historia del pop
«Para nosotros, ser el peor grupo del mundo fue un arma que nos hizo sentir especiales y únicos. Y a ello nos acogimos incluso cuando hacíamos de todo en el escenario y nos llamaban payasos por ello», añade Pi. Desde entonces, el trío de Barcelona sólo ha tomado decisiones valientes. Una detrás de otra. Arrasaron con «El incendio» y depués se fueron al lado opuesto, el anticomercial, con dos trabajos seguidos: «El fluido García» y «Sierra y Canadá», el primero psicodélico y el segundo electrónico. Ahora, se presentan con una tremenda declaración de amor al pop de siempre. «Es nuestra propia visión de su historia. Siempre hemos coqueteado con citas de otros grupos, pero aquí queríamos hacer una declaración de amor. Porque en nuestro caso todas las canciones son de amor, pero éste álbum es una petición de mano... al pop».
El favor del público lo han conseguido con la receta de ser valientes, ampliando su base de fans a fuerza de romperles la cintura con sus quiebros estilísticos. Pero ¿qué tal les trata la crítica? «Yo quiero que hablen del disco aunque sea mal. Lo peor que nos puede pasar es la falta de trascendencia. Sería muy triste no llegar a nadie. Que digan lo que quieran, porque después de ‘‘El incendio’’ de repente nos trataban muy bien. Y pensamos: ‘‘Uy, algo está fallando’’. Me gustaría pensar que seremos un par de líneas en la historia del pop español y que se nos tenga en cuenta y se nos respete, pero generar algo de reacción. Conozco muchos grupos de perfil culto que reciben muchas estrellas en las críticas pero no mueven a nadie, y eso tampoco me interesa», dice Ros. Por su parte, Pi matiza: «Yo no soy capaz de construir un argumento que diga que no me importa en absoluto lo que opinen de nosotros. Lo más cerca de eso que puedo estar es decir que deseo que el disco le guste a todo el mundo, pero cualquier cosa que digan estará siempre muy compensada por el hecho de que nosotros tres, el sello, los productores, la agencia de management y todo nuestro entorno está muy muy contento con el disco que hemos hecho», tercia el batería.
En el disco hay un par de recaditos a la escena y la crítica más esnobs y algún mensaje encriptado que no quieren revelar. «Es metalenguaje pop. Nosotros hablamos mucho de la escena y nos sorprende que algunos festivales como el Primavera Sound sea siempre igual y no cuenten con grupos dela escena local como Dorian o Love of Lesbian que son de Barcelona. No lo entendcemos, porque actuamos en toda la Península menos en el festival de nuestra ciudad. Pero no somos nadie para decir lo que tienen que hacer», afirma Ros. Sin embargo, sí que hay otro tema que lesirrita un poco más. «Nosotros tratamos de transmitir emociones y llegar al máximo número de personas. Decir lo contrario sería ponerse en una posición de elitismo inaguantable. No hacemos música para los lectores de cierta revista o para los votantes de cierto partido. Todo el mundo tiene derecho a escuchar nuestras canciones, y nos parece estupendo si las ponen en una radio comercial como Los 40 Principales. Pero no aguantamos las lecciones de moral. Algunos te hablan de nonestidad y te dicen que escriben canciones sólo para ellos mismos, y yo pienso, si son tan honestos ¿por qué no se quedan en su casa?», zanja el cantante.