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Rodríguez-Ponga, misión cumplida

El secretario general del Instituto Cervantes hace balance de su año al frente de Eunic. Tiempo en el que ha cumplido los objetivos y en el que ha comprobado el peso de la institución y del español en el mundo
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El secretario general del Instituto Cervantes hace balance de su año al frente de Eunic. Tiempo en el que ha cumplido los objetivos y en el que ha comprobado el peso de la institución y del español en el mundo
Un bolígrafo de papel reciclado que lleva en el bolsillo de la chaqueta es el símbolo que conserva Rafael Rodríguez-Ponga de su año de presidencia en Eunic (European Union National Institutes for Culture). Se lo llevó de recuerdo de su último acto al frente de la institución, la Asamblea de Copenhague, que sirvió para designar a su sucesor. En Dinamarca puso punto y a parte a doce meses en los que ha «cumplido los objetivos». «Fue la culminación de mi presidencia después de un año en el que para mí fue un honor y una responsabilidad ocupar el cargo; y en el que el papel del Cervantes y el reconocimiento a España contaron muchísimo», introduce el también secretario general del Instituto Cervantes.
El mismo día de la Asamblea de Copenhague recibieron la noticia de la publicación, por parte de la Comisión Europea y del Servicio Europeo de Acción Exterior, de una comunicación conjunta sobre las relaciones culturales internacionales, en la que reconocen el papel de Eunic: un pasito más. En su casillero de éxitos destaca el haber reforzado la propia red dentro del organismo. Porque «una cosa es reunirse en Asamblea General una vez al año y otra estrechar relaciones. Y lo hemos hecho con seminarios de temas muy concretos, reuniones sectoriales, formación de profesores... En Londres, Múnich, Nancy, Alcalá, Túnez, Kiev, Bruselas...», apunta.
- Transmitir diversidad
Rodríguez-Ponga es claro con el mensaje que la institución debía transmitir para ir sumando metas durante su mandato: «Para difundir la cultura europea dentro y fuera de nuestras fronteras no hace falta crear estructuras nuevas. Para eso ya existimos los institutos nacionales, que somos los que la transmitimos en su diversidad». En total, 35 organismos pertenecientes a 28 países son los que aúna Eunic, que con el nombramiento del filólogo vio a un español por primera vez como cabeza del proyecto.
Pero todo ello pasó y Rafael Rodríguez-Ponga, desde su despacho del Cervantes, ya mira hacia delante, al siguiente paso, pedir a las instituciones europeas que Eunic vaya ganando terreno. La firma de un memorándum de entendimiento es lo que tiene en la cabeza para seguir creciendo. «Porque queremos llegar a un acuerdo más formal. Los institutos nacionales de cultura podemos ser una parte importante para que Europa trabaje en diferentes partes del mundo. Y en el caso del Instituto Cervantes no hay duda de que da prestigio a España en Europa y todo el mundo».
–¿Se le ha quedado algo en el tintero?
–Es importante destacar el buen ambiente que existe entre las instituciones y hacer un llamamiento para que el British Council siga siendo parte de la UE.
–¿Y si se confirma el «brexit»?
–Se abren interrogantes, pero habría consecuencias en todo.
–¿Podría seguir?
–No puedo contestar a eso ahora.
–Sería perder a uno de los pesos pesados.
–A uno de los seis fundadores.
Puede que sea un momento para dejar asuntos farragosos al margen por el bien de todos. Aunque el secretario general del Cervantes es tajante con que «la cultura también engloba la política». «El propio Cervantes está implicado en cuatro políticas sectoriales: cultura, educativa, asuntos exteriores y en ayuda oficial al desarrollo en algunos países».
Rafael Rodríguez -Ponga repara en el papel de la cultura en las relaciones internacionales, abriendo o expandiendo fronteras: «Enorme», apunta. Mucho más allá de pinturas, libros y demás, por supuesto. Para ello, el secretario general recurre a una definición amplia que han sacado en Eunic: «Cuando hablamos de cultura no siempre se hace de lo mismo. No es igual la labor del Cervantes que la de los otros institutos. Cada uno está adaptado a la realidad de su país. Pero referirse a cultura es hacerlo a creación, artistas, cine, literatura, pintura... Y también a tradiciones nacionales, historia, gastronomía, deporte, artesanía, turismo... De industrias como la del libro, la audiovisual, la musical... Hablamos de lengua, como en el caso del Instituto Cervantes. Otros no tienen tanta influencia como aquí, pero es que la lengua española en el mundo tiene mucho peso».

La eñe sigue de moda

«La eñe está de moda», lo dijo el propio Rodríguez-Ponga durante una entrevista a este diario hace cuatro años. Y ahora, en 2016, se ratifica: «Es un símbolo del español y es verdad que la lengua está creciendo en prestigio». Respecto a la situación del Instituto Cervantes en el mundo habla maravillas, pero no deja de mirar y buscar nuevos horizontes, entre los que habla de «tener una presencia más grande en Iberoamérica, en África y cubrir huecos en Asia y en Europa».