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The Eagles: toda la verdad, a golpes y en directo

La banda olvida su pasado turbulento para contar su historia en DVD

El grupo original, que vivió varios cambios por peleas, incluso sobre el escenario
El grupo original, que vivió varios cambios por peleas, incluso sobre el escenariolarazon

«Esto no es una carrera para toda la vida». Don Henley aparece con el pelo a lo «afro», barba y bigote. Una estética puramente de los 70. Está siendo entrevistado antes de un concierto, pero de fondo se escucha a Glenn Frey diciendo: «¿Estás seguro? ¿No crees que esto sea para siempre?». La conversación entre los dos fundadores de los Eagles protagoniza la primera escena de un DVD que sale hoy a la venta en España y muestra la historia de una banda con más de 120 millones de discos vendidos en todo el mundo. Incluso cuando dejaron de trabajar juntos durante 14 años –desde 1980 hasta 1994–, su música nunca dejó de escucharse en las listas de éxitos.

Sin modestia

¿Cómo lo han hecho? ¿Cómo es posible que cuarenta y dos años después de su creación el público siga recordando de principio a fin cada uno de sus temas? «Entonces no imaginábamos que tendríamos este éxito. Nuestro objetivo era convertirnos en una banda de nuestro tiempo. Aunque a veces, si trabajas lo suficientemente bien, logras convertirte en un grupo de todos los tiempos», explica sin mucha modestia Henley a LA RAZÓN en Londres, ciudad con la que siempre han sentido una relación especial. No en vano, fue en la capital británica donde grabaron sus dos primeros álbumes, «Eagles» (1972) y «Desperado» (1973).

«Esta película muestra el viaje desde la inocencia hasta la experiencia», recalca el batería. «Y mirando las cosas con perspectiva no me arrepiento de nada. El pasado está ahí y no puedes cambiarlo», añade.

Los Eagles se formaron en Los Angeles durante un momento de increíble creatividad artística. Jackson Browne, Joni Mitchell, Gram Parsons y grupos como los Byrds, Crosby Stills & Nash, The Mamas & The Papas habían convertido California en la capital del mundo, Frey y Henley, junto con el bajista original Randy Meisner y el guitarrista Bernie Leadon comenzaron a trabajar como apoyo de Linda Ronstadt, antes de formar su propia banda en 1971.

Cuando el productor y cazador de éxitos Glyn Johns los escuchó cantando a capela no lo podía creer. Aquel empaste perfecto de voces, aquella armonía country. Tenían algo especial. Y no se equivocó. Vino un éxito tras otro. Llegaron las fiestas alocadas, el consumo sin control de alcohol y cocaína, las destrucciones de las habitaciones de hoteles de cinco estrellas durante las giras, las locuras con las «gruopies». Vivieron la gloria y también el infierno provocado por las tensiones entre sus componentes. Leadon fue sustituido por Joe Walsh. Tras una discusión en pleno escenario entre Frey y Don Felder, este último también abandonó el grupo. La mítica pelea entre los dos guitarristas se recoge en la cinta. «Otras tres canciones, gilipollas, y luego te voy a matar», dice uno. «No puedo esperar», responde el otro. «No es algo de lo que esté orgulloso. Pero, con el tiempo, hemos aprendido a ser más maduros, más pacientes y a desdramatizar las cosas. Nos aceptamos más entre nosotros y esta filosofía también la hemos aplicado a nuestros matrimonios», comenta Frey en la actualidad, forzado a mirar atrás. Poco antes de que las tiranteces internas disolvieran el grupo en 1980, se unió Timothy B.Schmit en sustitución de Randy Meisner para grabar «The Long Run» (1978). Veinte años después de aquel final turbulento, los cuatro integrantes que quedan vuelven a la carga con una gira por EE UU para demostrar por qué son una banda de esas que han hecho historia. La leyenda continúa.