¿Peligra la vida de Pyotr Pavlenski?

En octubre de 2014 el “performer” ruso Pyotr Pavlenski escaló uno de los muros del hospital psiquiátrico Serbsky de Moscú. Una vez arriba, desnudo, se cortó el lóbulo de su oreja derecha con un cuchillo de cocina. Pavlenski permaneció inmóvil, sentado sobre la pared, mientras un hilo de sangre descendía por su cuerpo hasta que fue evacuado. El objetivo de su manifestación era denunciar que el régimen de Putin internaba en este psiquiátrico a disidentes políticos, como ya hizo Stalin durante la etapa soviética.

El destino ha demostrado a Pavlenski que su queja no faltaba a la realidad. El artista fue detenido el pasado 8 de noviembre instantes después de que quemase una de las puertas del Palacio de Lubyanka, antigua sede de la KGB, actualmente de la Servicios de Seguridad Federal de Rusia. Por esta y otras “performance” anteriores, como clavar sus testículos en el pavimento de la Plaza Roja de Moscú en 2013 o montar una barricada en San Petersburgo en febrero de 2014 para protestar contra la ocupación de Ucrania, Pavlenski fue introducido el pasado diciembre en la lista de opositores a las políticas del gobierno de Putin. Así, continuó en prisión hasta el pasado miércoles, cuando fue trasladado al Serbsky, donde se cortó el lóbulo, para ser sometido a un examen psiquiátrico judicial durante un periodo de 21 días. Curiosamente, este desplazamiento se ha producido menos de un mes antes del juicio a Pavlenksi, que está previsto para finales de febrero.

La esposa de Pavlenski, Oksanna Chaliguina, afirmó en su página de Facebook no tener noticias de su marido y que el psiquiátrico donde se encuentra es “un lugar entre la patología y el crimen”. Además, el abogado del “performer”, Dmitry Dinzé, ha intentado visitar a su cliente. No obstante, no se lo han permitido porque “el hospital está en cuarentena”, quizá debido al brote de gripe que sacude Rusia.