Instituto Cervantes

Premio Loewe, veinticinco años entre versos

Los galardonados leyeron sus poemas para celebrar el cuarto de siglo

Enrique Loewe, creador de la fundación, fue el alma del acto
Enrique Loewe, creador de la fundación, fue el alma del actolarazon

Convocado por primera vez en noviembre de 1987 con el objetivo de buscar la calidad en la creación poética en lengua castellana, el Premio Internacional de poesía Loewe cumple 25 años, su primer cuarto de siglo de vida. El apoyo al género es, precisamente, uno de los fines para los que fue creada la Fundación. Con carácter anual, se galardona una obra inédita de al menos 300 versos y, opcionalmente, se concede un Premio a la Creación Joven a un autor menor de 30 años, cuando el primero se le haya concedido a un poeta de mayor edad. El Premio –que se publica en la Colección Visor– se ha ido consolidanado con los años como uno de los certámenes más importantes de España. El primero en obtenerlo fue Juan Luis Panero, en 1988, a los que siguieron poetas de la talla de Jaime Siles, Guillermo Carnero, Bernardo Schiavetta, Felipe Benítez Reyes, Cristina Peri Rossi y Vicente Gallego, entre otros muchos, hasta llegar a Juan Vicente Piqueras, galardonado en 2012 por su poemario «Canción en blanco», libro que se presentó ayer en el acto de celebración del 25 aniversario celebrado en el Instituto Cervantes en un acto tan concurrido como emocionante.

Tanto la celebración como la presentación del último ganador, han tenido un carácter emotivo muy especial porque Enrique Loewe Lynch, creador de la fundación, se jubila. El actofue introducido por Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, quien aseguró que «es un lujo en estos años de miseria celebrar 25 años de poesía». Ha definido al fundador «como un verdadero mecenas, generoso, desinteresado, exquisito...

Un mecenazgo que ha honrado a la poesía tomándola como forma de lograr un espíritu optimista y como una ayuda para ser hombre». Para él, «ha sido un honor formar parte del jurado que lo otorga, en el que –aclara– ha gozado de libertad absoluta. En tiempos de miseria es cuando es más necesaria la poesía. No es un lujo, sino de primera necesidad». Enrique Loewe, afectado y muy emocionado por su despedida al frente de la Fundación, ha dicho que «estos años han supuesto una experiencia fantástica. Difícil, pero con la satisfacción del buen hacer. Me considero un poeta frustrado que ha aprendido muchas cosas útiles para la vida de la poesía. Su capacidad de expresión, la de saber cuáles eran los caminos que debía seguir. Fue una idea oportuna e impresionante dedicarse a la poesía como se hace desde la Fundación».

Amistad y solidaridad

Y ha concluido cediendo el testigo: «Mis tiempos –ha dicho– están marcados, es hora dejar de paso a mi hija, que me ha impresionado por sus capacidad en estos primeros meses de relevo. Con la poesía hemos construido un "corpus"de amistad y de solidaridad en medio de la soledad y la angustia».

Posteriormente, han participado en la lectura de poemas un buen número de los ganadores, como Jaime Siles, Juan Pablo Zapater, Bernardo Schiavetta, Álvaro Valverde Berrocoso, Felipe Benítez Reyes, Alejandro Duque Amusco, Carlos Marzal, Guillermo Carnero y Joaquín Pérez Azaústre. Cada uno leyó sus poemas para celebrar las bodas de plata del galardón.

El relevo

Licenciado en Ciencias Económicas, Enrique Loewe entró en la empresa familiar en 1964. Pertenece a la cuarta generación familiar, tiene 72 años y considera la moda como «la esencia misma de la modernidad». Ha cedido el testido a su hija Shaila.