Es un futbolista imprevisible y quizá a este Real Madrid dolorido lo que mejor le venga es eso. Alguien que mueva el árbol y que desconcierte al rival con su atrevimiento. Mendy es una apuesta personal de Zidane, porque él pidió expresamente la llegada de su compatriota, precisamente el último fichaje que hizo el Real Madrid allá por julio de 2019. Zizou lo conocía mejor que nadie en el club y le hicieron caso pensando en el relevo de Marcelo. Y un poco del brasileño hizo Ferland en el Gewiss Stadium.

Fue el mejor delantero de un equipo que jugó sin un «9» puro y el protagonista indiscutible de las dos acciones definitivas: la expulsión de Freuler la provocó él y se encargó también de hacer el gol del triunfo con una comba perfecta que podría haber firmado Beckham. Y lo hizo con la derecha, su pierna mala, aunque en realidad marcó con su atrevimiento. Con algo distinto.

«Nos ha costado y hemos encontrado el gol con un derechazo de Mendy», explicaba Nacho con una media sonrisa al referirse a la acción de su compañero. Y lo mismo le pasó a Zidane, que celebró el tanto en el banquillo con cierto gesto de sorpresa. Es el primer gol de Mendy en la Liga de Campeones. Este curso ya le había hecho uno al Getafe y marcó otro, también con la derecha, ante el Valencia, anulado por fuera de juego y en una maniobra muy parecida. Recortó dentro del área y se perfiló hacia su lado menos bueno para definir, en aquella ocasión, al primer palo. En Italia eligió el otro lado del portero y sorprendió a toda la defensa y a Gollini.

Hace tiempo que nadie duda de que él es el lateral izquierdo titular del Real Madrid, y eso que cuando llegó lo hizo con cierta timidez. Ha ido de menos a más claramente y Zidane se lo ha reconocido este curso. «Con la izquierda es más preciso, pero creo que le pega más fuerte con la derecha», decía el técnico de Mendy, de los pocos futbolistas que no se ha lesionado este curso en el vestuario blanco y debe ser porque su físico es privilegiado. Es una roca en defensa y cada vez disfruta más en ataque.

Ha jugado completos los siete partidos del Real Madrid en esta Champions y ya ha recorrido más de 72 kilómetros, más de diez por partido con una velocidad máxima de 32,8 kilómetros por hora. «El gol es una jugada ensayada, sí, pero el que tenía que tirar no era Mendy», confirmaba Zizou.