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Una oportunidad para el teatro más joven

Varias actividades artísticas llenarán el Teatro Español y la plaza que preside para dar visibilidad a las propuestas más vanguardistas de los escenarios.
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Varias actividades artísticas llenarán el Teatro Español y la plaza que preside para dar visibilidad a las propuestas más vanguardistas de los escenarios.
El Teatro Español expande los límites de las disciplinas teatrales y contemporáneas a partir de la segunda edición de ZIP, un festival que desde el 12 al 17 de junio apostará por un teatro emergente y de vanguardia. Llegando más allá de los límites escénicos del Español, la cita ocupará todo el edificio utilizando la sala Margarita Xirgu y el espacio Andrea D’Odorico, entre otros, así como la plaza de Santa Ana. Tal como dijo Carme Portaceli, directora artística del teatro, en la primera edición de ZIP, serán los artistas los que elijan en qué espacios actuar, “que okupen -con k- el Teatro Español”.
Se trata de impulsar nuevos lenguajes escénicos y relaciones entre el teatro, el público y los profesionales, a partir de actuaciones musicales, escénicas y participativas de diferentes compañías. La gente joven tendrá la oportunidad de explotar, culturalmente hablando, durante cinco días las salas del teatro, que albergará 10 actuaciones de muy distinta naturaleza y con la originalidad a la orden del día. En el festival, el tiempo será algo valioso y así lo transmitirá “La Traviata”, primera obra de la cita y con la que Anto Rodríguez ofrece una reflexión sobre el transcurrir del tiempo a partir de un intercambio de miradas. En el mismo día, la compañía Poderío Vital presentará “1.000 preguntas antes de cantar una canción”, una obra escénica pensada como composición musical donde será de gran importancia “pararse a pensar” antes de realizar cualquier movimiento.
El Teatro Español también será testigo de reivindicaciones sociales y políticas a través de estas obras, como el concierto de la compañía Filastine & Nova, “Drapetomania”, con el que buscan crear un sonido sin fronteras, y “Casas”, la obra de Xesca Salvà que, con el juego como punto de partida, planteará una reflexión sobre la memoria de los objetos y la importancia sentimental que le otorgamos a los espacios cotidianos.
La mujer también será protagonista en el festival, sobretodo por parte de la “performer” Agnès Mateus que, junto al artista Quim Tarrida, presentará el montaje estrella de la edición “Rebota, rebota y en tu cara explota”. ¿Por qué salimos a celebrar el fútbol en masa y se asesinan a mujeres a razón de dos por semana desde hace 10 años? La obra plantea una serie de cuestiones con el objetivo de denunciar la violencia de género y la pasividad social que hay ante ella, afirmando que “nos debería explotar la vida en la cara más a menudo”. Por su parte, Carla Rovira cerrará el festival con “Matria”, donde reivindicará el papel que la mujer forjó en el legado familiar durante la época de la Guerra Civil.
El festival contará además con experiencias ya conocidas pero desde un punto de vista diferente, como ocurre con “La Riña”, una pieza participativa creada específicamente para el festival, de la compañía Los Bárbaros, con la que plantearán el enfrentamiento entre Góngora y Quevedo, partiendo desde lo cotidiano a lo inesperado y poético. Además, el mito de la caverna de Platón será cuestionado por “Mi nombre es Hor”, de Psirc, un montaje de inspiración circense en el que los propios artistas expondrán la experiencia que vivieron en una gruta durante la realización de la obra.
En definitiva, tal como explicó Portaceli el año pasado, “vivimos en un momento en el que todas las personas que pertenecemos al mundo de la creación buscamos un lenguaje que nos ayude a transmitir al público nuestras inquietudes, preguntas y reflexiones”. Mediante este lenguaje, ZIP ofrecerá varias metáforas con las que el mundo en el que vivimos será cuestionado y la interacción entre público y escenario será la clave.

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