Deportes

Baloncesto

La razón por la que Carroll no contesta al Real Madrid: vacas Wagyu y rutas a caballo en su rancho de Utah

La temporada arranca hoy con la Supercopa Endesa y Jaycee Carroll sigue junto a su mujer y sus cuatro hijos en Estados Unidos. Laso reconoce que siguen a la espera de su renovación

Jaycee Carroll, trs un partido de la Euroliga la temporada pasada
Jaycee Carroll, trs un partido de la Euroliga la temporada pasadaMariscalEFE

Jaycee Carroll solía hacer 25.000 tiros a canasta en sus vacaciones de verano, pero el baloncesto ya no es una prioridad para el escolta, que sigue sin contestar a la oferta de renovación que el Real Madrid le hizo hace algunos meses. La temporada arranca hoy con las semifinales de la Supercopa Endesa, donde no estará el de Wyoming y al que el club blanco todavía espera, aunque sea para reforzar la plantilla en diciembre para la segunda parte del curso. «¿Si va a volver? Es una pregunta más para él que para mí. Tenemos un gran respeto por Jaycee, es el jugador americano con más partidos en el Real Madrid y no descubro nada hablando de él», decía ayer Pablo Laso en la previa del partido de hoy frente al Lenovo Tenerife. «Es un jugador al que valoramos y queremos. Además, es muy madridista, pero a día de hoy no contamos con él, está en Estados Unidos», añadía.

Concretamente Carroll se encuentra en Utah, en su Rancho, River Meadow, desde donde cuelga vídeos y fotos en Instagram casi a diario mostrando la vida que siempre ha querido llevar una vez que dejara las canchas de baloncesto. Su sueño era crear una explotación donde criar vacas de raza cien por cien Wagyu junto a Baylee, su esposa, y en ello anda entre otras muchísimas actividades en el campo. Desde ir a pescar o a hacer senderismo en Alaska a construir un nuevo granero antes de que llegue el invierno, pasando por marchas a caballo con sus cuatro hijos. Toda una aventura diaria que no le hace echar de menos el baloncesto ni Madrid, una ciudad demasiado grande para él a estas alturas. Carroll nació en Wyoming, pero el baloncesto le llevó a Utah en su etapa universitaria, cuando compaginaba el balón con sus misiones como mormón.

Dejó Estados Unidos para hacer una larga carrera en Europa, primero en Canarias y después en el Real Madrid, donde es una leyenda y jugador clave en los éxitos de Laso en los últimos diez años. De hecho fue el primer fichaje que se hizo cuando el técnico vitoriano se puso al mando. En el club son conscientes de que este año iba a ser más difícil firmar esa renovación que ya dudó si aceptar o no en cursos anteriores. Le tira la tierra y la familia, pero siempre acababa alargando su compromiso y seguía anotando triples para el Madrid.

Ahora arranca la temporada y él no está ni se le espera en los próximos meses. Evidentemente su retirada está cada vez más cerca, pero la realidad es que sigue siendo un jugador muy aprovechable, y desde la directiva blanca no tienen problema en esperarlo. Prefieren apostar por él que buscar algo parecido en el mercado que no saben cómo va a encajar en los sistemas del equipo. Con él está garantizado el compromiso y los puntos, porque la edad no le ha hecho perder esa muñeca de la que brotan canastas.

La idea de esperar hasta final de año y firmarlo por media temporada no está para nada descartada, y aguantar hasta entonces sin hacer ninguna incorporación más. «Por su estilo siempre ha generado muchas situaciones de ataque y ahora no está. No sé si tiene que ser Nigel (William-Goss), Rudy, Llull o el equipo quien debe suplir su falta», continuaba Laso en la previa de la Supercopa sobre cómo ocupar el hueco del «granjero». Él sigue en Utah, criando esos bueyes que ya le dan una carne exquisita, justo lo que quería después del baloncesto.