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Un Planeta en recuerdo a Lara

Esta noche tendrá lugar la edición LXIV del galardón literario más destacado de las letras españolas y al que se han presentado en esta ocasión 486 novelas de todo el mundo.

El jurado ante las obras finalistas. De izda. a dcha., Pere Gimferrer, Alberto Blecua, Carmen Posadas, José Creuheras, Rosa Regàs, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán y Emili Rosales
El jurado ante las obras finalistas. De izda. a dcha., Pere Gimferrer, Alberto Blecua, Carmen Posadas, José Creuheras, Rosa Regàs, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán y Emili Rosaleslarazon

Esta noche tendrá lugar la edición LXIV del galardón literario más destacado de las letras españolas y al que se han presentado en esta ocasión 486 novelas de todo el mundo.

La tradicional rueda de Prensa previa a la entrega del Premio Planeta, que tendrá lugar hoy en Barcelona, se convirtió ayer en un homenaje a José Manuel Lara Bosch, quien fuera presidente del grupo editorial que convoca el galardón mejor dotado económicamente de las letras españolas. Y es que la de ayer fue la primera vez que Lara Bosch, fallecido el pasado 31 de enero, no estaba presente en un acto al que siempre le gustaba participar, hablando claro sobre el estado de salud del libro o incluso sobre la situación del país, siempre respaldado por los miembros del jurado y sin dejar de lado su siempre agudo sentido del humor.

La emoción se sentía en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau cuando José Creuheras, el actual presidente del Grupo Planeta, aseguraba que «este es un año especial para todos porque es el primero sin José Manuel Lara». Creuheras le definió como «un magnífico editor, un lector empedernido y amigo de los autores», y añadió que fue «una buena persona, transparente y grande» y que siempre hablaba con claridad.

Igual de sentidas fueron las palabras que le dedicó su hijo José Manuel Lara García cuando dijo que el del del Premio Planeta está siendo este año «un día muy emotivo para todos» por la ausencia de quien ha sido presidente del Grupo Planeta. «Mañana, la cena del premio, era su día, el más importante. Vendrán presidentes, ministros, escritores a esta velada, pero quiero pensar que mi padre estará allí». Lara García apuntó «la lección vital» dada por su padre desde que supo estaba enfermo de un cáncer mortal en 2011. «Recuerdo que pese a la enfermedad se enfrentó a ella con entereza. Nos dio una lección muy importante». Por todo eso, al apuntar lo que será el acto que se celebrará en el Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona, dijo que «mañana por la noche un magnífico autor ganará el Planeta y yo quiero pensar que también lo habrá para mi padre».

La actualidad catalana también ha estado presente en la rueda de Prensa. En las últimas ediciones, Lara Bosch, ante la posibilidad de una independencia en Cataluña, acostumbraba a pedir diálogo entre todas las partes. Ayer su hijo, cuando glosó su figura, rememoró aquella frase de 2012, «cuando dijo que si Cataluña fuese independiente» Planeta «tendría que irse a Madrid, Zaragoza o Cuenca». A preguntas de los periodistas, tanto Creuheras como Lara García se ratificaron en su fidelidad a esas palabras pronunciadas hace tres años.

Los miembros del jurado del Premio Planeta también quisieron recordar indivudualmente la figura del desaparecido editor que en esta ocasión está formado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales.

Posadas no evitó declarar que estaba «muy emocionada. Le debo mucho a José Manuel Lara, un hombre que siempre estaba pendiente de los detalles». Para la escritora, el que fuera presidente del Grupo Planeta, «más allá de su enorme inteligencia, era un buen hombre».

Una veterana en el jurado del galardón, Rosa Regàs, aplaudió la amplitud de miras que siempre demostró el fallecido editor, «logrando un imperio editorial en el que cada uno de los sellos tiene su propia política, de Crítica a LA RAZÓN»: Para Regàs, Lara fue alguien con «una ideología de respeto a todo», recordando con afecto que «me llamaba “mi escritora roja favorita”».

Por su parte, Pere Gimferrer habló de Lara Bosch como su compañero de pupitre en las Escuelas Pías, además de alabar «su inteligencia y su básica lealtad humana». Otro erudito e integrante del jurado, Alberto Blecua, hizo memoria de sus primeros contactos con Lara cuando trabajó «con mi padre, José María Valverde y Martín de Riquer». «Ha hecho una labor inmensa para el mundo de las letras», dijo un emocionado Blecua. Asimismo Juan Eslava Galán señaló en su intervención que «Lara no veía la edad de jubilación como una edad acabada porque quería quedarse con una editorial pequeñita en la que poder decidir hasta la tinta de los libros. Su sueño era como el de Molière, morir siendo un editor pequeñito».

Por último, Fernando Delgado no se olvidó del editor como alguien que apoyó «la convivencia, la tolerancia, con auténtica valentía». Un vídeo breve puso imágenes y voz a la biografía de quien se recordará esta noche por su gran promoción y divulgación de la letra impresa, alguien al que le gustaba decir que «el libro es lo que más amo. Le he consagrado mi vida y me he divertido mucho».

La actualidad copa las obras candidatas

Un premio que ha vendido 41 millones de ejemplares, es decir, que de media, cada hogar español cuenta con dos títulos, deja clara su relevancia. Este año se han concurrido 486 originales, con lo que ya se ha llegado a la cifra de 21.000 novelas presentadas en los 64 años del galardón. El tema dominante, dentro de la variedad lógica de géneros y estilos, es la realidad contemporánea, historias que bucean en el presente, o la historia reciente, para articular su ficción. «Llama mucho la atención cómo la potencia del presente domina las novelas presentadas. En una realidad tan cambiante e inaprehensible parece dejar mucho espacio para narrar todo tipo de historias», afirmó Emili Rosales, editor, escritor y secretario del jurado. Entre las diez novelas finalistas, la mayoría presentadas bajo pseudónimo, dominan también las historias que giran alrededor de la literatura y el mundo del libro, desde una historia «muy zafonesca», en palabras del escritor Juan Eslava Galán, sobre un detective encargado de investigar los misterios de una novela, a ficciones alrededor de una librería y la especulación inmobiliaria, la investigación para descubrir al verdadero autor de «El lazarillo de Tormes», o la también detectivesca «Sociedad literaria Tolbooth», de Margarita García Gallardo. El tardofranquismo de los 60 también está bastante representado.