Real Madrid
Al Camp Nou en la diana
Casillas, que va a jugar su partido 17 en el campo del Barça, nunca ha estado tan discutido.
Cuando Florentino Pérez salió a hablar ante los medios después de la derrota, pero clasificación, frente al Schalke, pidió a los aficionados madridistas que salieran cuanto antes de esa espiral de autodestrucción al que tan aficionado es el socio blanco. Si las cosas van mal, busca rápidamente algún responsable contra el que descargar su ira y hoy se puede hablar de dos facciones de madridismo según a quien culpe de los males del equipo. Están los que ven en las manos de Casillas el principal motivo de todo lo que ha sucedido durante estos meses y están los que ven en la aparente desidia defensiva de Bale la razón de que el Real Madrid haya perdido el liderato y sufriese tanto en la eliminatoria contra el conjunto alemán.
Son dos posturas irreconciliables, sin matices y sin huecos para otras variantes: parece imposible pensar que los dos son culpables o que ninguno lo es o que también hay otros jugadores o que no hay que buscar culpables en estos momentos. Pero el Madrid se mueve entre esos sentimientos y ambos jugadores lo llevan como pueden. Bale marcó contra el Levante el pasado domingo y pudo exteriorizar su rabia tapándose las orejas y pateando el banderín de córner tras su primer gol. Nunca se había visto al galés tan gesticulante, que siempre parece al margen de lo que se publica o se dice acerca de él. Casillas, sin embargo, no tiene posibilidad de expresar con gestos lo que siente ante lo que sucede cada vez que en el Bernabéu el «speaker» anuncia su nombre o cada vez que el equipo encaja un gol. El guardameta decidió seguir a lo suyo, no contestar, no mover un músculo de la cara y esperar a que la tormenta amainase. Eso nunca llegó a ocurrir realmente y sigue viviendo en la diana de una parte de aficionados del Real Madrid muy activos en la redes sociales. Cada movimiento con él exige mucho tacto a Carlo Ancelotti: cuando dijo que quizá no iba a jugar contra el Levante, tuvo que añadir que seguro sería titular en el Camp Nou.
El de hoy será su decimoséptimo partido contra el Barcelona en su estadio y él, que ha vivido de todo, que se estrenó con un gol de cabeza que le metió Luis Enrique, probablemente no se ha visto en ninguno tan en la lupa como en el de hoy. «Los partidos en Barcelona siempre son importantes», ha dicho esta semana en Twitter el portero. El Real Madrid se juega mucho y a Casillas no se le va a permitir ningún error. El 7 de octubre de 2012 jugó por última vez allí y el choque terminó con un empate a dos. Después fue Diego López quien ocupó la portería blanca. Iker vuelve con muchas dudas sobre cuál puede ser su futuro a partir de junio y con la seguridad de que una derrota dejaría tocado al equipo, a Ancelotti, a Bale y, sobre todo, a él.
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