Eurocopa 2016

El chiringuito de Pedrerol: ¡Qué ganas le tienen!

Tras la lesión de Cristiano, en las redes sociales surgieron mofas de todo tipo, algunas hasta de periodistas... pero es campeón. Y que le den ya el Balón de Oro

Así se retiró Cristiano Ronaldo en camilla de Saint-Denis a los 23 minutos de la final de la Eurocopa
Así se retiró Cristiano Ronaldo en camilla de Saint-Denis a los 23 minutos de la final de la Eurocopalarazon

Doce años llevaba Cristiano peleando por un sueño desde que Grecia le ganara la Eurocopa en la misma Portugal en 2004. Llevaba todo ese tiempo deseando secarse aquellas lágrimas de una joven promesa que iba a llegar lejos. Doce años suspirando por un título para un país que adora y que también le adora. Pero en ocho minutos, un entradón de Payet y adiós a la gran final. Pudo salirle caro, aunque sus compañeros aguantaron como héroes y lograron la primera Eurocopa en la historia de Portugal. Un logro que, nadie lo duda, es sobre todo de Cristiano.

Hay que ser mezquino

No hay derecho a que sucedan estas cosas en el fútbol, aunque esas lágrimas de tristeza terminaran al final siendo de alegría. Pero a todos nos dolió ver a Cristiano abandonando el campo en camilla sin nada ni nadie que pudieran consolarle. O quizá no a todos. Rápidamente en las redes sociales se pudieron leer mofas de todo tipo. Qué pena da escuchar y ver algunos comentarios, incluso de algunos llamados «periodistas». ¡Hasta dónde llegan la rabia, los celos y la envidia! ¿Cómo puede reírse así alguien del daño sufrido por Cristiano? Una cosa es la rivalidad y otra es la mala leche. Hay que ser muy mezquino para alegrarse de algo así.

Admiración

Le pese a quien le pese, Cristiano había conseguido ya un éxito incontestable: llevar a Portugal a la final de la Eurocopa echándose el equipo a la espalda. Tenía entre ceja y ceja también, siempre con su país por delante, ponerle la guinda a una fabulosa temporada personal. Por eso el dolor de Cristiano era el dolor de todos los que amamos el fútbol y admiramos su capacidad de esfuerzo, su fuerza de voluntad, su energía, su determinación, su personalidad. Admiramos a ese jugador que intentó regresar cojo al campo cuando no podía andar. A ese compañero que, tras la exploración de los médicos, regresó al césped para animar.

Indiscutible

El otro gran objetivo de Cristiano era su cuarto Balón de Oro. Y pueden estar tranquilos tanto él como los que no quieren verle triunfar: no se le ve a escapar. Cristiano ya lo ha hecho todo. La final de París era redondear el galardón, pero en 2016, además de llevar a Portugal a ganar su primer gran torneo, y superar otra vez la barrera de los 50 goles, ha levantado la Champions, siendo el máximo goleador del torneo. Y marcando penaltis, que exigen valentía para lanzarlos y acierto para meterlos. Porque los penaltis no se lanzan: se marcan. Por todo eso, el Balón de Oro es suyo. No hace falta ni esperar a que se celebre la gala en enero: que se lo den ya.