NBA

Los Ángeles

Mejor con Gasol

A pesar de las críticas y los rumores de traspaso, sigue siendo clave para los Lakers

Pau grita con rabia después de machacar el aro de los Knicks y dar la victoria a su equipo
Pau grita con rabia después de machacar el aro de los Knicks y dar la victoria a su equipolarazon

A principios de diciembre de 2001, Pau era un joven español recién llegado a la liga que empezó a darse a conocer con un espectacular mate por encima de Kevin Garnett, una de las estrellas más respetadas y carismáticas. Ahora, dos anillos, 11 temporadas y mucho sudor después, Gasol ha vuelto a protagonizar una de esas canastas con mensaje, que pueden significar mucho más que dos puntos y una victoria. Al español, indiscutiblemente uno de los mejores jugadores interiores de la NBA, le resulta duro que casi cada día en Los Ángeles se cuestione su valía y su nombre aparezca siempre entre los culpables de las malas rachas y como moneda de cambio en posibles traspasos. Por eso, su arranque de rabia a poco del final ante los Knicks fue importante para él, una especie de liberación que confía en que le sirva para mejorar su situación y la del equipo.

Pau vive resoplando, como hacía unos segundos antes de su canasta decisiva después de fallar un tiro libre. Sabía que si la cosa acababa mal ante Nueva York podía ser señalado, así que disfrutó su poderosa jugada: «No machaco tanto como solía, así que ha estado bien», decía mientras en su cara se dibujaba una de las pocas sonrisas que se le han visto últimamente. El español está sufriendo los planes que para él tiene Mike D'Antoni, el nuevo técnico, y que son hacerlo jugar más alejado del aro y tener que defender a jugadores mucho más pequeños. No es lo ideal para Gasol, y menos teniendo en cuenta que los dos últimos títulos que han conseguido los Lakers vinieron con el de Sant-Boi en la pintura junto a un pívot poderoso (Bynum).

Lo más fácil sería mantener bajo el tablero a Pau (ahora junto a Howard), pero ni siquiera las palabras de mítico «Magic» Johnson, asegurando que el español estaba desaprovechado, han servido para cambiar de idea. Puede que antes del cierre del mercado los angelinos acaben por modificar su plantilla y que Pau salga, pero, pase lo que pase, los números y las sensaciones dicen que los californianos son mejores con Gasol en la cancha. Incluso ahora que juega casi tres minutos menos y anota seis puntos menos que en las últimas temporadas. Sin tirar de él al máximo, da un «plus» a los de amarillo y púrpura, que no por casualidad le firmaron el contrato de superestrella del que disfruta. En los ocho partidos en los que ha descansado por una tendinitis en la rodilla, el saldo de los Lakers fue negativo y los números del equipo, peores que en los encuentros disputados desde su regreso.

Es cierto que además de su vuelta se ha producido la de Steve Nash, el veterano base que debería ser la pieza clave para que todo vuelva a funcionar como sería lógico en un candidato al anillo. El canadiense va a ponerle cabeza al talento angelino y a ordenar su juego ofensivo, algo que Pau celebra: «Es genial que esté con nosotros. Siempre entrega la bola al jugador desmarcado y equilibra nuestro ataque», asegura el español, que con Nash espera recibir más balones y que no todo se reduzca a un monólogo de Kobe en los momentos decisivos.