NBA
Concurso de mates de la NBA: Poesía en las alturas
LaVine y Gordon honran a Jordan y Wilkins con uno de los mejores concursos de mates de la Historia. Thompson, el mejor tirador
«¡El concurso de mates ha vuelto!», exclamaba en Twitter Paul Millsap mientras alucinaba con el duelo entre Zach LaVine y Aaron Gordon con el cielo de Toronto como escenario. Los dos jovencitos (21 años) honraron de verdad a los grandes «voladores» de la historia, a los que se unieron a base de mates tan complejos como espectaculares. Fue el plato fuerte del «Saturday Night» del fin de semana de las estrellas y con su potencia de salto y talento garantizaron la larga vida de una modalidad que ha atravesado una profunda crisis. Su edad dorada data de los años 80, cuando el pique entre Jordan y Wilkins daba para llenar las paredes de miles de habitaciones.
Después de repartirse dos títulos cada uno, decidieron guardar fuerzas en este parón de febrero y dejar de volar. Kobe Bryant y Vince Carter reflotaron la fórmula a finales de los noventa y con el comienzo de siglo, pero ya nunca fue lo mismo. Al menos hasta el sábado, porque los pósters de LaVine y Gordon van a volver a llevar el concurso a las paredes de los aficionados. Ganó LaVine, aunque muchos creen que el honor debería haber sido para Gordon. Para ganar y ponerse también con dos títulos como los mitos, LaVine reinterpretó el salto de Jordan desde la línea de personal y el «tomahawk» que nadie ha ejecutado como Wilkins.
El jugador de los Wolves convenció a los jueces despegando dos veces desde la línea de personal. En la primera lo combinó con el «tomahawk» y en la definitiva, se pasó el balón por debajo de las piernas en pleno vuelo. Con este mate, consiguió noquear a Gordon, que para nada fue el perdedor. Ayudado por la mascota de su equipo dejó un repertorio asombroso, en el que destacó el mate en el que se sienta literalmente en el balón para, con la cabeza a la altura del aro, hundir el balón. Pura potencia, elasticidad y energía, que celebra la NBA, porque su fórmula más espectacular está a salvo para mucho tiempo.
- Curry, destronado
Como manda la tradición, antes de los matadores fue el turno de los francotiradores, con el concurso de lanzamientos triples. Curry defendía el título y algunos dicen que debería haber dado un par de pasos para atrás si quería repetir, porque últimamente se está acostumbrando a anotarlos desde casi nueve metros. Se midió en la final a Klay Thompson, el otro componente de los «splash brothers» de los Warriors. Su compañero de se impuso con claridad (27 a 23), dejando una imagen similar a la de Larry Bird celebrando el título antes de que entrara el último balón. Algo parecido hizo Thompson, que con el título en el bolsillo lanzó la bola final casi con desgana. Entró, como todo el carro de balones con valor doble.
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