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El Inter y el penalti fallado de Jorge Molina acaban con el sueño europeo del Getafe
Los goles de Lukaku y Eriksen (2-0) dejan a los azulones fuera de los cuartos de la Liga Europa
No pudo el Getafe derribar a otro gigante europeo. El Ajax cedió ante la ilusión de los de Bordalás, pero el Inter sí que le quitó el pasaporte a los azulones. Un final cruel para una temporada maravillosa en la que el Geta se quedó fuera de la próxima Liga Europa por fallar un penalti ante el Levante y ayer no pudo soñar un poquito más también por equivocarse desde los once metros. Tuvo Molina el empate desde el punto fatídico, pero dudó demasiado dónde colocar el balón y cuando decidió un lado allí fue también Handanovic. Quiso ajustarla demasiado y la pelota se fue fuera junto con la ilusión de los madrileños. Después vino la sentencia de Eriksen cuando el partido era una ruleta rusa y no quedaba otra que arriesgar.
David Soria pasó de ser un espectador más en el Veltins Arena en los primeros 25 minutos a convertirse, con un par de manos a Lautaro, en el mejor futbolista del Getafe. Despertó la estrella del Inter después de un buen rato de dominio azulón, que tuvo un inicio más que esperanzador. Se plantó con descaro el grupo de Bordalás en Gelsenkirchen, convencido de que en la nueva normalidad podría recuperar la memoria de aquella eliminatoria ganada al Ajax cuando todavía no sabíamos lo que era el coronavirus.
El parón por la pandemia no le sentó bien al Getafe, pero quería disfrutar de los octavos de la Liga Europa y eso estaba haciendo hasta que le cayó encima todo el peso de Lukaku. Fue así literalmente, porque el poderoso delantero del Inter pisó el área madrileña con la potencia de un elefante. Bastoni le puso un balón largo para que corriese el belga. Su marcador era Etxeita y no había que ser especialista en boxeo para intuir que si se enfrentaban un peso pesado y uno ligero, la jugada podía acabar en masacre. Pensó el defensa que chocar con el ex del United podría ser buena idea y lo que hizo Lukaku fue quitárselo de en medio como si fuera un mosquito. Después remató con rabia, cruzado junto al palo largo de Soria. El portero había podido con Lautaro, pero fue otra cosa con su compañero de delantera.
El Getafe recibía el castigo de haber perdonado cuando estuvo mejor, un clásico del fútbol, de las pocas cosas que la Covid no ha podido cambiar. La buena noticia era que el partido seguía abierto. Crecía el Inter, lógico teniendo en cuenta la diferencia de presupuesto entre uno y otro club.
Se acordaban los de Bordalás de las ocasiones perdonadas al principio, especialmente un cabezazo de Maksimovic que era para cantar casi gol. Otro equipo se hubiese rendido, pero los soldados del Coliseum no conocen esa palabra. Godín perdonó un segundo tanto que hubiese sido la sentencia y otra vez se entonó el Getafe, que deshizo el trivote inicial para meter a Ángel junto a Mata. Precisamente Jaime tuvo el empate en un remate de cabeza a centro de Nyom. Entró Molina y con dos delanteros se reconoció mucho más el Getafe. Jason mejoró a Nyom en la derecha y uno de sus centros fue a dar en la mano de Godín. Penalti pitado por el VAR y sólo había que marcarlo para seguir soñando. El balón se fue fuera y ese mismo camino siguió el Getafe.
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