Simone Veil se convierte en la quinta mujer en ingresar al Panteón

“Son 300.000 cada año. Pasamos a su lado todos los días sin conocer casi nunca su desamparo y sus dramas”. Así hablaba Simone Veil el 26 de noviembre de 1974, ante la Asamblea de Francia, sobre las mujeres que anualmente recurrían al aborto ilegal y clandestino en su país. La escuchaban 492 diputados, de los cuales solo 9 eran mujeres.

Durante los siguientes tres días, Francia entera debatiría su propuesta de despenalización de los anticonceptivos y el aborto. Veil, entonces ministra de Sanidad, fue insultada y amenazada por los sectores más conservadores, entre ellos otros diputados. Pero el 29 de noviembre la votación -285 votos a favor y 188 en contra- demostró que, como ella había afirmado días antes, no se podía seguir “cerrando los ojos” ante la situación de las mujeres.

Así, Veil pasó a la historia de su país. En 1979 la superviviente del Holocausto, que perdió a su familia en la Guerra, se convertiría en la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo. Ahora, un año después de su muerte, Francia la honra al trasladar sus restos y los de su esposo, Antoine Veil, al Panteón de París, donde descansarán junto a los de Victor Hugo y Voltaire, entre otros.

Veil será la quinta mujer en ingresar al Panteón tras Sophie Berthelot, Marie Curie, Germain Tillion y Genevieve De Gaulle-Anthonioz. Junto con otras políticas relevantes de Francia, la ex ministra luchó por incluir a más féminas en el monumento, entre ellas, Curie, que ingresaría en 1995 durante el mandato de François Mitterrand. "Que no haya ninguna mujer en el Panteón supone negar aquello que en el pasado las mujeres han aportado a nuestra patria. Pero supone también casi negar aquello que las mujeres aportan a día de hoy a nuestro país y lo que podemos esperar que aporten en el futuro", escribió entonces Veil al presidente.

“Nuestra madre nunca pensó que terminaría en el Panteón. El único que lo creía era nuestro padre. Él acostumbraba a bromear con que no tendría sentido separarlos después de 67 años viviendo juntos”, comentaba a “CNews” Jean Veil, el mayor de los hijos de Simone y Antoine. Y es que los Veil formaron una pareja descrita por sus hijos como inseparable. Antoine, igualmente de origen judío, huyó a Suiza durante la Segunda Guerra Mundial y se libró de ser deportado a los campos de concentración, como sí le ocurrió a su esposa. Ambos se conocieron años más tarde cuando estudiaban en el Instituto de Estudios Políticos de París.

Mañana, después de dos días en que sus féretros permanecieron expuestos en el Memorial de la Shoah, en París, un cortejo fúnebre recorrerá el centro de París para acompañarlos hasta el Panteón. Se espera que cerca de mil personas asistan a la ceremonia oficial, entre ellos los ex mandatarios Sarkozy y Hollande, además del presidente Macron y la primera dama.

En un año en que ha vuelto a hacerse énfasis en las injusticias y discriminaciones de las que son víctimas las mujeres a nivel global, resulta apropiado recordar y valorar los esfuerzos de Veil por minimizar la brecha entre ambos géneros y por dotar a las mujeres de opciones y poder de decisión. Y es que no solo luchó por la despenalización del aborto, sino que abordó temas como las pensiones de maternidad, la adopción, los subsidios para madres solteras y el financiamiento de los centros maternales.

Además, la que fuera la primera presidenta del Parlamento elegida por sufragio universal, fue también clave en la integración comunitaria. Durante sus años en el Parlamento se firmaron el Acta Única Europea (1986) y del Tratado de Maastricht (1992), que sentaron las bases de la Unión Monetaria, que culminaría con el euro, y la adhesión de Grecia, España y Portugal.