Esquí alpino
Myhrer se corona con 35 años, aprovechando los fallos de Hirscher y Kristoffersen
Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018
El sueco Andre Myhrer se proclamó este jueves campeón olímpico de eslalon, el más veterano de la historia, al ganar en los Juegos de PyeongChang la prueba disputada en la estación surcoreana de Yongpyong, donde se aprovechó de las salidas de pista del gran favorito, el austriaco Marcel Hirscher; y del segundo candidato, el noruego Henrik Kristoffersen.
Myhrer, de 35 años, sucedió en el historial al austriaco Mario Matt, al que también relevó en su condición de campeón olímpico de eslalon de mas edad. En una prueba en la que el hermano menor de éste, Michael, capturó el bronce, por detrás del también sorprendente medallista de plata, el suizo Ramon Zenhäusern.
Mario Matt había festejado su título olímpico de eslalon a los 34 años, al ganar en los Juegos de Sochi (Rusia) una prueba en la que su compatriota Marcel Hirscher se colgó al pecho la plata.
Plusmarquista de triunfos en la general de la Copa del Mundo, tras ganar las últimas seis ediciones de una competición que lidera de forma holgada esta temporada, Hirscher, de 28 años, llegó a Corea del Sur con el único propósito de cerrar el círculo y llevarse a casa el único trofeo que le faltaba en su extenso palmarés: el oro en unos Juegos.
Un objetivo que ya había cumplido con creces, al ganar combinada y gigante. Pero cuando la gran mayoría de los amantes (neutrales) del esquí alpino deseaban que ganase un tercer oro en los Juegos de PyeongChang -que igualaría su gesta a las de su compatriota Toni Sailer, en los de Cortina d’Ampezzo’56 (Italia); y el francés Jean-Claude Killy, en los de Grenoble’68 (Francia)-, el astro salzburgués se salió de pista en la primera manga.
Para mayor sorpresa, generalizada. Porque Hirscher no sólo era favorito por su condición de gran dominador del deporte rey invernal durante las últimas temporadas, en las que basó sus éxitos generales en ambas disciplinas técnicas, el gigante y el eslalon. El astro salzburgués había ganado seis de las siete últimas pruebas de esta disciplina disputadas.
El caso es que, con el dorsal 5, el ‘súper campeón’ austriaco se salió de pista en la parte intermedia del primer trazado; con lo que de forma automática cedía el testigo de principal candidato al triunfo final al noruego Kristoffersen, que lo había secundado -tras protagonizar la remontada en la segunda manga- en el gigante del pasado domingo.
Pero en una prueba tan alocada, como sorprendente, el noruego también la pifió, en la segunda y decisiva bajada. Y Myhrer, que contaba ocho victorias en Copa del Mundo y tres medallas en Mundiales -siempre en la prueba por equipos-, festejó, con 35 años, el triunfo más importante, al añadir el oro de este jueves en YongPyong al bronce olímpico que había ganado en esta disciplina hace ocho años, en Vancouver (Canadá).
Kristoffersen lideraba la prueba con 21 centésimas sobre Myhrer, que le birló el triunfo al aprovecharse del fallo del noruego, sacándose la espina del eslalon olímpico de Sochi, en el que también iba segundo tras la primera manga, pero se salió de recorrido en la segunda.
Myhrer unió su oro al que había ganado su compatriota Frida Hansdotter en esta misma disciplina. Y encabezó un podio de gente feliz, en el que el menor de los exitosos hermanos tiroleses -Andreas Matt también había sido medallista olímpico (plata en el skicross de Vancouver)- ascendió al tercer puesto desde el duodécimo, al marcar el mejor crono de la segunda manga.
En la que Michael, de 24, superó por una sola centésima a la otra gran sorpresa, Zenhäusern, de 25. Que con una sola victoria en Copa del Mundo -en el paralelo de Estocolmo, a finales del año pasado- y después de haber ganado con la gorra la Universiada de Granada en Sierra Nevada, ascendió desde el noveno y festejó como si fuera oro su medalla de plata.
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