El derbi
Son de ellos, son como ellos, son ellos
Zidane y Simeone han dotado a Real Madrid y Atlético de un sello personalísimo
Nueve puntos de ventaja con un partido menos. En caso de victoria atlética esta noche en Valdebebas, ¿damos por terminada la Liga cuando todavía no se ha consumido un tercio del campeonato? La tentación de responder de forma afirmativa denunciaría una mirada miope a la Liga, una visión centrípeta que reduce a dos –tras la explosión en vuelo del Barça–, no ya los candidatos al título, sino los participantes en un torneo cuyo interés brota en la Puerta del Sol y se extiende hasta el anillo de la M-40, pero ni un metro más allá. Y puede que, a lo peor, los medios hayamos contado el fútbol con un punto tal de reduccionismo que, en efecto, haya cuarenta millones de españoles a los que el derbi les importe eso que rima con cuerda.
De eso no tienen ninguna culpa, desde luego, Zidane y Simeone, dos fabulosos entrenadores que han dotado a sus respectivos equipos de un sello personalísimo y que, cada contendiente en su nivel, han llevado a sus clubes hasta resultados a la altura de su mejor historia. Juegan el Madrid de Zizou contra el Atleti del Cholo y ni el más feroz de sus detractores, que ambos los tienen por miles, les puede negar que representan a lo más potable del fútbol nacional ni que el sintagma nominal está plenamente justificado porque estos equipos son DE ellos, son COMO ellos y son, esencialmente, ellos. Así, podrían enfrentarse sólo los técnicos como los campeones de la Antigüedad clásica, encarnando de forma vicaria cada bando en una sola persona. ¿Ganará la displicente inspiración del francés? ¿Se impondrá el ardor guerrero del argentino? ¿Prevalecerá el soplo o primará la pizarra? Es el partido del siglo de este fin de semana, sin duda.
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