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La impecable Pires

Juventudes musicales de España. Obras de Wagner, Chopin y Mozart. Orquesta de Cámara de Basilea. Director: Trevor Pinnock. Piano: Maria Joâo Pires. Auditorio Nacional de Música, Madrid, 8 -V- 2013.
La Razón

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Había expectación, fotógrafos incluidos, ante la nueva actuación en Madrid de la ya mítica pianista portuguesa Maria Joâo Pires (Lisboa, 1944), que tiene el detalle de no ocultar para nada su edad, 69 años, en la biografía del programa de mano. No defraudó la artista, solista impecable, clara, directa, alejada de todo amaneramiento, en el «Segundo Concierto para piano» de Chopin; pero su interpretación fue mucho más lejos de esas premisas, «narró» –acaso no haya término mejor– el Aria del segundo movimiento con poesía sobria y hondísima, y recreó los tiempos extremos con la convicción de estar ante una de las obras más grandes de la combinación piano–orquesta. Con gran sabiduría, defendía Andrés Ruiz Tarazona, en las notas al programa, la orquestación original de Chopin, y Trevor Pinnock (Canterbury, 1966) pareció haberse leído ese texto, porque lo suyo fue mucho más que acompañamiento y dirigió la obra con energía, entusiasmo y paralela sobriedad a la de la pianista. El trabajo conjunto fue óptimo y Pires lo reflejó en su fervor hacia el maestro y la formación de Basilea. El clavecinista y director británico, más coqueto que Pires, no anotaba su edad, 66 años. Pero su juvenil aspecto y su brío son inatacables. Que hiciera una excelente «Sinfonía en Do mayor» de Mozart, con todas las repeticiones, no constituye sorpresa, porque es una de las especialidades de su extensa carrera. Pero sí lo fue su hermosa, detenida, meditada y matizada lectura del «Idilio de Sigfrido»: con poco más de 30 músicos en escena, Pinnock dobló la plantilla originaria, 13 instrumentistas, pero guardó un perfecto equilibrio entre la cuerda y el viento, y cinceló sonoridades de cuidada belleza. La joven formación de Basilea, fundada en 1984 –sólo tiene 29 años–, es una espléndida agrupación, de sonido dúctil y sólido, que brilló en toda la sesión.