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Lope alquila Olmedo a Cervantes y Shakespeare

Las citas festivaleras del verano siguen su curso, esta vez es el turno de Olmedo, donde su programación rendirá tributo a dos nombres protagonistas de este 2016
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Las citas festivaleras del verano siguen su curso, esta vez es el turno de Olmedo, donde su programación rendirá tributo a dos nombres protagonistas de este 2016
Una programación «completa y variada» han tratado de configurar un año más los organizadores del festival Olmedo Clásico, cuya 11ª edición comienza hoy con la visita de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, que trae a la ciudad que dio a conocer Lope de Vega, precisamente, una obra del Fénix de los Ingenios: «La villana de Getafe». Sin embargo, tras el espectáculo inaugural, el orgulloso autor madrileño tendrá que ceder parte de su protagonismo habitual en esta Villa del Caballero a los dos grandes homenajeados de las letras y el teatro este 2016, en el cuarto centenario de la muerte de ambos: Cervantes y Shakespeare.
En el segundo de ellos ha puesto su mirada el director Eduardo Vasco, al frente de la compañía Noviembre, para levantar mañana sobre el escenario «Ricardo III», que será, sin duda, uno de los platos fuertes del festival. Partiendo de una versión realizada por su habitual colaboradora Yolanda Pallín, y con un elenco de 11 actores –cifra que hoy podría considerarse desmesurada para una compañía privada como es ésta–, Vasco recrea la tragedia sobre el pérfido y deforme Ricardo, el duque Gloucester, que accederá a la corona de Inglaterra sirviéndose de todos y todo con una inmoral astucia de la cual son deudores una buena parte de los psicópatas que tradicionalmente han protagonizado la literatura negra desde que este género existe. Se trata de una obra compleja –es una de las más largas de Shakespeare– que, según algunos eruditos, resulta irregular y que contiene escenas irrepresentables, pero que ha dejado para la posteridad un malvado único y genial.

Luchas de poder

El director del montaje encuentra en la pieza numerosos atractivos que justifican su puesta en escena: «Me interesan del texto muchos aspectos –explica–: las luchas de poder que se plantean, el ascenso de Ricardo sin que nadie se atreva a dar el paso para pararlo, la precariedad de los personajes, que parecen estar en permanente transición hacia una muerte segura; el lugar que ocupan las mujeres... Y luego hay un personaje maravilloso, claro, que es Ricardo. Yo en este momento tenía el elenco perfecto para hacer este texto, que es una de las cosas que en los últimos tiempos me llevan a decantarme por una obra u otra, y tenía al actor perfecto para hacer a este protagonista». Arturo Querejeta, que ya ha trabajado a las órdenes de Vasco en numerosas ocasiones, y que pasa por ser uno de los actores españoles más experimentados y aplaudidos haciendo teatro clásico, será quien ofrezca «mi reino por un caballo» dando vida a un protagonista en cuya despiadada conducta se atisban a veces, paradójicamente, rasgos de humor inusitados. «Es verdad que es una obra llena de sentido del humor y de ironía, pero normalmente se toma muy en serio –afirma el director–. Yo creo que a Shakespeare no se le puede leer sin esa parte de humor, que está presente prácticamente en todas sus obras. Y creo que ese humor está proyectado hacia el público, hacia un público que Shakespeare sabe que comprende los dos lados de la vida, el lado serio y el lado absurdo. Y Ricardo es un personaje lleno de absurdos; protagoniza situaciones que, de tan cruentas, llegan a ser cómicas».
Y no será éste el único Shakespeare que se represente en Olmedo: el próximo miércoles 20 subirá a la corrala del Palacio del Caballero «Macbeth», una obra que para la Alquibla Teatro, compañía responsable del montaje, «indaga en lo prohibido, explora la transgresión y ofrece la oportunidad única de compartir la vida interior de un asesino, con su horror y su misterio».
Cervantes, por su parte, estará asimismo presente esta edición con otros dos montajes. El martes 19 llegará el «Cervantes ejemplar» de Micomicón –de cuyo reciente estreno en Almagro ya dio cuenta ampliamente LA RAZÓN–, mientras que la exitosa compañía Ron Lalá, una de las más queridas por el público olmedano, será la encargada de clausurar el festival el día 24 con «Cervantina», uno de los montajes más aplaudidos esta temporada en toda España.
Cuando esa clausura llegue, habrán pasado este año por la ciudad vallisoletana un total de doce espectáculos que parten de autores, épocas y lugares diferentes, aunque todos vinculados al barroco. «Hay un tránsito entre tres siglos –explica el codirector del festival, Benjamín Sevilla–. De lo más antiguo, que sería el Triunfo de Amor de Juan del Enzina que dirige Ana Zamora, con un castellano casi antiguo, hasta el siglo XVIII en Italia de Goldoni, con ‘‘La hostalera’’ que van a traer los Teatres de la Generalitat Valenciana; pasando por Francia, con un Molière que será ‘‘El burgués gentilhombre’’ de la compañía Morboria; por Gran Bretaña, con los dos espectáculos de Shakespeare; y, por supuesto, por España, con el resto de espectáculos. Además, volvemos a hacer este año el esfuerzo de apostar por el teatro infantil con la sección “Clásicos en familia”, en la que hemos programado ‘‘El mágico prodigioso’’, de Calderón de la Barca, dirigido por Yolanda Mancebo».
Y parece que ese esfuerzo da hermosos frutos: con una ocupación que en la venta anticipada supera ya el 80% en los espectáculos programados para los dos fines de semana que abarca, Olmedo Clásicos vuelve a presumir este año de financiar un tercio de su presupuesto, que ronda los 220.000 euros, con la recaudación de la taquilla.

De aperitivo, un clásico

En sesión matinal –a las 12:45 horas exactamente–, y en un ambiente informal que brinda a los espectadores la posibilidad de conversar con los creadores teatrales, se desarrolla un año más la sección «De aperitivo, un clásico», que en esta edición acoge «Crónica de una Casa Real», un espectáculo dirigido por Gustavo Galindo y Mamen Camacho que está basado en «Los cabellos de Absalón», de Calderón, y La venganza de Tamar, de Tirso de Molina. «La sección está dedicada a nuevos lenguajes y nuevas tendencias escénicas –explica el codirector del festival Benjamín Sevilla–. Las propuestas tienen un formato más o menos pequeño, para 100 ó 150 espectadores, y se presentan ante un público muy, muy cercano que casi llega a interactuar en la propia obra, ya que al término de la función las bodegas locales invitan a un vino precisamente para que actores y espectadores intercambien impresiones sobre el espectáculo».
Dónde: Palacio del Caballero. Olmedo (Valladolid).
Cuándo: de hoy al domingo 24.
Cuánto: 6 euros.