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Álvaro Beamonte desvela el segundo mito: La Distancia
Domingo 17 de marzo de 2013. Sobrevolando el Océano Atlántico camino de Montreal. La verdad es que no sabía muy bien como iba a hacerlo. Tres días antes me habían llamado de la Escuela de Negocios HEC Montreal, dependiente de La Sorbona, para saber si podían hacerme unas consultas sobre datos estadísticos de golf. Me había cogido de sorpresa, entre clase y clase de viernes en la Escuela Palacio del Negralejo. Me tuvieron casi dos horas al teléfono, y para acabar, me preguntaron que si estaría dispuesto a ayudarles en un proyecto de investigación. Fue como un interrogatorio para conocer mi estado de documentación

o no me lo pensé. Ellos tampoco, ja ja ja… Al día siguiente tenía un billete de avión en business en el nuevo Airbus 380 y una reserva de seis días en el Hotel Intercontinental de Montreal. De esa semana en Montreal, además de mucho frio, con una media de casi -12ºC, salieron dos publicaciones en revistas científicas americanas y una presentación en el MIT de Boston y aún queda una tercera publicación.
¿Qué tiene que ver esto con la distancia? Aparte de que estaba a 5.537 kms. de mi casa en una semana de vacaciones, de los profesores e investigadores Radja Khali, Bernard Sinclair,Jean Francois Plante y David Pastoriza me traje una idea muy clara sobre cualquier aseveración. Lo que no es medible, comprobable y demostrable estadísticamente, es una suposición, verdadera o no, pero una simple suposición. Además de dos cenas maravillosas con Sam Bock, el entrenador del equipo de Bobseligh de Canadá y posteriormente Jamaica, sí Jamaica (aquella película “Cool running” retrató el momento en Calgary 1988 y Lillehammer 1992) y con Remi Duquette, patinador de velocidad Olímpico de Canadá.
Aprendí a valorar el trabajo de investigación y de comparación. Aquella frase que me repetía Don Balbino, mi profesor de Lengua y Literatura, cuando hablábamos de Mark Twain''El hombre no tiene problemas con lo que desconoce. Los tiene con aquello que sabe que es cierto y luego se demuestra que no lo es''.
Hoy me propongo hablar sobe el mito de la distancia. Bufff. Lidiar con fuego. El Dorado del jugador aficionado. La realidad del profesional de élite. Son dos realidades totalmente diferentes, como veremos más adelante.
El caso de Freddie Tait
Frederick Guthrie Tait (1870-1900). Doble ganador del US Amateur y gran pegador, mantiene dos records curiosos. En 1893 en Old Course, consiguió hacer 250 yardas de vuelo, con una distancia de 341 yardas en total. Tengamos en cuenta que en aquella época se jugaba con los palos de hickory y con la bola “Gutta Percha”.
En 1898, el año en el que se patentó la 'Haskell Ball', consiguió la hazaña de cubrir en 32 golpes desde tee, la distancia que separaba las casas club de Royal St. Georges (sede el Open 2020 si se juega) y de Royal Cinque Ports. Esto significa una media de mas de 160 yardas por golpe, teniendo en cuenta los obstáculos, árboles y demás, que se iba encontrando en el camino, y que le impedía pegar el driver,la brassie, la spoon o la buffy, como se denominaban las antiguas maderas.
Por cierto, este reto se estableció en menos de 40 golpes (le sobraron ocho) y la disputa era entre dos pretendientes al amor de una joven… Sin duda, daba un poco más de adrenalina….
El caso de Jack Nicklaus
Probablemente unos de los dos mejores jugadores de la historia. Hay que tener en cuenta que Nicklaus jugó su mejor golf entre 1960 y 1986. De hecho, en este último año, estableció el récord del jugador de más edad en ganar un Masters, en detrimento del tercero de Seve Ballesteros, que le acechaba junto a Tom Kite.
Según www.golftips.golfweek.com Nicklaus “conseguía distancias de 300 yardas regularmente”. Por cierto, si alguien quiere comprobarlo, puede visualizar en youtube los highlights de los segundos nueve de la cuarta vuelta “Jack Nicklaus 1986 final Round Back 9 lowlights”. Aparte de ser una maravilla, escucharán al comentarista USA decir que tenía 200 yardas (184 metros) de segundo golpe en el 15 que en aquella edición se jugó sobre 500 yardas, y en esa cuarta jornada que pude ver en TV, se jugó sin viento importante. Es decir, 300 yardas desde el tee de salida.
En el hoyo 18 podemos ver cómo pega el driver de persimmon (madera de roble de Kentucky de 250/300 cc.) y a una bola McGregor Tourney Balata (aún no se había cambiado la bola, como explicaremos más adelante).
Con estos datos, Nicklaus estaría posicionado en el puesto 78ª del PGA Tour 2020. O sea, que le ganaría a 153 de los mejores 231 jugadores del mundo. Curioso. Primer anacronismo. No lo entiendo. Pensaba que los palos modernos pegaban muuuucho más.
El caso de John Daly
Muchos de los que están leyendo no le han visto jugar a su máximo nivel. John Patrick Daly fue sin duda alguna el primer gran pegador de la Era Moderna una vez desapareció Jack Nicklaus. Nació en Carmichael, CA en 1966. En 1991 era reserva en el PGA Championship que se celebraba en Crooked Stick, IN. Y por mor del destino, le tocó entrar a jugar el martes por la noche. Tenía que recorrer 2.170 millas, 3.671 kms en día y medio. Llegó, jugó sin conocer el campo, vio y venció. Fue una demostración de poderío, de distancia. En su año rookie en el PGATour ganaba el PGA Championship.
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