¿Eliminará el Madrid al Bayern?

Kiev está en el libro de ruta blanco; por Alfredo Duro

Te lo voy a recordar, Cristóbal Soria, porque la desmemoria de la que hacéis gala algunos cuando se trata de hablar de la Champions, es tan selectiva como traicionera. Después de conseguir enmudecer el Allianz Arena y lograr otra victoria de prestigio, de esas que engrandecen el palmarés, Europa entera reconoce de forma indiscutible el dominio blanco. Sólo aquí, reunidos en torno al enfermizo antimadridismo que os delata, se construyen ridículas teorías sobre decisiones arbitrales y se mira de reojo lo que ocurrió ante la Juve en el Bernabéu soñando con otra noche de pesadilla. Entérate de que, en «su» competición y en estas circunstancias, el Madrid no perdona. Kiev está en el libro de ruta blanco y el Bayern perdió en la ida su oportunidad.

Aquella noche en la que tú celebrabas la hecatombe europea del Madrid es un recuerdo que ha puesto sobre aviso al actual campeón de Europa. Las alarmas que encendieron el 0-3 se apagaron cuando el Madrid decidió morir matando en el área italiana y, ya de paso, viajar a Alemania para dejar claro quién manda. Hay cosas que sólo ocurren una vez, en especial si no está Ramos al frente de la defensa y no hay la menor posibilidad de volver a salir al campo como si nada estuviera ya en juego.

Hace mucho tiempo que el ogro alemán dejó de asustar al Madrid. ¿Quién es ahora el ogro? ¿Lewandowski? No me hagas reír, Soria. Ni siquiera sería titular en este Madrid. Aquí el único ogro que existe, el que decide partidos, eliminatorias y Champions no es polaco, sino portugués y se llama Cristiano Ronaldo. Ese es el que ganó por arriba aquel balón imposible que llegó a Lucas Vázquez para provocar el penalti de Benatia. El primero que tiene decidido que no pueden volver a cometerse errores y el que más ganas tiene, junto a mí, de iniciar el duro camino a Kiev.

Sin flor y sin ayudas, imposible; Cristóbal Soria

Evidentemente, los madridistas se vienen muy arriba en la previa de unas semis de Champions. Pero, por suerte para el mundo del fútbol, siempre quedaremos en pie quienes adoramos este maravilloso deporte de una forma que jamás podrán cambiar. Analicemos en profundidad todas y cada una de las barbaridades que han aflorado, nunca mejor dicho por aquello de la flor, en las últimas semanas.

En Munich tienen claro, tras sus dos últimos duelos contra el equipo de Zizou, porqué es el más beneficiado de la historia. Sólo necesitaron dos minutos para ver que el criterio arbitral depende del área en que se produzcan las acciones. El amigo Carvajal puede dar 27 patadas en un partido sin que el árbitro de turno se lleve la mano al bolsillo. Y, si quieren, hablamos de las lesiones de Vidal, Alaba, Neuer, Boateng o Robben a los 4 minutos de partido, la más determinante al obligar a Heynckes a cambiar el 4-3-3 de inicio por un 4-4-2 con la entrada de Thiago. Sin olvidar que tras el primer gol del Bayern llegaron minutos de acoso y derribo al equipo de «Casimiro» donde se mascó la tragedia y se estuvo más cerca de un 3-0 que del 1-1.

No sé, amigo Duro, cómo hablas de nuevo de la Juve. ¿Seguirás sacando pecho con uno de los episodios más tristes de la historia reciente del fútbol? Sólo espero que el martes, sin decisiones arbitrales a favor del de siempre, puedan también jugar los mejores de cada equipo, Carvajal incluido. Si se diesen estas condiciones tan básicas, no tengo duda de que veremos a mi Lewandowski jugar otra final. Sin jardín y sin ayudas, es imposible que pasen los de Zizou. Pero si aparecen la florecita del francés o el arbitraje de siempre, vaya nochecita nos espera en Kiev. Y seguro que a Salah se le enconaría una uña en el dedo gordo del pie a tres días del partido y tampoco podría jugar.