Vuelta a España

Ciclismo

La victoria de los perdonados: el luxemburgués Drucker se impone en Peñíscola

Drucker, uno de los repescados en la etapa de Formigal, consigue su primera victoria en una grande en el esprint de Peñíscola

El ciclista holandés del equipo BMC, Jean Pierre Drucker, se ha proclamado el vencedor de la decimosexta etapa de la Vuelta Ciclista a España 2016
El ciclista holandés del equipo BMC, Jean Pierre Drucker, se ha proclamado el vencedor de la decimosexta etapa de la Vuelta Ciclista a España 2016larazon

Drucker, uno de los repescados en la etapa de Formigal, consigue su primera victoria en una grande en el esprint de Peñíscola

Jean Pierre Drucker llegó en el puesto número 142 el domingo en la etapa que terminó en Formigal. Cuando entró él en meta, eran tantos los corredores que habían llegado a tiempo como los que estaban fuera de control: 71. Después de él, llegaron otros 22. Ayer, Drucker conseguía su primera victoria en una grande gracias a la misericordia de los jueces.

“Es la mayor victoria de mi carrera”, dice el ciclista luxemburgués, que este año sólo había ganado una etapa del Tour de Luxemburgo. “Es un regalo de cumpleaños atrasado”, confesaba. Drucker había cumplido los 30 el pasado día 3, dos días antes de su primera gran victor

La probabilidad de que ayer ganara uno de los repescados era muy superior, por número y por cualidades. Los hombres más rápidos viajaban en el grupo de atrás. Eso explica que los trece primeros de la etapa fueran repescados el día anterior.

La Vuelta suele ser escenario para el nacimiento mediático de cualificados velocistas. Aquí se hizo un nombre John Degenkolb cuando ganó cinco etapas en la edición de 2012. En Puebla de Sanabria ganó Michael Matthews su primera etapa en una grande. Y en esta edición ha sido Gianni Meersman el que se ha estrenado con dos victorias en una grande. Drucker llega tarde ya, a los 30 años, para convertirse en un esprínter del futuro, pero se une a Van Genechten y Keukeleire, que también se han estrenado en una de las grandes en esta carrera.

Drucker fue el que mejor aprovechó el ataque de Benatti, un veterano que intentó sorprender al pelotón en los últimos kilómetros. “Me da pena porque en la curva del ultimo kilómetro la moto me ha retrasado muchísimo. He vuelto a empezar parado y relanzarte a 60 por hora no es fácil”, explicaba después. “Me han faltado cien metros”, se lamentaba.

La meta, al lado de la playa, y el calor pegajoso invitaban más a darse un baño que a dar pedales. La amenaza de viento durante el camino tampoco invitaba a heroicidades, aunque luego no fue para tanto. Sin embargo, los velocistas hicieron su trabajo y los demás ciclistas se lamentaron de la velocidad de la etapa. “Aun así se notaba el calor como si hubiera alguien con un soplete. Pero a la velocidad que hemos ido el sudor se secaba inmediatamente”, explicaba Alberto Contador. Él fue el héroe de la etapa del pasado domingo. Ayer le tocaba vivir un día más relajado.

Los ciclistas ya se esperaban una jornada rápida antes del día de descanso. “Ayer descansaron casi 100 corredores”, anunciaba alguno en la salida. “Ayer unos nos dejamos la piel. A otros les repescaron”, se lamentaba Luis Ángel Maté, que entró a sólo 2:43 de Brambilla en Formigal y ayer volvió a meterse en una escapada, como es costumbre. “Llegaron a casi una hora del ganador”, se lamentaba.

El trabajo ayer correspondía a los que se habían dejado ir el día anterior, mientras los favoritos preparan la subida de mañana a Mas de la Costa, un puerto inédito en la Vuelta. Son poco menos de cuatro kilómetros -3,8- con una pendiente media del 12 y medio por ciento. Pero hay tramos del 18, el 19 y el 20. Y uno, casi al final del 21. Terreno para hacer daño a los castigados cuerpos de los favoritos. Nairo Quintana ha cambiado de estrategia. Antes de distanciar a Froome en esa etapa de Formigal que quedará para el recuerdo sólo esperaba a ver cómo se formaba la escapada para saber si tenía que poner al Movistar a trabajar antes de intentar un ataque final en los últimos kilómetros. Ahora, su planteamiento es otro. Sabe que sólo tiene que estar pendiente de la rueda de Froome, que además ya ha dado muestra de debilidad como nunca ha dado en el Tour.