Una historia de violencia

Esta es una historia real, aunque filtrada, inteligentemente, por el tamiz de la ficción. Lo real de la historia es el secuestro, en 2014, de doscientas colegialas en Nigeria a manos del grupo fundamentalista Boko Haram. Muchas de ellas, en la actualidad, permanecen en cautiverio. La ficción, en cambio, es la forma que le ha dado a esta historia la escritora irlandesa Edna O’Brien, quien después de interesarse por el secuestro de las colegialas, viajó a Nigeria, buscó información, se puso en contacto con algunas de las chicas que habían logrado escapar y compuso esta novela desgarradora que es, entre muchas otras cosas, una llamada de atención sobre el sufrimiento que padecen mujeres y niñas. «Tiempo atrás fui una niña, pero ya no», dice Maryam, al comienzo, la narradora de «La chica». Como muchas de las otras chicas secuestradas, Maryam también fue violada varias veces, fue obligada a casarse y a ser madre. Pero, a diferencia de otras, Maryam ha logrado escaparse con su hija, más allá que desconoce el tiempo y el lugar en el que se encuentra y solo cuenta con la compañía de Buki, una chica que se ha fugado con ella. El relato de Maryam no deja de ser, tal como puede esperarse, un relato estremecedor. No solo por lo que en él se cuenta, sino porque la escritora consigue darle un tono entre pausado e hipnótico, a pesar de que muchas de las escenas que se narran entre las páginas de esta novela están salpicadas de una violencia y de un dolor que por momentos aturde.

La escritora, de todos modos, consigue que el lector empatice de inmediato con la narradora, pues detrás de esa historia de horror hay sitio, sin embargo, para la redención. Porque el vínculo que Maryam establece con Buki hace que surja otra historia: una aventura de amor y solidaridad, de una lucha permanente que busca otorgarle un sentido a la experiencia que les toca vivir y, también, de una batalla constante por sobrevivir.

El centro de la novela, aún así, no es el testimonio de Maryam ni el posible argumento que la autora ha diseñado, sino otra cosa bien distinta. Las consecuencias que situaciones como el secuestro, la violación y la maternidad forzada han tenido sobre la joven. Un trauma que, como un agujero oscuro, vacío, sin fondo, amenaza con llevarse todo lo que ha vivido, incluso la vida misma. En ese sentido, «La chica», aunque esté situada y ambientada en Nigeria, no deja de tener una vocación más general, y es la de señalar que, en cualquier parte del mundo, la vida de una mujer, el sueño de una adolescente, puede convertirse, en manos del machismo, en una terrible pesadilla.

Edna O’Brien (Irlanda, 1930). Es miembro honorario de la Academia Americana de las Artes y las Letras y ha trabajado como guionista

conocer de primera mano el dolor que vivieron y viven las niñas secuestradas por Boko Haram

Ninguno que merezca la pena destacarse

El tono pausado, tranquilo y ameno

8

LUMEN

232 páginas

19,90 euros