Selección Española
3- 1 Un triplete de Saúl mete a España en la final
Tres goles del jugador del Atlético sirven para derrotar a Italia en la semifinal y permiten a la Roja buscar su quinto campeonato de Europa sub’21. Los italianos consiguieron empatar con 10, pero su alegría fue poco duradera.
Tres goles del jugador del Atlético sirven para derrotar a Italia en la semifinal y permiten a la Roja buscar su quinto campeonato de Europa sub’21. Los italianos consiguieron empatar con 10, pero su alegría fue poco duradera.
Tres partidos ha jugado Saúl y en los tres ha marcado el primer gol de España. Liberado por Llorente, el hombre que sujeta a la Selección sin ayuda de nadie, el centrocampista del Atlético llega y llega para marcar la diferencia. Recibió el pase de Ceballos y la metió en la esquina, donde no podía llegar Donnarumma.
Los tres centrocampistas de España dominan el juego. Llorente es una especie en extinción, un mediocentro capaz de jugar solo, de robar y empezar la jugada. Ceballos juega y Saúl manda y marca. El centrocampista del Betis definió el juego de España, siempre encuentra el pase apropiado, pero cuando las cosas se complican siempre aparece el jugador del Atlético. Lo hizo para marcar el primero y repitió después cuando el partido se había complicado.
No tardó mucho Italia en quedarse con diez por la expulsión de Gagliardini, que vio la segunda amarilla por una entrada a Ceballos. Pero Bernardeschi encontró el empate a uno con la única ayuda de su calidad y de un rebote en la pierna de Vallejo que despistó a Kepa.
Italia confiaba en su orden, el que había tenido a España bajo control durante toda la primera parte, para aguantar hasta el final. Consiguió durante mucho tiempo que España no disfrutara de espacios para aprovechar la zancada de Asensio y de Deulofeu. La Roja tenía la pelota, pero le costaba encontrar los huecos. Ahí era donde brillaba Ceballos. Y ése seguía siendo el plan de los italianos cuando se quedaron con diez. Defender a la espera de encontrar una ocasión para superar a Kepa, que había respondido siempre bien hasta el gol.
Pero apareció de nuevo Saúl para marcar el segundo. Estaba dispuesto a enseñar todas sus cualidades y fue un disparo desde lejos que se fue alejando de Donnarumma la manera que encontró para marcar el segundo.
El partido empezaba a estar decidido, pero Saúl no tenía bastante y marcó también el tercero. Otra vez participó Ceballos que envió un pase al espacio para la carrera de Asensio. El «11» de la Roja levantó la cabeza cuando se acercaba a la línea de fondo y observó la llegada de Saúl, que mandó la pelota junto al poste para arruinar la reputación de Donnarumma.
Saúl es capaz de ocupar todo el campo, de ayudar a Llorente cuando el equipo defiende para que Ceballos juegue más adelantado y se permita exigirse menos en la presión. Cuando se marchó Deulofeu, terminó con el brazalete de capitán, el cargo que le corresponde por importancia en el equipo, aunque no por partidos jugados.
Celades aprovechó los últimos minutos para dar descanso a algunos jugadores. Además de Deulofeu, se fueron al banquillo Ceballos y Sandro. El delantero de España no ha marcado aún en este campeonato, pero su juego de espaldas es fundamental. Sale del área para buscar los apoyos y descolocar a la defensa. Así pudo haber marcado España algún gol. Sandro se aleja de las posiciones de remate, abre a un costado y desde ahí llegan centros peligrosos, normalmente de Deulofeu, aunque ayer no encontraron al rematador apropiado. Cuando se fue Sandro, entró Williams porque el partido ya necesitaba otra cosa. La velocidad del jugador del Athletic podía aprovechar mejor los espacios que quedaban a la espalda de los italianos. Pero no llegaron más goles y tampoco hacía falta. Ya los había marcado todos Saúl, el futbolista decisivo para que España esté de nuevo en la final, el líder del equipo, capaz de sorprender incluso a sus compañeros, como demuestran los gestos de Williams cuando marcó el segundo desde fuera del área. Es la España de Saúl.