Libros
Los secretos de «El Chiringuito»
El programa de Pedrerol es inspiración, sensibilidad y vanguardismo. Se cumple una década desde que empezamos y se merecía un libro
El programa de Pedrerol es inspiración, sensibilidad y vanguardismo. Se cumple una década desde que empezamos y se merecía un libro.
Ya son diez años desde que empezamos «El Chiringuito» en un plató con una moqueta gris que daba calambre y unos plasmas que se caían, pero con el tiempo se ha convertido en récord de audiencia del «late night» en España. Fue Josep Pedrerol quien cambió la manera de contar el deporte. Arrancó el 15 de septiembre de 2008 con Damián, Carme, Ramos Marcos, Roncero...
Espacio de culto
El programa es todo inspiración, sensibilidad e instantaneidad, ruptura y vanguardismo. Y esta década merecía un libro que contase sus inicios espartanos, sin imágenes, pero con una desbordante imaginación, como cuando se estropearon todas las cámaras menos una, que iba abriendo y cerrando el zoom. Su exitosa etapa con unas maratones de los Clásicos que han sido récord Guinness, donde veíamos a Pedrerol cansado pero que aguantó las 22 horas. Y su paso a Atresmedia, donde se ha convertido en espacio de culto para más de un millón de amigos. Así, llegamos al 37 por ciento de share la noche de la Décima.
Como realizador quería contar la historia, pero también su evolución desde el punto de vista técnico, planos, secuencias, y la innovación de introducir códigos QR para ver cada imagen que describo en el libro.Y las frases de Pedrerol, para mí como un Máster en Periodismo, ideas brillantes y concisas: «Los vídeos cortos y al pie»; «lo más importante de la televisión es crear y mantener la emoción»; «tenemos que morir por el programa cada noche»; «cuando el programa es cálido parece que los banquillos se acercan», o «está bien ver las caras de alegría en la victoria, pero es mucho mejor ver las reacciones de los derrotados».
Mi último maestro
Realizar este ya mítico «Chiringuito» es para mí un alimento sagrado para el cerebro. Es como una droga, como cuando me rajé la lengua con la cabeza de un langostino y seguí pinchando cámaras mientras escupía borbotones de sangre. No quiero dejar de dar las gracias a todo el equipo técnico que me acompañó y, sobre todo, a Josep Pedrerol, mi último «gran maestro».
Carlos Pecker es el autor del libro, que está ya a la venta en la Facultad de periodismo de la UCM y en la libreria Fragua
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