Ocio

Crítica de libros

Los libros de la semana: Amor, música, guerra y filosofía

Una excelente biografía de Toni Montesinos indaga en la vida y obra de Whitman y lo relaciona con su tiempo y otros creadores nortamericanos del XIX

Los libros de la semana: Amor, música, guerra y filosofía
Los libros de la semana: Amor, música, guerra y filosofíalarazon

Una excelente biografía de Toni Montesinos indaga en la vida y obra de Whitman y lo relaciona con su tiempo y otros creadores nortamericanos del XIX

«EL DIOS MÁS PODEROSO. Vida de Walt Whitman»

Toni Montesinos

ARIEL

536 páginas,

21,90 euros

Whitman, las «Hojas de hierba» definitivas; por Jesús Ferrer

Una excelente biografía de Toni Montesinos indaga en la vida y obra del escritor y lo relaciona con su tiempo y otros creadores nortamericanos del XIX

La bibliografía en español sobre la obra y personalidad de Walt Whitman (West Hills, Nueva York, 1819 -Candem, Nueva Jersey, 1892) cuenta desde hace años con algunos estimables títulos, pero acaso faltaba hasta ahora una completa biografía que relacionara eficazmente su poesía con la mentalidad estética e ideológica de su tiempo. Compensa sobradamente esta ausencia «El dios más poderoso. Vida de Walt Whitman», del poeta, ensayista, narrador y crítico literario Toni Montesinos (Barcelona, 1972), quien ya abordara una temática semejante en «El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau» (2017).

A la manera del riguroso biografismo anglosajón asistimos aquí no solo a las vivencias y derivas líricas del poeta nacional americano, sino que a la vez se reconstruye el tiempo histórico-literario en que se gesta su obra, los ascendentes artísticos de la misma, su posterior repercusión y vigencia. Lógicamente, el libro gira alrededor del capital poemario «Hojas de hierba» (1855) que, por su condición de «obra en marcha» (la primera edición constaba de doce poemas y la última de más de cuatrocientos) a lo largo de cuatro décadas, muestra la evolución del pensamiento estético, filosófico y político de Whitman, imbricado todo ello en sus atribuladas circunstancias personales. Además de su dedicación al periodismo (concebía la Prensa como el conjunto de «lectores libres»), que le mantendría en directo contacto con las inquietudes sociales de la época, destaca la influencia del grupo de Concord, con Ralph Waldo Emerson al frente y bajo la ascendencia de H.D. Thoreau, ideólogo de la desobediencia civil y el crecimiento personal en la naturaleza, el «trascendentalismo» como ideario integrador de los fundamentos democráticos y el individualismo civil.

Para el lector español, «Hojas de hierba» tiene dos claros referentes literarios: la creativa traducción al castellano que realizara Jorge Luis Borges y el protagonismo que adquiere su autor en «Poeta en Nueva York», de Federico García Lorca («Oda a Walt Withman»); este supo recoger, con mirada surrealista y entusiástico tono, el perfil hímnico, espiritual, homoerótico y tolerante del poeta americano y su obra. Escrita en el ambiente optimista y emprendedor de los nacientes estados de la Unión, desde esta conciencia de lo colectivo solidario, se define así y con palabras del propio Whitman, su integradora y popular ideología nacional: «Whitman entiende que el mayor factor que ha de explotar es el otro desde sí mismo, atendiendo a la Nación desde el Individuo, dejando claro que lo mejor de su tierra es ''el común de las gentes. Sus maneras, lenguaje, indumentaria, amistades; la lozanía y candor de sus rostros; el desparpajo pintoresco de su porte...; su devoción imperecedera a la libertad''».

Recogen estas páginas los característicos referentes identitarios del biografiado: desde la exultante vehemencia expresiva a su naturaleza de independiente librepensador, pasando por el arrogante mesianismo, su cosmogónica visión de la realidad, la filosofía como un arte de vivir y la decisiva influencia cuáquera. Se matiza con perspicacia su decidida actitud contraria a la esclavitud (fue un partidario acérrimo de Abraham Lincoln), aunque considerara a los abolicionistas como radicales activistas. A pesar de que se abunda en la idea de que el propio Whitman sostenía, de que era un poeta sin generación literaria o declaradas influencias, se le relaciona muy apropiadamente con coetános como Herman Melville, H.W. Longfellow, Nathaniel Hawthorne y, sobre todo, Mark Twain, quien también sufriría la censura moralista, coincidiendo ambos en la confluencia entre nación, naturaleza y ciudadanía; sin olvidar a R.L. Stevenson, que diría de Whitman: «Quiere animarnos a ser libres y amables probando que ya lo somos».

Poeta popular

Desde el punto de vista retórico se resalta la expresividad coloquial de una poesía que incluye cotidianos giros idiomáticos y un desinhibido lenguaje exabrúptico, junto a solemnes invocaciones deístas, un léxico de manifiesta habitualidad erótica y una estilística de convencida proclama patriótica. Su egótico individualismo le mantendría al margen, aún coincidiendo con algunos de sus postulados, de movimientos naturistas o feministas, así como algo alejado del sindicalismo y el anarquismo. Todos estos matices referenciales nos acercan a una desmitificación de la convencional iconografía temática del biografiado (que ya señalara Cesare Pavese), mostrándonos un poeta popular que entraña también un calculado hermetismo, un épico cantor del alma americana que incurre felizmente en intimistas simbolismos, como el de la conocida belleza de las mariposas, y un entregado defensor de la bondad, aunque consciente de los claroscuros de la condición humana.

«Hojas de hierba» continúa ejerciendo una admirativa influencia en nuestra contemporaneidad (se muestra aquí su presencia en la obra de Paul Auster o J. M. Coetzee), porque remite a los valores de la libertad individual, la democracia solidaria, el albedrío sentimental y el testimonialismo civil. Esta definitiva biografía, de sólida documentación bibliográfica y analítica mirada crítico-literaria, fluida amenidad y buen ritmo narrativo, induce decisivamente a la actual recuperación del irrepetible poeta que solicitaba: «Dame un campo donde crezca la hierba sin segar».

Sobre el autor

Toni Montesinos es poeta, narrador, ensayista y crítico literario dedicado, entre sus diversas inquietudes intelectuales, a la biografía como un instrumento de analítica reconstrucción del ambiente cultural del biografiado, ahondando en los referentes estéticos, históricos y morales que conforman su obra artística.

Ideal para...

profundizar en la vida y obra de un Walt Whitman acaso densamente revisitado, en la medida en que se perfilan y matizan sus característicos rasgos poéticos situándolos en su contexto.

Un defecto

Siempre resulta deseable, para una mayor comodidad lectora, que las notas al texto figuren a pie de página, en lugar de al final del libro como aquí sucede, sin que esto empañe para nada la excelencia de este ensayo.

Una virtud

La capacidad para conectar, con perspicaz audacia investigadora, los hechos concretos de la vida de Whitman con su trascendencia ética y artística, relacionándolo con la obra de destacados escritores de su tiempo.

Puntuación: 10

NOVELA

«TOTALIDAD SEXUAL DEL COSMOS»

Juan Bonilla

SEIX BARRAL

288 páginas,

18,90 euros

Nahui Olin, un amor azteca; por Ángeles López

Juan Bonilla arroja luz sobre esta enigmática, desconocida y apasionante figura

Bonilla se ha adentrado en un proyecto de gran envergadura: abordar su «novela americana». ¿O Latino-europea? ¿O mestiza? No tengo nombre para lo que ha hecho, pero sí agradecimiento, como alabé a la Premio Cervantes, Elena Poniatowska, cuando se acordó de nuestra protagonista. Se trata de un personaje injustamente olvidado, Carmen Mondragón, conocida como Nahui Olin –en azteca, significa el «último sol», así como el primero; y el que ciega–, pintora, escritora, profundamente sensual, feminista, vanguardista e indiscutible estrella de los locos años 20 que luego engulló el humo del tiempo a medida que fue envejeciendo, hasta ser rescatada por el esfuerzo de un reducido grupo de investigadores.

Fue todo un personaje carne de biografía. Nacida en México en 1893, era hija del general porfiriano Manuel Mondragón, que se convirtió en millonario diseñando un cañón, una carabina y un fusil automático. Vivió en el París de los primeros años del siglo XX, donde se codeó con Braque, Matisse o Picasso. Tras pasar por San Sebastián, se sumergió en la vida artística de México, donde vivió con una impudicia que hoy sabemos que tenía intención política. Destacó por sus ideas feministas y su actitud provocadora y ecléctica, hasta llegar a interesarse, no solo por la poesía y la filosofía, sino también por las ciencias exactas. Posó –y epató– para Diego Rivera, trastornó a México en los años de sus vanguardias, fue una «perturbada» en la época de la «perturbación» más absoluta, escribió poemas, pintó como Dios la dio a entender, enseñó su cuerpo como obra de arte en portadas de revistas de variedades y asistió sola en el ocaso de su vida dando clases en un colegio donde nadie sabía quién era. Los grandes ojos de Nahui Olin «eran de un verde felino y su pelo una hoguera. Era como si lo fuera iluminando todo a su paso, como si el mundo se incendiase al calor de su mirada», arranca Bonilla en este libro, bajo un título excéntrico que alude a una cita de la protagonista, y que nos da la pauta de su universo, su estética y su capacidad metafísica.

Un viaje sin final

Nahui Olin fue una belleza cantada, contada, pintada y loada; incluso llegó a probar suerte en Hollywood... Pero estaba sentenciada, en tanto que ¿ensombrecía? a sus camaradas artistas o ellos la empezaron a percibir como una amenaza. Sagaz, se escondió en su casa de Tacubaya, donde pasaría décadas, sin olvidar estar informada del ascenso artístico de quienes tanto la ponderaron sin corazón. Años antes, tras un viaje a bordo de un trasatlántico, con 40 años, viviría un último repunte vital. Se llamaba Eugenio Aciano y era capitán de barco. Fueron de puerto en puerto hasta que él murió de una intoxicación en Cuba mientras ella le esperaba. Nunca aparecieron las cartas que ella le escribió. Quizá la mayor obra de arte de su vida fue salir de puntillas del mundo y callarse. Que Bonilla haya decidido rescatarla con el terrible lenguaje de la verdad y «gritarla», ha sido un placer.

sobre el autor

Entre sus obras destacan «Los príncipes nubios», ganadora del Premio Biblioteca Breve o «Prohibido entrar sin pantalones», galardonada con el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa

ideal para...

conocer el ascenso y declive de una artista singular, primero loada y luego olvidada

un defecto

Se percibe el enamoramiento del novelista por la protagonista

una virtud

Su belleza. La inteligencia y sensibilidad de Bonilla ha conseguido que queramos correr a las librerías para saber más de ella

puntuación: 9

«VOCES HUMANAS»

Penelope Fitzgerald

IMPEDIMENTA

208 páginas,

20,50 euros

La guerra en tiempos de vida; por Sagrario Fernández-Prieto

En 1940 cuando Francia ya había sido invadida por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y había comenzado la evacuación de los londinenses, el edificio de la BBC con su imponente forma de buque de guerra, se convirtió en un majestuoso cuartel general desde el que se radiaban instrucciones de guerra, discursos, debates y noticias. Pero su interior era un auténtico caos: debido a las movilizaciones faltaban locutores, realizadores, guionistas. «El aire vibraba de urgencia y preocupación», todas las ventanas estaban cubiertas con cortinones negros para evitar ser un claro objetivo en los ataques aéreos nocturnos y el salón de actos se llenó de literas donde encontraron refugio personas que habían perdido su hogar. La BBC eligió decir la verdad y no palabras de consuelo, pero al mismo tiempo era necesario que los ingleses no se desesperasen ante la amenaza de una invasión alemana que parecía inminente y los continuos y furiosos bombardeos.

Variopinto escenario

El director de programas grabados de «Voces humanas» hace lo que puede con sus ayudantes, todas chicas jóvenes. En el sótano se apilan discos grabados por él, como «Primer día de guerra: sirena antiaérea» o «Falsa alarma: gritos de júbilo con entrechocar de tazas de té». En este departamento se incorpora Annie Asra, la protagonista, una joven de sinceridad apabullante, que huye de las emociones pero se enamora de su egocéntrico jefe. Fitzgerald no solo describe el ambiente de guerra, una escritora como ella, experta en diseccionar sentimientos y emociones, va más allá y transmite con maestría esa vitalidad especial que se da en las guerras, cómo la facilidad con que la gente muere o desaparece y el miedo a la propia muerte hace que los seres humanos se aferren con más fuerza a la vida. La autora trabajó para la BBC durante la guerra y sabe muy bien de lo que que está hablando. Sin perder de vista la ironía, que salpica con toques de humor los momentos más trágicos, describe sentimientos y confidencias nocturnas con el sonido de fondo de los aviones alemanes.

Las historias personales descubren duros problemas al tiempo que el amor surge entre colegas y asistimos a un nacimiento en una de esas precarias literas. La tópica rigidez británica parece ceder a la compasión en este escenario de reporteros siempre con prisas, que vuelven de andar entre cadáveres y casas recién derribadas. Una obra dramática salpicada con interesantes referencias de época políticas y musicales en la que volvemos a comprobar que Penelope Fitzgeral es especialista en personajes con problemas que tienen un encanto especial.

sobre la autora

Penelope Fitzgerald (1916-2000) empezó a escribir a los 58 años. Entre sus obras está «La librería», llevada con gran éxito al cine

ideal para...

introducirse en la vida inglesa durante la época de la Segunda Guerra Mundial

un defecto

Ninguno destacable. Una novela amena con personajes atractivos

una virtud

La descripción del Londres acosado por los alemanes

puntuación: 8

BEST-SELLER INTERNACIONAL

«Sin dejar rastro»

Haylen Beck

SALAMANDRA

352 páginas,

19 euros

El calvario de una mujer maltratada; por Lluís FERNÁNDEZ

Haylen Beck presenta un «thriller» doméstico en el que abundan los clichés

Detrás del pseudónimo de Haylen Beck se esconde el escritor inglés Stuart Neville, reconocido por «The Ghosts of Belfast». Firmar con un nombre femenino el thriller doméstico «Sin dejar rastro» le permite marcar una frontera con sus novelas ambientadas en Irlanda y el IRA y enmascarar con un aire de feminidad un subgénero con escasos autores masculinos. Neville es un buen escritor de intriga psicológica y de acción. Se nota desde la primera página de esta obra su virtuosismo para meter al lector en una historia desquiciada y zarandearlo con gran dominio del suspense y la creación de personajes, para lo que cuenta con el punto justo de identidad para que funcione la intriga psicológica de una mujer maltratada, débil y atemorizada, un policía venal y autoritario, un marido rico y violento, unos niños valientes y un detective chino con un pasado criminal pero dispuesto a luchar por una causa justa.

Los clichés son inherentes al género. La labor de un buen narrador es conseguir emocionar con su sufrimiento y crear suspense con golpes de efecto imprevistos que sorprendan. El centro es la maltratada, que recibe todos los golpes hasta dejarla hecha un guiñapo. El personaje de la madre, vilipendiada y vejada hasta extremos inaceptables de injusticia, aumenta la indignación del lector y su deseo de venganza. Su estado de confusión y estupor le ayudan a que olvide la lógica de los acontecimientos y su verosimilitud.

Es la forma más directa de identificarse con la protagonistas: mediante el dolor y la injusticia. Astutamente, Haylen Beck manipula con ingenio al lector y no le deja respirar en toda la novela. Esa es su gran virtud: acosar a la protagonista y al lector con continuos giros de la acción. ¿Su defecto? Acrecentar los gastados estereotipos del «domestic noir». El trasfondo gótico de cuento de hadas de terror, digamos, tipo Hansel y Gretel, es obligado. Y el maltrato a la mujer es una pieza clave desde «Justine». Pero que el marido sea un hombre rico de Park Avenue, un maltratador a partir del día de su boda con una jovencita débil y pobre es carne del folletín más sobado.

Sádico violento

Además, que todos los personajes sean sádicos violentos supone caer en la ideología de género: los hombres son maltratadores y las mujeres víctimas. Rebelarse contra estos clichés sería un gesto de salud intelectual y literaria. Lo mismo que su correlato: la mujer-víctima débil y sumisa. Desde «Rebeca» a la novia de las 50 sombras de Grey se ha estereotipado a esa mujer maltratada por amor. Es la aceptación consciente o inconsciente de su victimización lo que impide al autor salirse de las vías codificadas por el feminismo de la izquierda caviar para no descarrilar. Siendo un trepidante relato, tropieza con dos cosas absurdas: el recurso a la red oscura de los pederastas y el éxtasis del autor recreándose en el maltrato de una madre a quien le roban sus hijos. Fuente de goce masoquista que inquieta y hace sufrir con esta orgía de violencia.

sobre el autor

Bajo el pseudónimo de Aylen Beck, el inglés Stuart Neville, nacido en 1972 en el Reino Unido y que emergió en el panorama «noir» con el aclamado «The Ghost of Belfast».

ideal para...

lectores de intriga doméstica que no quieran salirse de los caminos trillados del maltratador de Park Avenue y su joven víctima

un defecto

El manojo de tópicos que esgrimen el autor

una virtud

El indudable ingenio y la capacidad para manipular literalmente al lector y llevarlo por la calle de la amargura

puntuación: 7

ENSAYO

«El arpa y la cámara»

Owen Barfield

Atalanta

128 páginas,

20 euros

La mejor filosofía condensada; por D. Hernández de la Fuente

La conexión entre interior y exterior, subjetividad y objetividad, materia y espíritu, lenguaje y pensamiento ha ocupado desde siempre a la filosofía en Oriente y Occidente. A veces, una sencilla lección oral, un verso, un apotegma o un aforismo han dilucidado alguna de estas cuestiones mejor que un largo tratado. Bien se sabe desde los tiempos de Heráclito o Sócrates a los de Nietzsche y Gómez Dávila cómo en un breve espacio se puede condensar gran carga de significado simbólico e incluso poético. Por eso no es de extrañar que un poeta y filósofo como Barfield, experto en dicción y metáforas literarias, haya dejado dicho en breves páginas y conferencias una infinidad de profundas ideas sobre significados y significantes, imaginación y poesía, ciencia y creatividad. Miembro fundador del grupo oxoniense de los Inklings Barfield, es un autor más minoritario pero de enorme interés. Así lo prueba «El arpa y la cámara», una selección de seis ensayos sobre estas temáticas.

Deudor de Steiner

El libro comienza con la magnífica pieza «El redescubrimiento del sentido», que juega con la metáfora y el alcance de la lengua como reflejo del pensamiento para superar la falsa escisión entre el pensamiento científico y el humanístico, tratando de pasar página de un positivismo ciego que ya no sirve para explicar los ricos matices de lo que llamamos realidad. Deudor del pensamiento oriental, de Steiner, de la interpretación junguiana de la mitología y de la tradición poético-mística europea, Barfield fascina con su conocimiento condensado en líneas claras. Múltiples significados y significantes poderosos se juntan con simbolismo creativo en «El arpa y la cámara», ensayo que da título al libro, mientras que «Sueño, mito y doble visión filosófica» proporciona una excitante visión de la relación entre conciencia ordinaria y extraordinaria. En «Materia, imaginación y espíritu» se trata con suavidad una profunda teoría ontológica y gnoseológica sobre lo que somos y lo que percibimos. En «Ciencia y cualidad» y «El significado de la palabra ''literal''», finalmente, analiza con detalle de la manera en la que el observador científico debe penetrar en cuestiones que van más allá de lo cuantificable y de los códigos con los que estratificamos los conceptos en nuestra mente su reflejo en el lenguaje metafórico.

No es de extrañar en un poeta el énfasis en la comprensión del mundo a través de la metáfora que es nuestra manera de vivir la realidad y pensarla, acaso la misma cosa. Este libro ebúrneo, breve y condensado nos ayuda a transitar por los grandes temas del conocimiento desde una perspectiva abierta y transdisciplinaria.

sobre el autor

Owen Barfield fue un filósofo, poeta y crítico inglés. Se doctoró en Oxford con una tesis sobre dicción poética

ideal para...

constatar la necesidad de repensar la interacción entre el conocimiento científico y el filosófico

un defecto

Ninguno reseñable

una virtud

La prosa, en apariencia sencilla, esconde una gran dimensión filosófica

Puntuación: 10

EPISTOLARIO

«Epistolario general de Miguel Hernández»

Jesucristo Riquelme

EDAF

1.152 páginas,

45 euros

Miguel Hernández y el «gitano» Lorca; por Víctor Fernández

En los últimos años, especialmente con la llegada de su archivo a la Diputación de Jaén, se han abierto más posibilidades dentro de los estudios alrededor de la vida y la obra de Miguel Hernández. Ya en 1992 se publicó una edición crítica de Agustín Sánchez Vidal y José Carlos Rovira con la colaboración de Carmen Alemany, un trabajo excelente que merecía ser actualizado. Desde hace poco, Edaf está tomando el relevo con la publicación de la totalidad de la producción literaria del poeta de Orihuela. Esta labor la han emprendido Jesucristo Riquelme y Carlos R. Talamás.

Tras la aparición del tomo dedicado a la poesía, la prosa y el teatro ahora tenemos las cartas bajo el título «Epistolario general de Miguel Hernández». A falta de las memorias que podría haber escrito el autor de «Vientos del pueblo», este volumen de más de 1.100 páginas es probablemente lo que más se acerque a esa autobiografía imposible. A ello se le suma el querer ser lo más escrupuloso en cuanto a la fijación de unos textos que en ocasiones habían sido víctimas de la censura. De esta manera, por ejemplo, podemos saber algo más del trasfondo familiar del poeta, sobre todo, su relación con su sufrida esposa Josefina Manresa. También de su nada fácil intento de contactar con Federico García Lorca, algo que hizo en varias ocasiones por carta obteniendo una única respuesta epistolar del granadino. Pero es que a Lorca nunca le gustaron las maneras, algo directas y toscas, de un Miguel que se refería al autor de «Bodas de sangre» como «gitano». Igualmente es muy útil para futuros trabajos sobre el autor la abundante documentación epistolar alrededor de las varias estancias en prisión, aquellas que acabaron desembocando en la irresponsable muerte del poeta, una suerte de asesinato a cámara lenta por culpa de las autoridades franquistas de la época.

ENSAYO

«Lo mejor que sé decir sobre la música»

Robert Walser

SIRUELA

208 páginas,

19,95 euros

(e-book: 10,99)

Walser y la dulce herida de la música; por Diego Gándara

El escritor reúne relatos, poemas y textos en prosa sobre un arte por el que sentía pasión

La música es para mí lo más dulce del mundo. Amo las notas hasta lo indecible. Para oír una nota, soy capaz de saltar mil pasos», escribe Robert Walser en una de las tantas historias que forman parte de este libro breve y, como la mayoría de los de este escritor admirado por Kafka, Elias Canetti o Hermann Hesse, profundamente poético. «Cuando no escucho música –continúa Walser– me falta algo, pero cuando la escucho es cuando de verdad me falta algo. Esto es lo mejor que sé decir sobre la música». Reunidas alrededor de ella –ese arte tan irreflexivo y, por ello, el arte más dulce, apunta Walser, el que más quiere aarrimarse a nosotros– en estas historias (hay relatos, poemas, textos en prosa) aparecen personajes como Paganini (que con su forma de tocar el violín hechizaba y embelesaba al público, «hechizándose a sí mismo») y otra clase de músicos, pero, en general, la música no solo suena como sonido de fondo, sino que, en el silencio mismo, se escucha eso inefable que Walser también alcanza con su escritura mínima, abigarrada. También hay reflexiones originales sobre el «Don Juan» o «La flauta mágica» de Mozart, sobre la forma sonata o los cantores errantes y todo aquello que tiene que ver con la música en sí.

«La música me encuentra dondequiera que yo esté en ese momento preciso. Yo no la busco. Me dejo halagar por ella. Pero este halago hiere». Es que, para Walser, que también escribía donde la escritura lo encontrara, en tarjetas postales o en servilletas de papel, la música no es nada más que un arte auténtico, bello. Es algo más: un arte que, opuesto al lenguaje, puede resultar poderosamente subversivo, opuesto a las convenciones de todo tipo. «Nunca podré convertirme en músico, porque nunca me hartaría de la dulzura y la embriaguez de la interpretación. Escuchar música es mucho más sagrado». En el fondo, los relatos, poemas y textos en prosa aquí reunidos parecen presentar estampas y reflexiones de una increíble lucidez sobre el arte musical y los más variados compositores, intérpretes y obras. Pero en manos de Walser –«Sea como fuere, el mundo está justificado por haber gente como Walser», escribió Hesse sobre él– las estampas se convierten, en palabras del propio Walser, «en un llanto de melodía, en un recordar de notas, en una pintura de sonidos».

Hacer carrera en la vida

Pero Walser, en cualquier caso, no sería Walser –ese escritor que en la divagación encuentra si manera de filosofar– si su concepción de la música no acompañara a su concepción de la escritura, de su rechazo a hacer carrera en la literatura o en la vida, que, en su caso, es lo mismo. «Las palabras anteriores sobre el arte no han de tomarse en serio. Seguro que no son certeras, cuando hoy todavía no me ha alcanzado ni una sola nota», afirma. Porque, ¿cómo decirlo?, se pregunta Walser. Esa necesidad manifiesta de vivir con la música, de escucharla y necesitarla, agrega Robert Walser –el poeta más importante de nuesto tiempo, según apuntó Canetti– «es lo mejor que sé decir sobre la música».

sobre el autor

Robert Walser nació en Biel (Suiza) en 1878 y publicó 15 libros. Murió mientras paseaba un día de Navidad de 1956 cerca del manicomio de Herisau, donde había pasado los sus últimos años

ideal para...

leer a un escritor que no se propuso hacer carrera ni en la vida ni en la literatura, pero que dialogó con las otras artes para profundizar su visión

un defecto

Ninguno que llame la atención

una virtud

Su capacidad para divagar y filosofar con palabras de alto contenido poético y un estilo que, sin ser llamativo, es hermosamente poético.

Puntuación: 9

«Armonías y suaves cantos. Las mujeres olvidadas de la música clásica»

Anna Beer

ACANTILADO

427 páginas,

24 euros

Ellas dieron también la nota; por S. Fernández-Prieto

“Se moverán sus labios, pero nadie las oirá», esta recomendación de un Padre de la Iglesia estaba dirigida a las monjas para que cantaran sus rezos sin emitir sonido alguno. Escuchar la voz de una mujer despertaba el deseo y esa razón era más que suficiente para silenciarlas en las iglesias y las sinagogas. En este magnífico y documentado ensayo, Anna Beer muestra cómo la sombra de la cortesana, de la mujer que proporciona placer a cambio de dinero o poder, se cernía sobre la moral de las mujeres que cantaban y componían.

Ellas sabían que serían juzgadas según lo que los hombres pensaban respecto a lo que su sexo debía o podía conseguir y en algunos casos la desesperación se abatió sobre compositoras excepcionales hoy prácticamente desconocidas. Pero Anna Baer ha preferido en este libro celebrar los logros de ocho compositoras excepcionales que superaron grandes obstáculos para escribir e interpretar su propia música. Ellas son Francesca Caccini, Barbara Strozzi, Élisabeth Jacquet de la Guerre, Marianna Martines, Fanny Hensel, Clara Schumann, Lili Boulanger y Elizabeth Maconchy.

Amor melómano

Desde el siglo XVII en la Florencia del Renacimiento y la Venecia de los Médici, en la corte de Luis XIV de Francia, el Rey Sol, en la Alemania del siglo XIX y el París y el Londres del siglo XX. Todas las compositoras que aparecen en este volumen mostraron su virtuosismo desde la más tierna infancia, a veces eran hijas de músicos como Clara Schumann que tocaba de oído a los cinco años, pero no en otros casos, como Elizabeth Maconchy, hija de un abogado. Son frecuentes los padres ambiciosos, dispuestos a explotar a sus hijas hasta la aberración. Pero también hay padres como el de Fanny (Hensel) Mendelsshon, excepcional compositora, casi desconocida hasta hace un siglo, cuyo bondadoso y adinerado padre fomenta la carrera musical del hijo varón, Felix Mendelsshon, pero desea que la música sea para su hija «un adorno» y se opuso a que tocara en público. La gratificante lectura de este libro cumple su objetivo primordial, que no es otro que mostrar las dificultades que tuvieron aquellas mujeres que eran excepcionales en el campo de la música y que se encontraron con muchas trabas a la hora de ser reconocidas. Al mismo tiempo, es un enriquecedor libro histórico, documentado con minuciosidad, en el que la autora brilla al describir con detalle ciudades como Florencia o Venecia y al narrar la mayor historia de amor musical del siglo XIX, la de Clara y Robert Schumann.

sobre la autora

Anna Beer nació en Londres en 1964 y es historiadora

ideal para...

disfrutar de un paseo histórico a través de la vida de ocho compositoras únicas

un defecto

No lo es exactamente, pero, a veces, la prolijidad de los datos es abrumadora

una virtud

La amenidad de su estilo narrativo al contar estas ocho historias apasionantes

Puntuación: 9