Sergio Dalma: «Ya no espero a Galilea, pero sigo estando ahí»
Sergio Dalma / Cantante. Presenta disco con nuevos matices. Asegura que le duelen España y Cataluña porque, dice, suenan «desafinado»
Le sigue emocionando saber que sus fans abarcan todas las generaciones. Hizo «bailar pegados» al mundo y no ha perdido las ganas de querer evolucionar y sorprender. Acaba de publicar «Dalma», su nuevo álbum de producción española, tras once años grabando fuera. «Es el disco que quería hacer», asegura. Incorpora nuevos matices en su voz y en los sonidos con un single optimista que «refleja cómo yo soy».
–Siempre que saca disco lleva el sello de «éxito». ¿Qué es el éxito para usted?
–No es eso de vender más o menos; para mí es poder transmitir aquello que quieres a la gente. Con éste no me planteo superar al anterior, sino llegar a la gente. En él hay un nuevo estilo, un nuevo sonido, más matices en la voz. No quiero que piensen que Sergio Dalma es el cantante de la voz rota, creo que hay más registros y quiero mostrarlos, dejar ver que soy un tío optimista y vital, y así quiero reflejarlo en mis canciones. Muchas veces la gente me ha dicho que mis canciones eran siempre grises y muy de llorar... Pues aquí hay una muestra con ese «Tú y yo» de que soy algo más.
–¿Quién es ese «Tú» en su nuevo single?
–Me imagino que el compositor al escribirla tendría un «tú», aunque sea imaginario. Siempre tiene que haber alguien en quien te apoyas, un amigo, una pareja, para lograr que te ayude a comerte ese mundo entero, como dice la canción.
–En uno de sus temas del nuevo disco dice: «Si sólo pudiera volver al instante en el que fallé». ¿Usted volvería a uno de esos instantes?
–Con el paso de los años me he dado cuenta de que las cosas que están hechas, ya están. Y a lo hecho, pecho. Creo que siempre he intentado ser bastante consecuente y coherente con lo que he hecho; si he fallado en cosas hay que intentar aprender de esos errores.
–Sigo con frases de sus canciones... ¿Ha encontrado ya «la pieza que el corazón no ha hallado»?
–Siempre intentas recomponerte cada vez que hay un desengaño, un desencanto. Lo importante es ir pasando bien las ITV del corazón.
–¿Cuál sería «el crucigrama que le descifra»?
–Soy bastante transparente, pero sí que es verdad que siempre que quieren abrir mi vida privada no dejo que entre nadie. Desde el primer día he intentado mostrar muy claro que el artista es el artista, y la persona es la persona. Cuando termino la promoción y mis conciertos cierro la puerta y eso ya es mío.
–Leí que que cuando comenzó a cantar sus padres no estaban muy convencidos. ¿Qué dicen ahora?
–No, no, no... Al contrario. Siempre he tenido apoyo por parte de ellos, pero es normal, querían que siguiera estudiando y así más o menos lo hice. ¿Ahora? Están tan acostumbrados a verme cantar como profesional desde los 16 años, cuando mi padre me acompañaba a todos lados al ser menor de edad... Entiendo que deben estar satisfechos, sobre todo; porque elegí un camino, este trabajo, y sigo en ello, que es mucho hoy en día, lo que quiere decir que no me equivoqué.
–En el escenario, antes de cantar, parece que reflexionara. ¿En qué piensa en ese instante?
–Siempre que piso el escenario, en los primeros compases no dejo de mirar la cara de la gente. Incluso antes de salir me gusta ver cómo se van sentando, sus caras, porque ya te predispone a cómo va a ser ese público, cómo va a reaccionar. Puedes intuir cómo va a ser el concierto. Ahí pienso que tengo otra vez la oportunidad de hacer lo que me gusta.
–¿Qué es «todo lo que quiere» en este momento?
–Seguir disfrutando, seguir creciendo. Cada vez que empiezo un nuevo trabajo lo hago desde cero, busco una nueva evolución, resetearme, poder mostrar esas inquietudes...
– «Si todo lo que siento se pudiera cantar...». ¿Ha cantado muchas canciones para decir con música lo que no se atreve con palabras?
–A veces sí. Reconozco que a nivel personal soy un tío muy tímido y salgo al escenario y consigo romper a veces esa timidez. Cantando es verdad que te puedes atrever más, pero con 51 años cada vez tengo menos pelos en la lengua e intento decir lo que siento y lo que pienso.
–Si yo cojo el camino «Vía Dalma», ¿a dónde llego?
–A donde estamos ahora. «Vía Dalma» fue un proyecto que tenía en la cabeza desde hace tiempo, era un «break» de lo que era mi carrera, pero al final era un atajo para llegar a donde estamos ahora.
–¿Sigue esperando a Galilea en el mismo bar?
–No, ya no esperamos. Pero continúa estando ahí. Creo que el amor platónico es algo maravilloso y sigue muy presente en mis conciertos.
–Decía Napoleón que «el amor es la única batalla que se gana en retirada». Pero a usted le veo lanzar «misiles hecho canción», «entrar a matar palabras con cañones recortados»... ¿Siempre entra en combate?
–(Risas) Sí, creo que el amor es importante, que siempre esté muy vivo.
–¿Y empezó a estudiar Filología Románica porque quería saber latín?
–Siempre me habían atraído mucho el francés y el italiano y empecé la carrera siguiendo la pauta de mis padres, que me dejaban trabajar en esto. Ahora me arrepiento de no haberla terminado, la verdad. Me hubiera gustado. Empecé con el latín y el griego, pero reconozco que era un poco duro.
–Y cuándo le dicen: «Te amo» y «¿cuándo me invita a cenar?». ¿Qué responde?
–¡Pues qué bien! Y a la otra... ¿Quién prepara la cena, yo? ¿Por qué no? Yo creo que una buena copa de vino hay que compartirla...
–Los políticos se han referido a su «Bailar pegados» para hablar de España y Cataluña. Usted, siendo catalán, ¿qué tema le dedicaría?
–Es difícil encontrar una canción. Ojalá hubiese una música que armonizara esa situación. Llevo 25 años residiendo en Madrid y ahora estoy viviendo una situación un poco agridulce, porque me duele. Estamos totalmente desafinados. Tenemos que encontrar ese tono donde todos estemos a gusto. Ojalá ese diálogo que tanto se ha perdido se recupere.
–¿Qué le preguntaría Sergio a Dalma?
–Que si sigue apasionado con lo que hace. La respuesta sería que sí. No me veo muchos años en esto, no me gustaría arrastrame por los escenarios muy mayor. Creo que como mucho 10, 15 años más...
El lector
Reconoce que no es muy lector de periódicos. Se informa de lo que pasa en la actualidad por las mañanas, con las noticias de televisión, mientras está desayunado. «Intento verlas por ese medio, pero si viajo a lo mejor en el AVE intento leerlas o si no, a través de las redes sociales. Por Twitter te enteras de muchas noticias, aunque a veces te dan ganas de no enterarte, porque son muy negativas; aunque es lo que hay».