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Una emotiva noche

La Razón

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Intérpretes: B. Lanza, M. Rey-Joly, C. González, R. Muñiz, S. de Munk, L. Cansino... Coro del Teatro de la Zarzuela y miembros del Coro de la CAM, miembros de la Orquesta de RTVE y de la Jorcam, Orquesta de la CAM. Director de Orquesta: M. Coves. Teatro de la Zarzuela. Madrid. 17-IV-2016.
El pasado febrero se nos fue Miguel Roa. En el trascurso de una conversación con Miguel Ángel Gómez Martínez sobre la zarzuela y las personas que estaban desaprovechadas, surgió poco antes el nombre de Miguel Roa como aquél que más sabía de ese género de entre todos los directores españoles. La zarzuela estuvo efectivamente en sus manos, él estuvo y estará siempre en el corazón de sus amigos por la gran persona que era. Se merecía un homenaje en el Teatro de la Zarzuela, la que sería su casa desde 1978 hasta 2011. Jesús Castejón se encargó de recordarnos todo ello en unas emotivísimas palabras que hicieron que a muchos de nosotros se nos humedeciesen los ojos –a él el primero– y que empezaron por llamarle, por solicitar su presencia en el teatro. Subió entonces el telón trasero y apareció su foto entre miles de estrellas. Luego salieron a escena todos los artistas que quisieron participar en el homenaje para recibir unos interminables aplausos mientras unos miraban y otros señalaban a las alturas, a esa puerta abierta por donde Miguel Roa bien podría estar disfrutando de su acto.
w Lo mejor de cada uno
Esta vez no hubiese podido exclamar «¡Muy bien chicos, pero seguid estudiando!» porque todos los participantes dieron lo mejor de sí mismos bajo la entregada dirección de Manuel Coves. Imposible enumerarlos a todos y no podría quedar ninguno en el tintero.
Uno no puede evitar una reflexión: Miguel Roa era un profesional de cabo a rabo. ¡Qué pocos así quedan hoy! Amantes de su trabajo, luchando por hacer las cosas con honestidad y lo mejor posible en vez de simplemente buscar salir en la foto. Mientras Jesús Castejón reclamaba su presencia, Jonas Kaufmann hacía otro tanto en la Ópera de Viena porque Angela Gheorghiu se había ido a dar un paseo mientras él bisaba el «Adiós a la vida» y Jesús López Cobos, que había bajado al foso en sustitución de último minuto, se veía obligado a parar la orquesta. «Ah, non abiam soprano» cantó el tenor en vez de «Ah, franchigia a Floria Tosca...» hasta que ésta se dignó en volver a escena. Qué pena de tiempos! ¿Verdad Miguel?