Atlético de Madrid
Bala gastada, ¿bala de fogueo?
Alguien dijo que enfrentarse al Atlético era como un dolor de muelas que te obligaba a acudir a la consulta del dentista. Pues bien, valga el símil también para este Levante de Caparrós, una auténtica «mosca cojonera» que corrió y corrió, picó y picó, hasta hacer tambalear ayer la dentadura tan rojiblanca y firme del equipo del Cholo. Un partido con viento de Levante.
Como posesos
Salió Simeone con toda su artillería, con Raúl García y Koke en los costados y Villa y Costa como pareja de ataque, tratando de imponer su plan A, fútbol directo, balones largos a la testa de Raúl para los desmarques del «9» y la confianza en el «Guaje», que echó al limbo de los justos un remate limpio tras paradón de Keylor Navas a Costa. Para entonces ya se había puesto el marcador a la contra, ese autogol de Filipe Luis, que puso el partido aún más en el punto de cocción que necesitaba el Levante (repliegue y ayudas atrás, salidas veloces al contragolpe, correr como posesos muy motivados), y en el de ebullición estresante a un Atlético que sufre más cuando tiene que dominar los partidos, atacar en estático.
El plan B
Lo intentó el Cholo sin demoras, plan B con Adrián y Arda por Raúl García y Villa, y con Diego Ribas por el agotado Koke. Es cierto que goteó ocasiones el aún líder, pero todo se acabó cuando David Barral, un ariete de esos decisivos en cualquier equipo de nivel, cazó el 2-0 dejando ya al Atlético sin posibilidad de fallar en ninguna de las dos balas que le quedan en la cartuchera. Otro fallo más, ante el Málaga en el Calderón o en el Camp Nou frente al Barça y cuidado... Pero depende de sí mismo y el debate se abre de manera inevitable: ¿Llegará aún el Barça con opciones en el Camp Nou o será una bala de fogueo?... Humm.
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