Zerocalcare: «El cómic no es un género literario»
Dibujante. «La profecía del armadillo» es el título del cómic que ahora presenta en España tras vender más de dos millones de ejemplares en Italia
Dibujante. «La profecía del armadillo» es el título del cómic que ahora presenta en España tras vender más de dos millones de ejemplares en Italia
Zerocalcare es el seudónimo del último fenómeno del cómic en Italia. El dibujante es una de las estrellas del certamen barcelonés. Ayer habló con LA RAZÓN.
–En «La profecía del armadillo» (Reservoir Gráfico) nos cuenta una historia autobiográfica con elementos de fantasía. ¿Cómo surge este cómic?
–En realidad nace por casualidad. Vengo del mundo «underground» de Roma y quería hablar de una amiga que había muerto, pero no formaba parte de esta tribu. Pensé que lo mejor para recordarla de una manera natural era el cómic. Pero también me dije que para que los lectores pudieran comprender el mundo del que procedo necesitaba referencias culturales comprensibles para todos. Es decir que para plasmar el mal con Darth Vader me servía sin tener la necesidad de usar palabras.
–¿Por qué el cómic como vehículo para ese mensaje?
–Es un lenguaje, no un género literario. En Italia se entiende que puede ser como un lenguaje con el que poder dirigirte a quien quieras. Es decir, esto no es una cosa solamente para niños porque hay todo tipo de cómic. A ello se le suma la gran ayuda que nos ha ofrecido internet gracias a la labor de los blogs especializados en los que puedes encontrarte con historietas que se actualizan semanalmente. Sin los blogs, hoy sería imposible llegar a tantos lectores.
–«La profecía del armadillo» está protagonizada por usted, pero me gustaría saber si hay muchas diferencias entre el Zerocalcare real y el que encontramos en su libro.
–Hay pocas ,la verdad. Hablo de cosas que me han pasado, sin exagerar nada con la excepción de mis emociones que intento hacerlas mucho más divertidas para el lector con el empleo de referentes de la cultura popular. Lo que cuento lo he vivido y los dos personajes –el real y el del cómic– se pueden superponer sin ningún problema.
–¿Es la realidad su principal fuente de inspiración o le gustaría también tratar la ficción?
–Es curioso, pero todo lo que me impulsa a hacer un cómic son historias tristes. En «La profecía del armadillo» habló de la muerte de una amiga, pero en otro trabajo lo hago de la de mi abuela. También he tratado la resistencia de los kurdos en Siria, algo que no es nada alegre. Si todo esto lo tratara desde un punto de vista triste, no sabría resolverlo porque o eres muy valiente y poético o acabas haciendo una telenovela de pésima calidad. Me interesa el humor porque vengo de un barrio en el que si te tomabas demasiado en serio acababas francamente mal.
–¿Qué le interesa del mundo del cómic? ¿Tiene algún referente?
–Lo he leído todo, desde que de niño empecé con las historietas populares de Mickey o Lupo Alberto. Tiempo después descubrí el manga y «Dragon Ball» incluso fue un referente para mí. Pero también me gusta mucho el «underground» y series como Tank Girl. Del cómic español me interesan bastante Miguel Ángel Martín y «Los surcos del azar» de Paco Roca.