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Fútbol

Un portero de 11 años se enfrenta en Asturias a la grada que insultaba a la árbitra: “Callad y dejadla tranquila”

En un partido entre dos equipos de Tercera Alevín de Asturias se dedicaron a criticar a voces a la colegiada que arbitraba su tercer partido

Durante un partido de fútbol estamos acostumbrados a casi cualquier situación. El fútbol profesional en partidos de cualquier división nos enseñan lo mejor y lo peor del ser humano. Y ultimamente los partidos de categorías regionales o locales, incluso en equipos de colegio, han dejado imágenes de tanganas entre padres y árbitros e incluso de insultos a árbitros amateur. En este caso, el de Pablo Hernández y Ana López, ha triunfado la deportividad y la defensa de lo que es justo.

El pasado fin de semana se celebraba un partido entre el Avilés Stadium y el Deportivo Alavés de la Tercera Alevín asturiana. En un momento del partido, según informa “El Comercio”, el pequeño Pablo, de 11 años, y portero del Avilés, se dio cuenta de que un sector de la grada estaba insultando a la árbitra del encuentro, Ana López de 19 años. Cuando los gritos e insultos durante el que era su tercer partido con el silbato empezaron a atronar, acabó llorando. En ese momento, nuestro pequeño héroe Pablo Hernández se dirigió al sector de la grada conflictivo en cuestión y les dijo a los padres y madres asistentes enfadado: “Callad y dejad a la árbitra tranquila de una vez, ¿no veis que está llorando? ¡Parad, parad!”

El diario “El Comercio” fue testigo de la reunión de ambos ya acabado el partido. «Sucedió todo muy rápido», dijo la árbitra, que cuando vio acercarse a Pablo con su padre sí le reconoció: “No estoy segura, pero creo que es él. Me suena su cara”. Todo fueron elogios para el pequeño de parte de Ana: “Eres un ejemplo para la sociedad”. “No entiendo qué pasa en el deporte. No sé por qué la gente se pone así delante de nosotros, que somos unos ‘guajes’”, remató Pablo según el diario asturiano. El mejor mensaje, justo tras el encuentro: “Me daba pena que llorases y me parece que la situación ha sido injusta. Son los padres los que deben trasmitir otros valores”.